Los dos principales candidatos a las primarias del PSOE andaluz para elegir al aspirante a la Presidencia de la Junta, Susana Díaz y Juan Espadas, han evitado entrar en el "cuerpo a cuerpo" en el primer debate de la historia de esta federación con motivo de unas elecciones internas. El tercer competidor, el profesor universitario y exdiputado Luis Ángel Hierro, sí ha lanzado algunas "pullas", más a Espadas que a Díaz, quien se ha mostrado serena y segura durante el debate, una imagen muy alejada de la que mostró en las primarias de 2017 en las que se enfrentó a Pedro Sánchez, mientras que Juan Espadas parecía algo más tenso en ciertos momentos.

La unidad ha sido la principal apelación de Espadas; la autonomía -de la federación andaluza respecto a Ferraz- la de Díaz, mientras que Hierro ha reivindicado las políticas netamente de izquierdas con un proyecto construido desde las bases, ideas que lanzaron ya en el minuto inicial del que dispusieron antes de entrar de lleno en un debate encorsetado sin posibilidad de que los candidatos pudieran interrumpirse entre sí.

La indumentaria elegida por los candidatos sirvió también de "carta de presentación": Díaz se decantó por los colores verde y blanco de la bandera andaluza; Espadas, que durante toda la campaña ha querido ofrecer una imagen de cercanía, optó por una camisa blanca -sin chaqueta-, y Hierro, el candidato menos conocido, eligió una ropa más formal, chaqueta y corbata, eso sí, roja.

Los tres han preferido confiar en el poder de la palabra y apenas han exhibido informes o gráficos para acompañar sus afirmaciones, salvo un manifiesto, el que dio lugar al movimiento de bases que ha cristalizado en su candidatura, en el caso de Hierro, y un gráfico con la evolución del voto del PSOE en Andalucía para demostrar su "declive electoral", en el caso de Espadas.

La atonía del debate se rompió cuando Hierro lanzó las primeras "pullas" a Espadas, una de ellas a cuenta de los impuestos: "Tenemos que abandonar ese pensamiento de que es factible bajar impuestos si queremos construir servicios públicos al nivel de Europa; Juan, yo en eso te critico, no puedes estar en el ayuntamiento subiendo un día los impuestos y en el presupuesto siguiente bajándolo porque no nos creen y, si no nos creen, no nos votan". El también alcalde de Sevilla, por alusiones, le ha replicado: "A mí sí me creen, por eso me votan, no te preocupes", tras lo que ha defendido que los impuestos "no son algo de izquierda o de derechas, lo que tenemos es que garantizar son los servicios públicos y en Sevilla se garantizan, somos la primera ciudad de España en políticas sociales".

Ya en el bloque sobre Andalucía, España y Europa, Hierro le lanzó una de las pocas críticas directas a Díaz: "Tenemos una España que está desestabilizada y eso pasa porque nosotros, Susana, y tú tienes algo que decir, hemos abandonado el patio español porque lo que estabiliza a España es una Andalucía fuerte". Díaz ha insistido en la idea de que Andalucía "lleva en el ADN la libertad y la lealtad, pero para ser leal y no sumisa, tiene que ser dueña de su destino y necesita también que se le respete".

Espadas respondió a la crítica de Díaz sobre el supuesto "tutelaje" de su candidatura por Ferraz: "No permitiremos nunca que esta tierra sea sucursal de nadie, cualquier duda al respecto es faltarle el respeto a la historia" de este partido.

Tanto los bloques de debate dedicados la sanidad como a los servicios públicos pusieron de manifiesto, sin embargo, las grandes coincidencias de los tres candidatos en muchas propuestas y criticas al Gobierno andaluz, al que acusaron de "desmantelar" la sanidad, la educación y los servicios sociales. También hubo coincidencias en la reivindicación de la memoria histórica: Díaz abogó por llevarla a los colegios, Espadas por avanzar en la legislación y Hierro por sacar a Queipo de Llano de la basílica de la Macarena: "estamos de acuerdo", dijeron los dos.