El 'president' de la Generalitat, Quim Torra, quiso despedirse del Palau de la Generalitat paseándose por la plaza de Sant Jaume hasta su vehículo oficial y desplegando junto a miembros del Govern y cargos independentistas la pancarta que provocó su inhabilitación. Unas 1.700 personas, según el Ayuntamiento, convocadas por la ANC y Òmnium Cultural cumplieron como pudieron las recomendaciones sanitarias durante el acto, pero el paseo de Torra entre la multitud hizo saltar por los aires las medidas estrictamente obligatorias en plena pandemia. Mascarillas, sí. Distancia, no. Los manifestantes se agolparon a periodistas y fotògrafos que seguían sus pasos hasta el vehículo situado en la calle colindante. El estupor y el malestar entre los impulsores fue patente, porque Torra se saltó el acuerdo de no acceder a la plaza, según fuentes conocedoras del dispositivo acordado.

Algunos concentrados siguieron con entusiasmo a Torra, al grito de 'Els Segadors'. La concentración se disolvió al llegar al cruce de la Vía Laietana. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, que había sometido a votación de los socios la convocatoria de esta manifestación, sostuvo que había que defender a Torra sin escatimar críticas por la desunión independentista. "Todo esto es un estado de excepción que no podemos normalizar", justificó, pero criticó que los socios en el Govern "acepten" la sentencia. Por su parte, el vicepresidente de Òmnium Cultural y portavoz de la entidad, Marcel Mauri, quiso mostrarse confiado en que "esta vez sí" el independentismo "estará a la altura" en cuanto a la respuesta institucional: "No nos podemos quedar de brazos cruzados ante esta inhabilitación constante, ante esta persecución ideológica contra la independentismo", sostuvo.Los CDR protestan ante los Mossos

A escasos kilómetros de distancia, los Comités de Defensa de la República (CDR) organizaron su propia 'performance'. Se conjuraron entre 300 y 500 personas emmascaradas, pero tampoco cumplieron con la distancia exigida entre personas de, como mínimo, un metro y medio de distancia. Desfilaron desde Jardinets de Gràcia hasta el parque de la Ciutadella por las arterias centrales de la capital catalana y pararon en los aledaños de la Delegeación del Gobierno. Un firme cordón policial los contuvo. Los manifestantes lanzaron cabezas de cerdo y prendieron petardos contra los agentes.

Dispuestos a dirigirse a las puertas del Parlament, rompieron el candado de una de las puertas de entrada al parque de la Ciutadella. La cabecera instó a todos los manifestantes a seguir su camino, pero algunos se desmarcaron en este punto. Los que llegaron a las puertas de la Cámara catalana lanzaron piedras y vallas contra el cordón policial de los Mossos d'Esquadra. Sobre las 22 horas, quedaban más periodistas que manifestantes y poco a poco los CDR salieron del parque y se dispersaron. No hubo cargas de la polícia catalana.

El grupo se dirigió hacia plaza Urquinaona por la ronda Sant Pere y unos pocos quemaron algún contenedor a su paso. Furgonetas de los Mossos impidieron que se acercaran a Via Laietana y los enviaron hacia plaza de Catalunya, donde se dispersaron. La policía catalana detuvo a un total de seis personas por los disturbios: dos ante Delegación del Gobierno, uno en Jardinets, otros dos cerca de la Ronda Sant Pere y otro en la plaza Catalunya. Identificado este último, los Mossos han descubierto que tenía una orden de detención pendiente.Manifestaciones en Girona, Lleida y Tarragona

Unas 1.500 personas participaron en las protestas en Girona contra la inhabilitación, según el ayuntamiento, y los CDR lanzaron de bolsas de basura contra la Subdelegación del Gobierno y quemaron una bandera española. En Lleida se concentraron unos 300 manifestantes ante la subdelegación del Gobierno, según la Guàrdia Urbana, y antes unas 200 personas acudieron a la plaza de la Paeria siguiendo el llamamiento de la ANC y Òmnium Cultural. En Tarragona, se conjuraron unas 600 personas en la plaza de la Font.