El Gobierno, la Xunta, la Diputación y los ayuntamientos de Sada y A Coruña mantendrán el próximo miércoles la primera reunión para debatir la gestión y usos del pazo de Meirás tras la sentencia, aún provisional, que ordena su devolución al Estado. El traspaso permitirá poner fin a una anomalía democrática, la de que gestione las visitas al Bien de Interés Cultural una fundación franquista que no tuvo reparos en admitir que utilizaría esta encomienda para "exaltar" la "grandeza de Franco".

A cuatro días para la entrega provisional de las llaves de As Torres, quedan muchas incógnitas por despejar. ¿Quién gestionará el pazo de Meirás? ¿Qué se mostrará en los itinerarios y qué relato se ofrecerá a los visitantes? ¿Qué usos adicionales tendrá el inmueble?. Son solo algunas de las preguntas a la espera de respuesta. Responsables públicos y expertos avanzan sus propuestas e inquietudes ante el difícil cometido de resignificar Meirás.

Un nuevo relato "en clave democrática" que solo exalte a Emilia. En unos días, la palabra dictador comenzará a oírse intramuros. Hasta ahora, en el pazo de Meirás solo se hablaba del Caudillo, el Generalísimo o el Jefe del Estado. Las visitas a cargo de la Fundación Francisco Franco fluctuaban entre su propietaria original, Emilia Pardo Bazán, y el dictador, pero la huella de la escritora, presente especialmente en la capilla y en las alusiones arquitectónicas, se diluía al entrar en el pazo. Desde el busto de Franco y el escudo preconstitucional que presiden las escaleras estilo imperio, a los retratos de Zuloaga o Sotomayor del militar golpista, uno de ellos en camisa azul y envuelto en la rojigualda, o los trofeos de caza, Franco se convertía en el auténtico protagonista del relato.

El primer reto que deberán abordar las administraciones es el de dotar a este Bien de Interés Cultural de un nuevo relato. Historiadores consultados como Emilio Grandío, Manuel Pérez Lorenzo o Xosé Manoel Núñez Seixas marcan dos objetivos fundamentales: restituir la memoria de Emilia Pardo Bazán y ofrecer una explicación de la dictadura en clave democrática "en la que no se vean reflejados los nostálgicos del franquismo". Son objetivos que comparten las administraciones, pero en distinto grado. La Consellería de Cultura aboga por centrarse en la figura de Emilia Pardo Bazán, "aunque sin olvidar los años oscuros como residencia oficial de un dictador".

Los concellos de Sada y A Coruña y la Diputación comparten la necesidad de restituir la memoria de Emilia Pardo Bazán, pero complementado con un relato que contribuya a recuperar la memoria de los represaliados de la dictadura. Mientras que estas tres últimas administraciones y la Xunta Pro Devolución del Pazo de Meirás ponen el acento en la recuperación de la memoria histórica, el Gobierno gallego habla de "concordia y reconciliación".

Una selección imprescindible: ¿Qué bienes deben formar parte del Bien de Interés Cultural? Hasta el fallo definitivo sobre la titularidad del pazo de Meirás, el Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña solo permite retirar del inmueble los "objetos de estricto uso personal" o aquellos que, "nada aporten a la significación del pazo como Bien de Interés Cultural" y a "sus posibles usos definitivos" . La pregunta es obligada: ¿qué bienes forman parte del Bien de Interés Cultural?. El decreto de declaración de BIC de 2008 aporta pocos datos, más allá de constatar la existencia de "muebles de época, cuadros, tapices, armas y pergaminos", "anaqueles llenos de libros y documentos cuyo valor se desconoce" y un "interesante retablo de madera" de la capilla. En todos estos años, la Xunta no realizó un seguimiento de los bienes que entraban o salían del pazo, por lo que será el inventario que ha ordenado el juzgado el que arroje luz sobre los bienes que atesora As Torres.

Esta relación debe servir ahora para que las administraciones decidan qué elementos deben permanecer en este Bien de Interés Cultural por su importancia para interpretar el sitio histórico. Se trata de un trabajo fundamental que la Xunta, que asume las competencias en Patrimonio, se ha negado a realizar hasta ahora pese a las reiteradas peticiones del Concello de Sada. Es una labor en la que hay que ser especialmente meticulosos, apuntan los historiadores. Resignificar el domicilio de un dictador es una tarea espinosa. "En estos lugares, el dictador puede convertirse en una persona próxima. Ese entorno íntimo conlleva el peligro de que se humanice", apuntaba recientemente a este diario Núñez Seixas, que advertía de la necesidad de establecer una "narrativa crítica". Un cuadro puede servir para ilustrar este dilema. En las visitas, el guía de la Fundación Nacional Francisco Franco se detiene siempre en un bodegón de flores de discutible valor artístico firmado por F. F. : "lo pintó Franco", apunta solemne. ¿Debe mantenerse esta pintura o debe marcarse con la X de "bienes que nada aportan a la significación del pazo como Bien de Interés Cultural" que los Franco pueden retirar?

El diputado de Patrimonio, Xosé Luis Penas, se muestra tajante al respecto y aboga por "retirar todos los objetos que contribuyan a la exaltación del franquismo". "No sería tolerable que el pazo continuase siendo destino de franquistas trasnochados y un decorado kitsch de la dictadura", apunta. Donde sí parece haber consenso, aunque con matices, es el mantener todo el legado de Pardo Bazán. La impronta de la condesa es especialmente visible en la capilla y en los detalles arquitectónicos de esta edificación a caballo entre un castillo y un pazo, escenario creativo de muchos de sus escritos, lo que ha llevado a expertos a describir As Torres de Meirás como "una narración pétrea hecha arquitectura". Manuel Pérez Lorenzo, uno de los mayores expertos en el pazo, considera que se conservan suficientes elementos de la escritora, como para musealizar toda la Torre de Levante, donde se ubicaban las estancias de uso más personal: un espacio que estaba dominado por los libros, incluido el dormitorio, y que coronaba el despacho desde el que Emilia asomaba al Balcón de las Musas. Sobre el destino de la biblioteca, declarada Bien de Interés Cultural provisionalmente, no hay consenso. La Real Academia Galega quiere que los 3.200 libros que permanecen en Meirás se trasladen a la Casa Museo de A Coruña. El Concello de Sada defiende que deben permanecer en As Torres. La Xunta, clave a la hora de dirimir el destino de estos fondos, se ha negado a aclarar su postura a este medio.

Modelo de gestión y posibles usos. Un debate con varios candidatos. En la reunión del próximo miércoles, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo; el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso, y los alcaldes de Sada y A Coruña, Benito Portela e Inés Rey debatirán sobre el futuro modelo de gestión del pazo de Meirás y los pasos a dar de cara a su resignificación. Es un debate con más de un candidato a tomar las riendas. La Xunta ha solicitado formalmente al Gobierno que le transfiera la gestión del inmueble mientras no haya una sentencia definitiva. El Concello de Sada aboga por un convenio entre administraciones y se ofrece a gestionar las visitas. Se trata de una antigua reivindicación del Ayuntamiento el alcalde, Benito Portela.

Sobre los usos, todas las administraciones salvo el Gobierno, que no se ha pronunciado, coinciden en los culturales y de memoria, aunque con matices. La Xunta quiere convertir Meirás "en un faro de la igualdad" que rinda tributo a la escritora y "pionera del feminismo" y sirva 2para reivindicar la fuerza creativa de la mujer", en palabras del conselleiro de Cultura, Román Rodríguez. A Coruña y Sada y la Diputación coinciden en la necesidad de recuperar la figura de Pardo Bazán, pero hacen más hincapié en la memoria histórica. Unos y otros apuntan también a la investigación y a usos turísticos. La Xunta Pro Devolución reclama un debate plural.