Dos asesinatos machistas en València en apenas un mes, en dos distritos vecinos y dos calles separadas por apenas un kilómetro, han activado las alarmas. El último de ellos se produjo poco antes de las cinco de la madrugada de ayer en una vivienda del número 15 de la calle Litógrafo Pascual Abad, en el barrio valenciano de l’Hort de Senabre, donde un joven de 24 años, Diego J. R., de nacionalidad española y origen peruano, estranguló hasta la muerte a su pareja, Li Na, de 26 años y nacionalidad china, tal como adelantó ayer en exclusiva INFORMACIÓN en su edición digital.

El presunto asesino llamó de inmediato al 112-emergencias y confesó que había matado a su novia estrangulándola con sus propias manos. Eran las 4.56 de la madrugada. Diego J. R. se comprometió a quedarse en casa hasta la llegada de los policías.

Según las primeras investigaciones del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València, Diego J. R. habría asfixiado a Li durante una discusión surgida porque él, que no tenía denuncias previas de maltrato, la sometía a un control constante que incluía requisarle el móvil para ver sus mensajes de Whatsapp y acosarla a preguntas sobre con quién y por qué hablaba. La violencia de control se convirtió en física y, según confesó él mismo, primero por teléfono, y después a los sucesivos policías que le preguntaron durante su detención, la agarró con fuerza por el cuello mientras estaban en la cama hasta provocarle la muerte.

La chica trató de defenderse y, de hecho, su cuerpo fue encontrado en el suelo del dormitorio. Cuando llegaron las primeras patrullas de Policía Nacional y de Policía Local, el sospechoso les franqueó la entrada y les llevó hasta la habitación donde yacía el cuerpo sin vida de Li, que su verdugo había cubierto con una toalla de baño.

precinto en la puerta del piso de la joven asesinada en València.

En aplicación del protocolo habitual, dado que la agresión era reciente, la policía pidió que acudiera una ambulancia del SAMU, pero su equipo médico ya solo pudo constatar que estaba fallecida.

A partir de ahí, Diego J. R. fue trasladado a los calabozos del complejo policial de Zapadores, donde permanecerá hasta que pase a disposición judicial entre hoy y mañana, en función de cuándo concluya Homicidios el atestado policial.

Li residía en ese piso, en la puerta 1 de la finca, desde hace apenas tres semanas y, al parecer, había conocido a su presunto asesino a través de internet, tras lo cual habían decidido vivir juntos.

Los vecinos del edificio no habían escuchado discusiones y ni siquiera habían llegado a cruzarse con Diego J. R. En cuanto a la mujer, coinciden en que solo habían intercambiado algún saludo al encontrarse en el portal o en el ascensor de la finca. «Nada más llegar, ella y otra chica también asiática llamaron a mi timbre y me pidieron sal, por eso sabía que vivían aquí. Eso fue hace unas dos semanas. Y ya no las había vuelto a ver más», explica su vecino de rellano.

En cuanto a la discusión que precedió al asesinato, solo una adolescente escuchó lo que sucedía. «Era antes de las cinco. Escuché gritos y una discusión, pero no se entendía lo que hablaban», por lo que no pudo suponer la gravedad de los hechos. «Luego me dormí otra vez y lo siguiente ya fue cuando la policía nos llamó al timbre», explicó ayer la joven a este diario.

El asesinato de Li Na es el quinto este año en la CV y el segundo en la ciudad de València en el plazo de apenas un mes. El pasado 23 de agosto, Yessica Daniela Gularte, de 33 años, moría del mismo modo, estrangulada por su pareja, y en circunstancias muy similares a las que han rodeado el asesinato de Li: su presunto asesino tuvo una discusión con ella cuando la mujer pretendió acabar con la relación, cansada de su acoso y control.

El crimen de Yessica fue perpetrado en su domicilio, en la calle Pablo Meléndez (distrito y barrio de Patraix), a un kilómetro del de Li Na, pero su asesino no se entregó, sino que ocultó su cuerpo en el maletero del coche de su víctima y huyó a Suiza, donde fue arrestado el 3 de septiembre, cinco días después de que los amigos hallasen el cuerpo de la mujer.