Juan Carlos I habría hecho su último ingreso a Hacienda mediante el préstamo de una decena de amigos que habrían evitado las donaciones para no pagar adicionalmente entre un 34 y un 40 por ciento en impuestos.

El monarca realizó este jueves una segunda regularización fiscal por rentas no declaradas durante varios ejercicios que suman más de ocho millones de euros de pagos en especie, por los que ha abonado un total de 4.395.901,96 euros incluyendo intereses de demora y recargos ante las autoridades tributarias competentes, algo que fue confirmado por su abogado, Javier Sánchez-Junco.

Este pago voluntario se habría hecho gracias a a la donación de varios amigos del emérito y sin que hubiese un requerimiento previo de la Agencia Tributaria española.

Según el letrado del rey Juan Carlos, la presentación de estas autoliquidaciones complementarias se corresponde con las rentas derivadas de la asunción, por la Fundación Zagatka, de "determinados gastos por viajes y servicios realizados por S.M. de lo que podrían derivar determinadas obligaciones tributarias que han quedado regularizadas".

Según el citado artículo, el emérito queda libre de responsabilidad "el que regularice su situación tributaria, en relación con las deudas a que se refiere el apartado primero de este artículo, antes de que se le haya notificado por la Administración tributaria la iniciación de actuaciones de comprobación".

Algo que corrobora el sindicato de técnicos de Hacienda, GESTHA, que hace hincapié en que la ausencia de requerimiento podría imposibilitar responsabilidades penales para el monarca.

Según el exdirector de la Agencia Tributaria entre 1998 y 2001, Ignacio Ruiz-Jarabo, esta regularización no tiene ningún perjuicio para el Tesoro Público. Ahora, apunta Ruiz-Jarabo, se inicia un nuevo período de investigación de cinco años sobre este procedimiento y, también, sobre el origen de los préstamos.