Uber, que desde el martes vuelve a operar en Barcelona, ha defendido este jueves la legalidad de su servicio y ha denunciado la "campaña de intimidación" de algunos sectores del taxi, lo que ha provocado que muchos taxistas que colaboran con la aplicación "tengan miedo de salir a trabajar".

Por ello, la compañía ha pedido a las administraciones públicas catalanas que "tomen medidas lo antes posible para frenar esta situación", que coincide con la marcha lenta que llevan a cabo este jueves en Barcelona centenares de taxistas contra el regreso de la app a la ciudad.

Uber asegura que la demanda de sus servicios en Barcelona "está siendo muy elevada" y que más de 10.000 personas han abierto su aplicación para viajar en taxi desde el martes por la mañana.

Respecto al requerimiento que le ha hecho el Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), Uber se compromete a hacer llegar toda la información solicitada en breve, aunque insiste en la legalidad de su servicio de acuerdo con la regulación vigente.

"Seguimos a disposición del IMET para trabajar juntos en la recuperación del taxi del Área Metropolitana de Barcelona y en poner a disposición del ciudadano nuevas alternativas que mejoren la movilidad en Barcelona. Pero, para poder hacerlo, necesitamos un trato justo", remarca Uber.

El IMET ha advertido a Uber que no puede trabajar en la región sin ofrecer la tarifa de precio cerrado (T3), al margen del servicio con taxímetro, y ha amenazado con multas a los taxistas que trabajan con la app.

Uber, por su parte, defiende que su servicio de intermediación de taxis en la ciudad es "completamente legal", como dice el decreto 314-2016 de la Generalitat, que "establece claramente que para operar un servicio con taxímetro en Barcelona es necesaria una notificación previa, y no una autorización del AMB".

Por el momento, Uber ofrece servicio de transporte con taxímetro, ya que está a la espera de que el IMET le autorice a aplicar la tarifa T3, es decir, de precio cerrado por carrera.