El vicepresidente con funciones de presidente, Pere Aragonès, ha abierto la puerta a prolongar el confinamiento municipal en Cataluña, que inicialmente se fijó para diez días que acaban el domingo, ante la evolución "preocupante" del ritmo de contagios de la COVID-19 en la comunidad.

En su comparecencia ante la Diputación Permanente del Parlament, el dirigente republicano ha explicado que en los próximos días el Procicat analizará si mantiene esta y otras restricciones que entraron en vigor el pasado 7 de enero para frenar la expansión de la pandemia, que se ha acelerado tras las fiestas navideñas.

"Con el análisis de los datos que vamos recibiendo este miércoles y que recibiremos a lo largo de mañana, en el marco del Procicat, se estudiará cuáles son las decisiones a tomar a partir del próximo lunes: si se mantienen las medidas o si se cambian", ha explicado Aragonès.

La tercera ola de la epidemia de la COVID en Cataluña sigue agravándose y ya son 2.501 personas las que están hospitalizadas con la enfermedad, 56 más que ayer, de las que 493 están graves en la UCI, 16 más que la víspera, mientras que los contagios notificados en las últimas 24 horas ascienden a casi 5.000.

El vicepresidente con funciones de presidente ha subrayado que las proyecciones de los expertos indican que vienen "semanas muy complicadas a nivel sanitario" que obligarán a tomar "decisiones complejas y complicadas", en las que se intentará compatibilizar salud y economía.

"Vemos por un lado voces que piden, con toda la razón del mundo, medidas contundentes; otras piden que las medidas no vayan excesivamente en contra de los legítimos intereses sociales de la actividad económica (...) Cada una de estas posturas, que no son absolutas ni nítidas, tiene parte de razón", ha expuesto.

Más allá de las decisiones que tome la Generalitat, Aragonès ha reclamado de nuevo al Estado ayudas directas para los sectores afectados por las restricciones y que decrete la obligatoriedad del teletrabajo para reducir la movilidad.