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La vacunación de las infantas en Abu Dabi añade más presión sobre Felipe VI

Elena y Cristina afirman en un comunicado que se inyectaron la dosis para poder visitar a su padre «regularmente»

La infanta Elena, a su salida de la Fundación Mapfre, horas después de conocerse su vacunación.

Felipe VI y el Gobierno llevan al menos tres meses analizando posibles iniciativas para mejorar la transparencia de la Monarquía. Tres meses a lo largo de los que ya no es solamente Juan Carlos I y las investigaciones sobre su fortuna lo que inquieta al actual jefe de Estado. Este martes se supo que las hermanas del Rey, Elena (57 años) y Cristina (55), se habían vacunado en Emiratos Árabes Unidos, donde el padre tiene fijada su residencia desde agosto. El gesto de las infantas ha desatado críticas en la mayoría de los partidos políticos y en el Ejecutivo y ha añadido más presión a una institución que sigue sin tener un papel proactivo en su momento más difícil desde que llegó al trono.

La Zarzuela, a través del jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, y el Gobierno, con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, como negociadora, tienen sobre la mesa varias medidas con el objetivo de regenerar la institución. Entre otras, según fuentes de la Moncloa, se está estudiando la publicación del patrimonio de Felipe y Letizia (una obligación que cumple cualquier cargo público desde 2007), detallar los gastos de la jefatura del Estado, la renuncia por parte del Monarca de la inviolabilidad para sus actos privados y la retirada del título de rey a Juan Carlos.

Para esta última iniciativa, sería necesario modificar un real decreto que el Ejecutivo de Mariano Rajoy cambió en 2014 para que el exjefe de Estado y la reina Sofía pudieran mantener el carácter honorífico de reyes y «honores análogos» a la princesa Leonor. Este paso también supondría la salida de Juan Carlos de la «familia real», de la que forma parte todavía junto a su esposa, los Reyes, Leonor y la infanta Sofía.

Retirar el título de rey a Juan Carlos I y hacer público el patrimonio de los monarcas sigue estando sobre la mesa

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Hasta este momento, la Casa del Rey ha intentado desvincularse del escándalo de Elena y Cristina diciendo que ya no forman parte de la «familia real» y que Felipe VI «no es responsable de los actos de sus hermanas». Respecto a su padre, la Zarzuela insiste desde hace meses en dos argumentos: en junio de 2019, Juan Carlos puso fin a toda su actividad institucional u oficial y, en marzo de 2020, designó como representante al abogado Javier Sánchez-Junco.

El código de conducta

Sin embargo, el emérito sigue siendo miembro de la «familia real» y está sujeto, por tanto, al código de conducta que Felipe VI aprobó cuando ascendió al trono y que prohíbe, entre otras cosas, recibir dinero como regalo y préstamos por debajo del valor del mercado, aspectos que están en cuestión por ahora con las dos regularizaciones ante Hacienda que ha hecho estos últimos meses.

El comportamiento de las infantas fue censurado por el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, que afirmó que su acción impulsa el debate en España hacia «un horizonte republicano». En su opinión, la sociedad española «no acepta» que miembros de la familia del Rey se vacunen en Abu Dabi, cuando «hay muchos ciudadanos que están disciplinadamente a la cola para cuando tengan la disponibilidad» de recibir la inyección. En estos momentos, el gran grueso de ciudadanos que están recibiendo la inmunización son los mayores de 80 años.

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias.

Al ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, le parece «muy mal» que se hayan aprovechado de su «posición» para «saltarse» el orden de vacunación, una conducta que genera, añadió, «mucha desconfianza» en la población. En cambio, el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró que no ve «perjuicio» porque las infantas «no le han quitado la vacuna a ningún español».

Al ver la polvareda que la noticia había levantado, Elena mandó un comunicado a algunos medios de comunicación en el que, en nombre de su hermana también, explicó por qué habían recibido la inyección en Emiratos Árabes Unidos en su visita de la semana del 8 de febrero.

Restricciones en Emiratos

«Se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia habríamos accedido al turno de vacunación en España, cuando nos hubiera correspondido», se puede leer en la nota. El objetivo era obtener «un pasaporte sanitario» que les permitiera visitar a su padre «regularmente», sin tener que guardar la cuarentena de diez días que ese país exigía a los visitantes hasta hace poco. Desde hace unas semanas, sin embargo, ante el empeoramiento de los contagios de coronavirus, las autoridades han endurecido las restricciones y piden el confinamiento para todos los que llegan a los emiratos, estén o no vacunados, de manera que Elena y Cristina no tendrán tan fácil salir y entrar en el país para ver a Juan Carlos I como pensaban.

Tras otra mañana de tensión en el Pardo, la infanta Elena acudió ayer a mediodía en su propio vehículo al Palacio de la Zarzuela, informó la agencia Europa Press. Según explicó un portavoz oficial de la Casa del Rey después, la visita no se debió a que Felipe VI hubiera convocado a su hermana para tratar este asunto, sino que fue a la Zarzuela a ver a su madre, la reina Sofía.

Las Infantas dicen que se vacunaron para obtener el "pasaporte sanitario" y visitar a su padre "regularmente"

El primo de Juan Carlos I niega ser su testaferro

Álvaro de Orleans ha dado un paso adelante para desvincularse de la segunda regularización fiscal presentada por su primo Juan Carlos I en relación con los vuelos que le pagó la fundación Zagatka, de la que se declara fundador y único propietario. En un comunicado, su equipo legal niega que De Orleans haya sido testaferro o fiduciario del exjefe del Estado y sostiene que «puso voluntariamente a su disposición ayuda financiera para la atención de gastos de viaje».

Explica que la decisión del rey emérito de ponerse al día con el fisco por estos viajes le es «ajena», corresponde a «un contribuyente español, que tributa por los fondos de que ha dispuesto» y «no le afecta en ningún caso», ni contradice la versión que ofreció ante la justicia suiza como testigo. Niega «estar siendo objeto de ningún procedimiento penal en Suiza, España o cualquier otro país» o haber «recibido citación de ningún tipo por parte de autoridad alguna», circunstancia que previsiblemente cambiará, porque la fiscalía española, como informó este diario, ha cursado a Mónaco una comisión rogatoria para tomarle declaración.

De Orleans argumenta que la «Fundación Zagatka se constituyó para gestionar a nivel administrativo y financiero una parte de su patrimonio» y «al mismo tiempo materializar su ayuda a la Casa Real española, como parte del legado transmitido por su padre, Álvaro de Orleans-Borbón y Sajonia-Coburgo-Gotha, y su abuelo, el infante Alfonso de Orleans y Borbón, específicamente a don Juan Carlos, rey en el momento de la creación de la misma».

Añade que, «como parte del objetivo de la fundación y fruto del compromiso heredado de su padre y de su abuelo, puso voluntariamente a disposición de don Juan Carlos ayuda financiera a través de la fundación para la atención de gastos de viaje». Y puntualiza que cuando el emérito en su regularización menciona la palabra «servicios» no se refiere a que se los haya prestado a Zagatka, sino que «forman parte de los gastos de viaje, como pueden ser servicios de agencias de viaje». Insiste en que el hecho de que los haya declarado a Hacienda no significa que sean fondos de su propiedad.

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