El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inicia este miércoles un viaje a Angola, el primero en casi 30 años de un jefe del Ejecutivo español, para impulsar la colaboración bilateral y la presencia de empresas en un país que se considera de un enorme potencial.

Fue en enero de 1992 cuando Angola recibió la visita de Felipe González, y desde entonces, aunque el viaje había estado en la agenda de varios presidentes del Gobierno (Mariano Rajoy lo suspendió en el último momento en marzo de 2018 por la situación en Cataluña), no ha sido hasta ahora cuando se ha concretado.

Un viaje que se enmarca en la gira africana que Sánchez protagonizará hasta el viernes, 9 de abril, y que le llevará también a Senegal.

La comitiva del presidente del Gobierno incluye la presencia de un grupo de empresarios, lo que da idea de la trascendencia que se otorga en esta visita al componente económico, comercial y de inversión.

El Ejecutivo resalta las grandes oportunidades que Angola ofrece en este terreno, máxime teniendo en cuenta el programa de diversificación de su economía que ha puesto en marcha el presidente del país, Joao Lourenço.

Con él se entrevistará Sánchez para analizar, entre otros asuntos, las relaciones bilaterales de todo tipo y, en concreto, esa presencia empresarial española en el país.

Menor dependencia del petróleo

Angola lleva años atravesando una difícil coyuntura económica, pero el Gobierno subraya que ofrece oportunidades en esa aspiración de diversificar su economía para que no dependa casi exclusivamente del petróleo.

El petróleo representa el 50 por ciento de su Producto Interior Bruto, el 95 por ciento de sus exportaciones y el 80 por ciento de sus ingresos públicos.

Empresas españolas con experiencia internacional se espera que puedan participar más en áreas como las de transporte, infraestructuras, ingeniería o energía.

Angola ya ha trasladado su interés para que algunas firmas estén presentes en su programa de diversificación y el propio presidente Lourenço, con motivo de su investidura en 2017, citó explícitamente a España como uno de los países prioritarios en su acción diplomática.

A su vez, España ha incluido a Angola entre las naciones prioritarias en el plan Foco África 2023 para reforzar la colaboración bilateral con el continente.

Entre otros datos, España fue en 2020 el primer cliente europeo de Angola y su séptimo proveedor.

Sánchez inaugurará durante su estancia en Luanda una cumbre de empresarios españoles y angoleños y visitará una subestación eléctrica de la firma Elecnor, que desarrolla su actividad en los sectores de infraestructuras, energías renovables y nuevas tecnologías y que está presente en Angola desde hace más de 30 años.

Firma de acuerdos

Más allá de los aspectos económico y comercial, el Gobierno resalta el peso que ha ido ganando Angola en África subsahariana para convertirse en un actor de referencia y con capacidad de influencia ante conflictos y tensiones en zonas como el Golfo de Guinea, donde hay un aumento de las acciones de piratería.

Por ello España desea estrechar lazos de cooperación en ese terreno para fomentar la seguridad marítima.

Son cuestiones de las que Sánchez hablará también con el Lourenço en su reunión en el Palacio Presidencial, donde ambos encabezarán la firma de una serie de acuerdos y memorandos de entendimiento en áreas como las de transporte aéreo, pesca, agricultura e industria.

La agenda de Sánchez incluye también una visita al colegio salesiano Don Bosco, regentado por un misionero español y que está especializado en la alfabetización y atención a menores en situación de riesgo de exclusión.

A la relevancia de este centro, impulsado con fondos de la cooperación española, contribuye que su programa de alfabetización haya sido la base de un plan general para todo el país aprobado por el Gobierno angoleño.

La gira africana de Sánchez se ha organizado teniendo en cuenta todas las restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus, que ha golpeado a Angola y Senegal no tanto desde un punto de vista sanitario sino económico a consecuencia de las medidas que se han impuesto.

El número de fallecidos en Angola desde el principio de la pandemia asciende a casi 550 personas, mientras que en Senegal apenas supera el millar.