A Pere Aragonès no le gusta que los indultos a los presos independentistas forme parte del menú mediático. Es por ello que este martes, tras el primer Consell Executiu ordinario demandó "una decisión justa y lo más pronto posible" a Pedro Sánchez en el asunto, sea "en un sentido u otro" para mayor tranquilidad de las familias. Pero no es tan fácil. Las relaciones entre el nuevo Govern de Cataluña y el Ejecutivo del Estado se iniciarán esta semana de manera formal con una llamada telefónica de trabajo (pasada ya la fase de las llamadas de cortesía por la investidura) entre Aragonès y Sánchez que dará pie, después, a una reunión presencial entre ambos y, posteriormente, a la segunda reunión de la mesa de negociación entre ambos ejecutivos. Este último cónclave sin fecha aproximada, mientras que los contactos entre líderes se esperan más o menos a corto plazo.

"Me parece bien que nos veamos [con Pedro Sánchez] antes de la mesa. hay una serie de asuntos que no forman parte de la esencia del conflicto político que hay que abordar", señaló Aragonès y puso como ejemplos el debate sobre la ampliación de El Prat y los fondos de reconstrucción poscovid, provinentes de la UE, los Next Generation.

Acerca de la posibilidad de que Oriol Junqueras forme parte de la comitiva catalana en esta mesa, el president recordó que en estas reuniones cada Ejecutivo nombra su delegación, dejando así abierta la opción de que el presidente de ERC sea uno de los negociadores.

El Ejecutivo de Sánchez, por su parte, ve "especulativo" hablar de quiénes compondrán las dos delegaciones, pero de entrada no veta la presencia de Oriol Junqueras , defendida por ERC. No la ve lógica, porque se trata de un foro de interlocución entre dos gobiernos, aunque tampoco la descarta. De hecho, en la parte catalana ya hubo asistentes a la primera reunión que no eran titulares de departamento.

Sibilina indirecta

Es más, fuentes del Ejecutivo deslizan sibilinamente que la presencia del presidente de ERC podría interpretarse como que Aragonès está "tutelado" por él, en un momento en que "necesita posicionarse" como jefe del Executiu.

Lo que no precisa el Gobierno central por ahora es si la mesa de negociación se convocará antes o después de que el Consejo de Ministros decida sobre los indultos. Fuentes gubernamentales indicaron, no obstante, que lo previsible es que primero delibere el Ejecutivo sobre la medida de gracia y posteriormente se vean las caras los dos gabinetes.

La Moncloa lleva insistiendo estos días en que son dos cuestiones diferentes: una cosa son los indultos, que van por su camino después del informe negativo del Supremo y de la Fiscalía, y otra la reanudación de los contactos con el Executiu. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros, remachó este martes esa idea: son dos temas "distintos" que no están "ni interrelacionados ni interconectados".

La extradición de Puigdemont

Lo que sí descartó Montero es la posibilidad de que el expresident Carles Puigdemont, huido de la Justicia, pueda ser indultado de sus responsabilidades penales incluso antes de ser juzgado. "Ojalá podamos tener su extradición para que podamos juzgarlo con todas las garantías, señaló".

¿Qué pasará con la reforma de la sedición? Montero señaló que esta cuestión y la de los indultos están llevando una tramitación "en paralelo", pero no significa que hayan de resolverse "a la vez". Cuando la propuesta de Justicia esté lista, llegará al Consejo de Ministros, dijo. Fuentes de la Moncloa sí confirmaron a EL PERIÓDICO que se está planteando si promover la tramitación al tiempo que se resuelven los expedientes sobre las medidas de gracia para reforzar la argumentación ante el Supremo.