El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gandía investiga por una presunta agresión física y por maltrato psicológico continuado a su novia a un joven de 29 años, sobrino de los actuales dueños del conocido restaurante franquista Casa Pepe, ubicado en pleno Despeñaperros, al borde de la A-4, en la localidad ciudarrealeña de Almuradiel. El acusado fue detenido el pasado martes por agentes de la Guardia Civil de Oliva tras la denuncia interpuesta por su novia tras la presunta agresión física por parte del acusado.

Los hechos se produjeron en el municipio de la Safor en el que reside la joven, cuando ambos se encontraban, de hecho, en el domicilio de la mujer. Además del maltrato, la Guardia Civil investiga un posible delito de pornografía infantil.

Nada más producirse los hechos, la mujer pidió ayuda y se desplazó al cuartel de la Guardia Civil más próximo, en este caso el de Oliva, donde formalizó la denuncia por malos tratos contra su pareja sentimental. La víctima relató que no era el único episodio, aunque sí el primero que denuncia, según las fuentes consultadas. La joven ha desgranado no solo el maltrato físico, sino también psicológico y de control en el tiempo que ha durado la relación.

Tras la recepción de la denuncia, agentes del puesto de Oliva fueron en busca del sospechoso y lo detuvieron por un presunto delito de violencia de género. El arrestado, asistido por el letrado Óscar Fernández, fue entregado ayer por la mañana en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1 de Gandía, que decretó libertad provisional con orden de protección.

El detenido ya lo había sido en abril de 2009, hace exactamente doce años, por la muerte de un disparo de la que entonces era su novia. En aquel caso, la Guardia Civil de Valdepeñas (Ciudad Real) determinó que la muerte había sido accidental, por lo que fue acusado únicamente de un delito de homicidio imprudente. La víctima, de 20 años, residía en Gandía, igual que el ahora detenido, que en aquel momento era menor de edad —tenía 17 años—.

Dispositivos bajo investigación

Por lo que respecta al posible delito de pornografía infantil, la Guardia Civil de Oliva ya ha solicitado al juzgado una orden para poder someter a un estudio forense profundo los dispositivos electrónicos del detenido.

Los agentes han iniciado esa investigación tras corroborar, por dos fuentes directas distintas, que el ahora detenido sería usuario de ese tipo de pornografía. De constatarse la existencia de archivos pedófilos en esos dispositivos, sería acusado formalmente de un delito de corrupción de menores, además del malos tratos.

Los dispositivos, que ya están en poder de la Guardia Civil, serán enviados al laboratorio especializado en delitos tecnológicos, en el acuartelamiento de Benimaclet, para realizar el correspondiente volcado y análisis de los archivos contenidos en su interior.

El acusado ya fue arrestado en 2009 siendo menor por matar de un disparo a su novia

El presunto maltratador ya fue arrestado en 2009, cuando tenía 17 años, por la Guardia Civil de Ciudad Real tras causar la muerte a su novia, Elena Ortega, de 20 años. La joven recibió un disparo efectuado con una carabina del calibre 9, propiedad del abuelo del detenido, que en ese momento y hasta su muerte en 2013 era el dueño del restaurante Casa Pepe, conocido en toda España por haberse constituido en un auténtico reservorio en memoria del dictador, con cientos de productos a la venta con la cara de Franco y el águila de la bandera preconstitucional.

Los dos jóvenes residían en Gandía y se fueron con los padres de él a pasar la Semana Santa y la Pascua a Almuradiel, a la vivienda familiar que ocupaba la planta superior del restaurante.

De hecho, fue allí, en una de las habitaciones, donde se produjo la muerte de Elena. La joven recibió, sobre las 20.30 horas del 13 de abril, un disparo por la espalda que le alcanzó el corazón y le provocó la muerte casi instantánea. A la una de la madrugada del día 14, la Guardia Civil detuvo al menor por homicidio imprudente, tras determinar que el disparo había sido accidental mientras el presunto autor jugaba con el arma de su abuelo.