Si hubiera que apostar por qué va a pasar con las Fallas 2021 habría que dar un dato por prácticamente hecho: se van a celebrar. Si no aparece una mutación extremadamente perniciosa. Habrá Fallas 2021. Aunque sea en una versión adelgazada. Y si hubiera que apostar por la fecha, habría que tomarse las cosas con más reservas. La sensación que queda tras la reunión mantenida por la comisión de seguimiento y la consellera Ana Barceló es que estaríamos más cerca de arrancar el 1 de septiembre que de esos soñados mediados de julio. Que no hay que descartar ninguna de las variables, pero que ganar esos casi dos meses de vacunación suplementaria son importantes. Se va a casi saber el próximo jueves, tras la reunión interdepartamental en la que se pondrá sobre la mesa no ya las Fallas, sino todo el compendio de fiestas patronales de la Comunitat Valenciana. Y el lunes ya quedará aclarado, según aseguró el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, "al cien por cien, tanto las fechas como las actividades falleras que se podrían realizar". "No hemos llegado a más conclusiones. Pero sí que consideramos que lo positivo es que estamos hablando de 2021". ¿Mes? "El lunes aclararemos las fechas".

La fecha que se diga ese día es aquella a partir de la cual los diferentes ayuntamientos establecerán sus días para plantar, celebrar y quemar. Porque ese es el siguiente paso: que cada municipio establezca sus pautas, mediante el consenso con sus propios falleros. En el caso de València, con la asamblea de presidentes.

"Hemos puesto en valor el trabajo que ha hecho el mundo de las fallas, porque no ha habido que denunciar a ningún casal y porque las Fallas han demostrado su carácter solidario. Pero es verdad que el nivel de vacunación no es el que esperábamos, pero el paso ya es importante".

¿Cuál es la importancia de la reunión? Que recuperar la fiesta, año y medio después, se ve completamente factible.

En lo económico y en lo moral

¿Qué es lo malo? La ansiedad. Los seis días que todavía habrá que esperar hasta obtener una contestación cerrada. Pero también se piensa que, semana arriba, semana abajo, irse a casa el 10 de mayo con una fecha para el banderazo de salida ya pone en marcha todo el engranaje. Porque en la reunión se incidió nuevamente en que lo importante no es tanto plantar, celebrar y quemar como las consecuencias que tiene. Tanto en el aspecto económico como en el moral.

No es algo que a las autoridades sanitarias les caiga de nuevo a estas alturas y es algo que está interiorizado: la cantidad de puestos de trabajo que está en el aire y la necesidad que tiene la sociedad de encontrar una luz al final del túnel. Sí que es cierto que las Fallas quedarán empaquetadas dentro de una norma general que afectará a todo el conglomerado de fiestas patronales. Las cuales también estarán obligadas a ofrecer una versión reducida de las mismas, que sirva más como estímulo que como realidad. Ahora, ese establecimiento de fechas, con muchas más vacunas administradas, es algo que meses atrás habría sido impensable.