La OCU ha pedido al Gobierno y las comunidades autónomas que no sea obligatoria la mascarilla al aire libre, salvo en circunstancias en las que se produzca un contacto estrecho con otras personas y no pueda garantizarse la distancia de seguridad, a partir del día 9 de mayo, cuando decaerá el estado de alarma.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lo reclama porque, a su juicio, la obligatoriedad constante es una medida "poco eficaz en el momento actual y que causa fatiga en los ciudadanos con un resultado contraproducente".

La OCU considera que la evidencia científica acumulada desde el inicio de la pandemia hace necesario "replantear algunas de las medidas de prevención que fueron planteadas en un momento en el que la incertidumbre sobre la transmisión de la infección era mayor".

Para la organización en estos momentos se debe poner énfasis en las medidas de protección en el interior de los espacios públicos compartidos, en los que se debe garantizar una adecuada ventilación y obligar al uso de mascarilla, y no tanto en espacios al aire libre donde la probabilidad de contagio si se mantienen las distancias de seguridad "es mínima".

Por eso, cree que se deben focalizar ahora las recomendaciones a la población en la limitación de aforos, las actividades en interiores y las que tienen un riesgo alto de transmisión.

También ve oportuno que el Gobierno marque unas directrices claras en relación con las personas vacunadas y que puedan acreditar que han pasado la infección en cuanto a su obligación de cumplir esta y otras determinadas restricciones, en especial aquellas relacionadas con la movilidad.

Reclama, por último, que se normalice el régimen de visitas a las residencias y centros de mayores teniendo en cuenta que ya se ha llevado a cabo la vacunación de la práctica totalidad de los residentes, usuarios y trabajadores, porque -argumenta- "estas visitas son fundamentales para mantener tanto el estado anímico como la capacidad cognitiva de los residentes y dan tranquilidad a sus familiares".