Los Mossos d'Esquadra han detenido esta semana a 13 personas por su supuesta participación en los disturbios tras la manifestación del 30 de octubre contra las restricciones por la covid, por lo que son ya 28 los arrestados en total, aunque podrían ser más, porque hay dos sospechosos en búsqueda y captura.

Según ha informado la policía catalana en un comunicado, en su dispositivo del pasado martes, del que ese día ya trascendió que habían practicado varias detenciones, arrestaron en concreto a trece personas, que se suman a las quince que ya hubo el día de los disturbios y en las horas posteriores.

Además, los Mossos han denunciado a otros tres supuestos participantes en los disturbios, mientras que otros dos están en búsqueda y captura, en una investigación que sigue abierta y en la que no se descartan más detenciones.

De los trece detenidos el pasado martes, algunos de ellos vinculados con los Boixos Nois, el grupo de seguidores radicales del FC Barcelona, diez han pasado este jueves a disposición judicial, acusados de los delitos de manifestación ilícita, desórdenes públicos, daños, atentado a agentes de la autoridad y pertenencia a grupo criminal.

Los desórdenes, en los que intervinieron grupos de diversa ideología, acabaron con una veintena de agentes de los Mossos heridos, tras el lanzamiento de objetos contundentes y agresiones a los policías, daños en el mobiliario urbano, incendio de contenedores y saqueo en algunos establecimientos comerciales, entre otros.

Según los Mossos, el estudio de las imágenes y el testimonio de los agentes ha permitido identificar, de entre los participantes, a un grupo de personas que actuó de manera coordinada y concertada para atacar con violencia a los efectivos policiales.

De esta forma, el pasado martes se pudo detener por la mañana a trece sospechosos, todos en la provincia de Barcelona: seis en la capital catalana, dos en Sitges y uno en Vilanova i la Geltrú, l'Hospitalet de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Santa Coloma de Cervelló y Sant Joan Despí.

El conseller de Interior, Miquel Sàmper, aseguró tras los incidentes que al principio se produjo una manifestación "totalmente pacífica" del sector de la cultura, aunque generó que se reunieran grupos "tan incompatibles y heterogéneos" como el independentismo radical y la extrema derecha, anarquistas y radicales del fútbol, que ejercieron "violencia gratuita".

La unión de estos grupos, bajo el paraguas de la "rabia social" por las medidas restrictivas de la pandemia, sumado a la "agenda negacionista", según detalló entonces Sàmper, provocó una "masa crítica muy grande" que no sólo provocó disturbios, sino que también saqueó algún comercio en el centro de Barcelona.

Al día siguiente se produjo otra manifestación, aunque los incidentes ya fueron a menos, en parte porque los Mossos d'Esquadra desplegaron amplios dispositivos para filtrar el acceso a las protestas.

A cinco de los detenidos el 30 de octubre por los incidentes de ese viernes por la noche el juez les impuso como medida cautelar la prohibición de acercarse a menos de 100 metros de cualquier manifestación en toda Cataluña, por el riesgo de que cometieran altercados "violentos", al considerar que suponía un "peligro real" para la "paz pública".