El policía nacional jubilado Ángel A.A., de 71 años, acusado de matar a su mujer en julio de 2018 de un disparo en la cara con su arma reglamentaria en el domicilio conyugal de Astorga (León) y herir de gravedad a un vecino con el que la víctima mantenía una relación sentimental, ha sido condenado a 28 años y medio de prisión después de que un jurado popular lo declarase por unanimidad culpable de asesinato.

La Audiencia de León le ha impuesto una condena de 21 años por el asesinato de su esposa y otra de 7 años y medio por un delito de asesinato en grado de tentativa, ha informado este miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

La vista oral finalizó el pasado el 19 de marzo con la lectura de las conclusiones finales en la que la Fiscalía mantuvo la petición de 32 años de cárcel para el acusado.

En la lectura de sus conclusiones, durante la última de las sesiones del juicio celebrado desde el pasado 15 de marzo en la Audiencia de León, la Fiscalía reiteró su petición de 25 años por asesinato y siete por tentativa de asesinato, si bien incluyó entonces la agravante de género dado que la víctima fue una mujer "por el hecho de serlo".

La acusación pública sostuvo que el acusado asesinó a su mujer la madrugada del 24 de julio de 2018 en el domicilio conyugal de un disparo en la cara, y que intentó hacer lo mismo con un vecino tras leer en el teléfono móvil de su esposa unos mensaje amorosos entre ambos.

Rechazó lo declarado por el acusado y subrayó que su intención de matar quedó sobradamente demostrada por las pruebas practicadas en el juicio.

Además, criticó algunas intervenciones durante la vista oral "que parecían que quisieran justificar la agresión por las infidelidades".

La defensa destacó que el procesado no es un asesino, ya que sufrió un episodio de ofuscación cuando se enteró de la infidelidad de su mujer y su vecino, y demandó aplicar una eximente completa -ofuscación- y calificar los hechos como homicidio imprudente.

Durante su declaración en la primera jornada del juicio, el acusado aseguró que disparó de forma fortuita en el transcurso de un forcejeo contra su mujer y recalcó que nunca tuvo la intención de matarla.

Respecto a su vecino, explicó que solo pretendía asustarle para que no se riera de él y dijo que lo que pasó fue fruto de la "ofuscación" que sintió al constatar que su mujer le engañaba con su vecino y "amigo".

El vecino herido prestó declaración al día siguiente y, en contra de lo manifestado por el acusado, aseguró que la intención del procesado de acabar con su vida fue clara.

Explicó que pudo salvar la vida gracias a que se abalanzó sobre él cuando vio que iba armado y eso le impido dirigir con precisión el disparo, que finalmente le entró por un hombro.

Admitió que mantenía una relación sentimental con la víctima desde enero de 2018, y dijo que, tras oír ruidos en el piso de sus vecinos, sonó el timbre de su casa y al abrir la puerta se encontró el acusado encañonándole con un arma de fuego, quien le recriminó su relación con su esposa y le espetó que le iba a matar