No hay fecha para la mesa de diálogo de Gobierno y Govern. Ni siquiera una aproximación temporal, aunque desde luego no se reunirá de manera inminente. Por eso el Ejecutivo ve "especulativo" hablar de quiénes compondrán las dos delegaciones, pero de entrada no veta la presencia de Oriol Junqueras, defendida por su partido, ERC. No la ve lógica, porque se trata de un foro de interlocución entre dos gobiernos, aunque tampoco la descarta.

Una semana después de que Pedro Sánchez avalara los indultos a los líderes del 'procés' condenados por el Tribunal Supremo y también una semana después de que Pere Aragonès tomara posesión como nuevo 'president', sigue sin estar claro el calendario respecto a los pasos a dar con Cataluña. La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, se remitió a las declaraciones de Sánchez el lunes en Alcalá de Henares, al término de la XIII Cumbre Hispano-Polaca. Lo "lógico y razonable", dijo la ministra, es que primero se produzca la reunión institucional entre los dos presidentes, como tiene que haberla entre el jefe del Ejecutivo e Isabel Díaz Ayuso, cuando sea investida, previsiblemente a finales de este mes, por la Asamblea de Madrid. Se trata de una cuestión de "cortesía institucional", la audiencia en la Moncloa del presidente con los mandatarios autonómicos que acaban de ser elegidos.

Después de esa entrevista bilateral, siguió Montero, llegará la mesa de diálogo. Lo que no precisa por ahora el Ejecutivo es si esta se convocará antes o después de que el Consejo de Ministros que decidirá sobre los indultos a los dirigentes independentistas. Fuentes gubernamentales indicaron, no obstante, que lo previsible es que primero delibere el Ejecutivo sobre la medida de gracia y posteriormente se vean las caras los dos gabinetes. La Moncloa lleva insistiendo estos días en que son dos cuestiones diferentes: una cosa son los indultos, que van por su camino después del informe negativo del Supremo y de la Fiscalía, y otra la reanudación de los contactos con el Executiu. Montero remachó esa idea: son dos temas "distintos" que no están "ni interrelacionados ni interconectados".

La Generalitat pide la presencia de los presos independentistas en la Mesa de Diálogo

La Generalitat pide la presencia de los presos independentistas en la Mesa de Diálogo Agencia ATLAS | EFE

Respecto a la mesa, Montero resaltó que es un instrumento que componen los dos gobiernos, porque así se concibió por el acuerdo de investidura de PSOE y ERC. Por tanto, sería "prematuro y especulativo", aseguró, adelantar ahora quiénes integrarán las dos delegaciones cuando ni siquiera se ha producido el despacho entre Sánchez y Aragonès en la Moncloa. Ahora bien, será cada parte, como ocurrió en el primer encuentro, en febrero de 2020, quien decida a quién llevará a la mesa. Será cada gobierno, pues, el que "traslade los nombres". Era la respuesta de Montero a la pregunta directa de si podrá participar en los debates el líder de ERC, como ayer lunes apuntó la portavoz del partido, Marta Vilalta. La portavoz sí agregó que tiene que haber "espacio para los partidos" en la mesa entre fuerzas catalanas que ha plantado el PSC. Es decir, que tienen que funcionar dos canales: el foro entre los dos ejecutivos y el diálogo entre las formaciones catalanas en el Parlament.

Montero abrió la puerta, por tanto, a la presencia de Junqueras en la mesa. No la descartó en ninguna de las preguntas que los periodistas le dirigieron. No obstante, fuentes del Ejecutivo insistieron en que no ha habido ninguna conversación en la que el Govern plantee la participación del presidente de ERC -condenado a 13 años de cárcel y 13 de inhabilitación por sedición y malversación- como una "opción real". El Gobierno, de hecho, tiene "dudas" de que Junqueras quiera estar en la mesa. Además, entiende que, si se sentara, habría una "lectura complicada de los liderazgos en ERC". Se visualizaría la imagen de un 'president', indicaban las mismas fuentes, "tutelado" por el líder de los republicanos, justo en un momento en el que Aragonès necesita "posicionarse" como nuevo jefe del Executiu.

De hecho, Montero lanzó un mensaje a Aragonès. A la pregunta de cómo se puede justificar la "utilidad pública" de los indultos a los condenados del 'procés' cuando el separatismo sigue pidiendo amnistía y referéndum de autodeterminación, respondió que el Gobierno "es responsable" de la parte que le corresponde, pero la salida del conflicto en Catalunya requiere de "liderazgo por ambas partes". Y también de "audacia". Ambos componentes los reúne Sánchez, y "no tiene por qué dudar" el Gobierno de que ese liderazgo "existe" en el recién constituido Govern. El Ejecutivo, por tanto, pide a Aragonès valentía para deshacerse de hipotecas tanto de sus socios de Junts, a los que ha superado en las urnas, como para no tener a Junqueras de 'carabina' en la mesa de diálogo.

Lo que sí descartó Montero es la posibilidad de que el 'expresident' Carles Puigdemont, huido de la Justicia, pueda ser indultado de sus responsabilidades penales incluso antes de ser juzgado. "Ojalá podamos tener su extradición para que podamos juzgarlo con todas las garantías, señaló".

La portavoz incidió en la argumentación de los últimos días: el Ejecutivo persigue, con la medida de gracia, reforzar la "convivencia" en el país, favorecer la "concordia" y el "reencuentro". El presidente, aseveró, "no se esconde bajo nada", y tiene la "responsabilidad" de dar salida a una situación "heredada" del PP. "Lo que no es ninguna solución es taparse la cara como los monos de Gibraltar", siguió Montero, que subrayó que el objetivo de Sánchez es dejar "un mejor país que el que se encontró".

Por esa razón, el Gobierno dice no entender la "nueva foto de Colón", la protesta que protagonizarán el próximo 13 de junio PP, Vox y Cs contra los posibles indultos a los líderes separatistas. "No todo vale en política, no todo se puede politizar", advirtió. Y pese a las críticas internas que está recibiendo la determinación de Sánchez, está convencida de que en la manifestación no habrá banderas del PSOE en la plaza de Colón. "Las personas que van buscando ese interés general no se van a sumar a una foto que sinceramente creía que había quedado para la historia", remachó Montero, quien recordó que ya los ciudadanos rechazaron en 2019, en las dos generales, esa foto de Colón.