Con los comicios en el aire debido al embrollo judicial que ha provocado el retraso de la convocatoria aprobado por el Govern, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado este jueves su encuesta preelectoral catalana. El estudio, con más de 4.000 entrevistas llevadas a cabo entre el 2 y el 15 de enero, coloca al PSC con una intención de voto del 23,9% y entre 30 y 35 escaños en el Parlament. Por detrás, ERC (20,6% y de 31 a 33 diputados), Junts per Catalunya (12,5% y entre 20 y 27), ), Ciutadans (9,6% y entre 13 y 15) y En Comú Podem (9,7% y de 9 a 12), Vox (6,6% y entre 6 y 10), la CUP (6% y de 8 a 11) y el PP (5,8% y 7 escaños), con el PDECat quedándose sin representación parlamentaria. La segunda gran sorpresa del sondeo viene del flanco de la derecha españolista, al mostrar un 'sorpasso' de Vox al PP.

"Ahora se entiende bien por qué nuestros adversarios quieren llevar las elecciones al 30 de mayo", señalaron fuentes de la dirección del PSC. Aun así, pese a los buenos resultados, los socialistas catalanes no lo tendrían fácil para gobernar. La suma para alcanzar la mayoría absoluta del Parlament, situada en 68 escaños, no resulta nada sencilla. Tampoco para el independentismo, que solo la lograría si se cumplen las mejores previsiones dentro de la horquilla de escaños que refleja la encuesta.

Cambio de tendencia

El sondeo, en cualquier caso, muestra un cambio de tendencia. En su barómetro de diciembre, el CIS colocaba a ERC en cabeza, con un 16,7% en voto directo, que es la respuesta espontánea de los consultados sin cruzar con otras variables como el recuerdo de voto, la simpatía o la valoración de los líderes. Pero los republicanos caían cuatro puntos respecto al mes anterior. Por detrás, el PSC con un 14,3% y Junts per Catalunya con un 10%.

El trabajo difundido este jueves también sitúa a Illa como dirigente mejor valorado. El ministro de Sanidad obtiene un 5, por delante de Pere Aragonès (ERC) y Laura Borràs (JxCat), que empatan con un 4,6. El aspirante del PSC también es el preferido para gobernar por los consultados. Un 22% lo prefiere al frente de la Generalitat, frente al 11,1% de Borràs y el 9% de Aragonès. El sondeo, sin embargo, refleja una enorme distancia entre las predilecciones y los vaticinios. Así, el 46,2% de los catalanes anticipa que los republicanos ganarán los comicios. Solo el 8,6% contesta que serán los socialistas catalanes.

El Gobierno, como el PSC, que atribuye la decisión de posponer a sus expectativas electorales tras cambiar de aspirante, es partidario de que se pueda votar dentro de tres semanas. El miércoles, el presidente, Pedro Sánchez, recordó que el retraso se había llevado a cabo sin "consenso", insistió en que Catalunya necesitaba "cuanto antes" un Govern con "plenas facultades" y pidió acatar la decisión judicial.

El frente judicial

El organismo público suele difundir sus trabajos preelectorales justo antes de que comience la campaña, algo que ahora mismo supone una incógnita. Como pedían varios de los recursos que se presentaron, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) suspendió cautelarmente el pasado martes el aplazamiento de la Generalitat, que justificó la decisión a raíz de los malos datos de la pandemia en la autonomía y fijó el 30 de mayo como nueva fecha de la cita con las urnas. De momento la convocatoria original, para ir a votar el 14 de febrero, sigue adelante. Pero el TSJC todavía tiene que resolver sobre el fondo, algo que se espera que haga entre este jueves y el viernes.

El aplazamiento contó con el visto bueno de casi todos los partidos, independentistas y no independentistas, salvo el del PSC, que a finales de diciembre anunció por sorpresa que su candidato no sería el primer secretario, Miquel Iceta, sino Illa, ministro de Sanidad, que quiere mantenerse en su puesto dentro del Ejecutivo hasta que comience la campaña, un momento por ahora indeterminado.

El Gobierno, como los socialistas catalanes, que atribuyen la decisión de posponer a sus expectativas electorales tras cambiar de aspirante, es partidario de que se pueda votar dentro de tres semanas. El miércoles, el presidente, Pedro Sánchez, recordó que el retraso se había llevado a cabo sin "consenso", insistió en que Catalunya necesitaba "cuanto antes" un Govern con "plenas facultades" y pidió acatar la decisión judicial.

La polémica

Como tantas otras veces desde que José Félix Tezanos, antiguo miembro de la dirección socialista, alcanzó la presidencia del CIS, el sondeo ha venido precedido de polémica. A partir de noviembre, el organismo público ha venido reforzando su muestra en Catalunya, ante la previsión de una convocatoria electoral, preguntando a los catalanes por su intención de voto y valoración de una quincena de líderes políticos. Entre otros, el propio Illa, pese a que todavía no había sido designado candidato y él mismo rechazaba tajantemente esta posibilidad. Sin embargo, según fuentes socialistas, Iceta decidió dejar paso al ministro en el mismo mes de noviembre. La inclusión del titular de Sanidad ha alimentado la sospecha de que los socialistas estaban utilizando el CIS con fines claramente partidistas, algo que denuncia el PP.