Con elegancia, pero el mensaje se lo ha dejado. "Vamos a seguir haciendo esto porque creo que es lo correcto y creo que lo agradecen mucho los españoles", ha afirmado Inés Arrimadas en la Cadena Ser cuando le han hecho escuchar el rejonazo que el jueves le dio su padrino político y antecesor en la presidencia de Ciudadanos, Albert Rivera. El político catalán afirmó en un acto donde estaba promocionando su último libro que no entiende la actual estrategia de su partido. No mencionó expresamente a Arrimadas, pero no había dudas de que se refería a ella cuando dijo entender que uno puede ser "laxo" a la hora de negociar ciertas cosas, pero que tiene "que tener dignidad". "La dignidad en la vida, cuando la pierdes, no se recupera", soltó.

Después, en Twitter, aseguró que no se refería a las decisiones de la actual presidenta de Ciudadanos, pero sus palabras no dejan lugar de dudas. "Saben que yo no aguanto ni un minuto cosas en las que no creo y cuando veo lo que pasa (...) menos mal que dimití, porque si tengo que aguantar todo esto tengo que ir escoltado frente a mis votantes", declaró.

Arrimadas ha respondido que ahora, con Ciudadanos sentándose con el Gobierno de coalición de PSOE y Podemos para negociar los Presupuestos Generales, "muchos ciudadanos están entendiendo que por fin hacía falta un partido que se pudiera sentar a dialogar, a negociar. Que tuviera principios firmes, porque no vamos a pasar por esa humillación de [Arnaldo] Otegi de ezte jueves o del castellano y ERC, pero mucha gente está agradeciendo que aparte de esas trincheras y esa polarización hay un partido que está haciendo las cosas y entendiendo la situación [de la pandemia]", ha continuado.

La actual presidenta de los naranjas cogió las riendas del partido después de que Albert Rivera dimitiera por la debacle electoral de noviembre de 2019. Arrimadas ha evitado hacer referencia a que el hundimiento de Ciudadanos se debió a que sus votantes no entendieron el veto que Rivera puso a Pedro Sánchez tras las generales de abril, cuando ambos partidos habrían sumado una cómoda mayoría absoluta con 180 escaños y así se habría evitado tener que depender de los independentistas y los nacionalistas. Ella también participó y defendió aquel veto en aquel momento.

"Hemos entendido la excepcionalidad del momento. En plena pandemia hay que sentarse", ha sostenido antes de negar cualquier fisura interna. "Es una decisión que tomamos hace mucho tiempo en la ejecutiva. Estamos a una", se ha despedido.