Las comisiones rogatorias cursadas por la fiscalía del Tribunal Supremo en las diligencias de investigación abiertas para determinar si Juan Carlos I cometió algún delito empiezan a dar sus frutos. Las autoridades de Mónaco han dado el visto bueno a la cursada por los representantes del ministerio público y autorizan que tomen declaración como testigo a su primo Álvaro de Orleans, presidente de la fundación Zagatka, que le pagó vuelos por ocho millones de euros.

Fuentes del entorno del aristócrata confirman a este diario que Álvaro de Orleans "mantiene su firme voluntad de colaboración con las autoridades competentes", por lo que responderá desde Mónaco a las preguntas que le formulen los fiscales españoles. 'El Español' ha adelantado que la declaración será el próximo día 22. Su testimonio será crucial para que la fiscalía adopte una decisión en relación a la segunda regularización del emérito, ya que, según informó el abogado de este, Javier Sánchez-Junco, el pago a Hacienda de 4.395.901,96 euros con “intereses de demora y recargos” obedecía a "las rentas derivadas de la asunción, por la Fundación Zagatka, de determinados gastos por viajes y servicios realizados" por el emérito.

Sin contradicción

Esa explicación hizo que Álvaro de Orleans hiciera público un comunicado, aunque, según decía, la regularización no contradecía "la versión que ofreció ante la justicia suiza" como testigo, pero asistido por un abogado para garantizar sus derechos. En él señalaba que, "como parte del objetivo de la fundación y fruto del compromiso heredado de su padre y de su abuelo, puso voluntariamente a disposición de don Juan Carlos ayuda financiera a través de la fundación para la atención de gastos de viaje". Y puntualizaba que los "servicios" mencionados por el emérito no se referían a que los haya prestado a Zagatka, sino que "forman parte de los gastos de viaje, como pueden ser servicios de agencias de viaje".