El excomisario José Villarejo ha vuelto a la cárcel de Estremera (Madrid) tras cuatro días hospitalizado, y ha anunciado "su firme voluntad" de contestar "a todos y a todo" lo que se le pregunte en el Congreso en la comisión del caso Kitchen, referido al espionaje a Bárcenas, pese a persistir sus dolencias.

En un comunicado, al que ha tenido acceso Efe, su abogado, Antonio José García Cabrera, traslada lo que Villarejo le ha manifestado tras ponerse en contacto con él a su vuelta a prisión y anuncia además que va a instar una investigación sobre el trato penitenciario que está recibiendo su cliente.

Entre otras cosas, Villarejo le ha manifestado que declarará ante esa comisión de investigación "con la inequívoca voluntad de que los españoles puedan conocer completamente todas sus actividades al servicio de la Seguridad del Estado con los distintos Gobiernos de España".

A pesar de su "condición física", el excomisario sigue también dispuesto a prestar declaración el próximo 12 de febrero en tres piezas del caso Tándem, así como sobre otros temas sobre los que ha pedido también declarar voluntariamente, pese a que, según su abogado, se le "viene rechazando sistemáticamente".

Villarejo fue trasladado al hospital el pasado lunes al sufrir graves molestias en un ojo y tras cuatro días ingresado en el Servicio de Neurología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, este jueves fue dado de alta.

El excomisario asegura que aún persiste la sintomatología que le llevó al hospital: cefalea, mareo, visión doble y pérdida de la movilidad del ojo izquierdo con caída del párpado que sólo puede levantar con la mano.

Según le ha explicado a su letrado, tras varias pruebas diagnosticas no se ha podido establecer la causa exacta de sus dolencias, que en principio se vinculan a la hipertensión arterial crónica que padece así como con una situación de estrés continuado.

Así, no se ha podido determinar que haya padecido un infarto o hemorragia cerebral, pero sí, indica, probablemente periférica con afectación de los nervios que permiten la movilidad del ojo.

Su recuperación, le ha dicho, será lenta y puede prolongarse varios meses, pudiendo requerir de un tratamiento médico o quirúrgico posterior.

El abogado denuncia que Villarejo no fue tratado con la debida diligencia cuando comenzó a sentir las molestias que le han llevado al hospital y ha anunciado que va a promover, "de forma inmediata", todas las acciones necesarias para que se investigue "el trato penitenciario recibido".

Achaca lo ocurrido a lo sucedido a su cliente tras someterse a su primer juicio por denuncia falsa e injurias al exdirector del CNI Félix Sanz Roldán y en el finalmente resultó absuelto.

Tras la celebración del juicio, el pasado 15 de enero, se le aisló en su celda, de forma preventiva por el covid, hasta la tarde del día 29, "cuando el protocolo de aislamiento establece un periodo normal de 7-10 días"

Según denuncia el abogado, en esos 15 días no pudo hacer ejercicio, permaneciendo en la celda las 24 horas con la única excepción de la realización de las llamadas telefónicas autorizadas.

Además, en esos días no funcionaba la calefacción de su celda ni el agua caliente de la ducha y, pese a comunicar estos fallos, no fueron subsanados hasta que fue trasladado al hospital.

Durante esos días, para intentar mitigar el frío, Villarejo, según su abogado, tuvo que permanecer todo el día vestido tumbado en su litera y tapado con un edredón, relata el abogado.

Fue el 30 de enero por la noche cuando empezó a tener visión doble, y al día siguiente pidió ayuda a un funcionario, aunque no fue atendido en la Enfermería hasta la tarde y ningún médico pudo examinarle porque todos estaban de baja.

El día 1 ya fue reconocido por dos médicos que acordaron su traslado urgente a un hospital, "tras muchas horas de evolución de sus lesiones que hubieran precisado una atención hospitalaria urgente de forma inmediata", lamenta el letrado.

El abogado recuerda en este comunicado las numerosas veces que ha denunciado "las distintas situaciones degradantes" que ha padecido Villarejo en prisión y recuerda que las reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos (Reglas Nelson Mandela) determinan que las restricciones nunca deben equivaler a tortura u otro trato inhumano o degradante, incluida la prohibición del aislamiento solitario prolongado (es decir, más de 15 días consecutivos).