Este fin de semana Podemos certificará su cambio de ciclo con la elección de una nueva dirección que, con casi toda seguridad, estará bajo las riendas de la actual ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y con el reto principal de perdurar y crecer con una débil estructura territorial, mermado electoralmente y sin el hiperliderazgo de Pablo Iglesias.

Desde que el 4 de mayo renunció a todos sus cargos después de que Podemos quedará en última posición en las elecciones autonómicas de Madrid, Iglesias ha desaparecido de la escena política y hasta de sus redes sociales.

En este mes sólo hemos sabido de Pablo Iglesias que se ha cortado la coleta y que no tiene previsto acudir a la Asamblea Ciudadana de Podemos, conocida popularmente como Vistalegre IV, que formalizará el domingo la elección de su sucesora, nadie duda de que será Belarra, con una candidatura en la que bajo el lema "Crecer" se ha rodeado de las mujeres con mayor visibilidad en Podemos.

En los seis primeros puestos de su equipo la acompañan la ministra de Igualdad, Irene Montero; Noelia Vera, Isa Serra, Idoia Villanueva y Alejandra Jacinto.

El portavoz en el Congreso, Pablo Echenique; el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez; Sofía Castañón, Rafael Mayoral, Ángela Rodríguez y Juan Manuel del Olmo son los siguientes en la candidatura de Belarra, que ha incluido a 11 coordinadores territoriales de Podemos.

Son Maru Díaz (Aragón); Conchi Abellán (Cataluña); Antón Gómez-Reino (Galicia); Pablo Fernández (Castilla y León); Martina Velarde (Andalucía); Jesús Santos (Madrid); Pilar Garrido (Euskadi); Pilar Lima (Valencia); Javier Sánchez (Murcia); Irene de Miguel (Extremadura) y Laura Fuentes (Canarias).

Así será la primera dirección de Podemos sin Pablo Iglesias, una apuesta por la "feminización absoluta" de la cúpula y por el crecimiento y fortalecimiento de los territorios, en los que en los últimos años la formación morada ha ido perdiendo apoyos y representación de forma paulatina.

Pese a que no cuentan con muchas posibilidades, hay otros dos aspirantes a liderar Podemos en este cónclave.

Uno de ellos es el concejal del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Esteban Tettamanti, con la lista Por un Podemos Horizontal, con la que promete reformular la estructura interna del partido y crear mejores espacios de participación.

También opta a liderar Podemos el militante crítico Fernando Barredo con su candidatura Nuevo Impulso, que ya compitió por la dirección del partido en la tercera asamblea ciudadana, que reeligió a Iglesias y en la que no logró ninguna representación en el Consejo Ciudadano Estatal.

Desde el pasado domingo y hasta este sábado, casi 139.000 inscritos en Podemos están convocados a una votación telemática, y los resultados de esas primarias se harán públicos el domingo en la IV Asamblea de Ciudadana, que se celebrará en el Auditorio Parque de Lucía de Alcorcón (Madrid).

Ese es otro de los cambios que ha experimentado Podemos desde su nacimiento hace siete años.

Sus dos primeras asambleas ciudadanas tuvieron lugar en la plaza de toros de Vistalegre (Madrid) -de ahí surgió el nombre por el que son conocidos estos cónclaves-, y entonces llenaron un aforo para 15.000 personas.

La primera vez, con la ilusión que despertó el equipo fundador del partido en el que acompañaban a Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre y, después, con la batalla encarnizada entre las dos almas de Podemos que representaron Iglesias y Errejón.

Ahora todo es muy distinto, Podemos ha entrado en el Gobierno con el PSOE al que pretendía sobrepasar, ha tenido que lidiar con muchas contradicciones, asumir que algunas de las medidas estrella que reivindicaba no han podido ser una realidad y sufrir el desgaste de estar en el Ejecutivo con una pandemia por medio aun siendo el socio minoritario.

Este fin de semana los morados pretenden inaugurar un nuevo ciclo alejado del fuerte liderazgo que ejercía Iglesias y con la intención, según ha afirmado la propia Belarra, de "construir un Podemos más colectivo, horizontal y desde abajo; permeable a los movimientos sociales" para lograr llevar a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a la Presidencia del Gobierno.

El mando del partido no lo tendrá la candidata a las elecciones generales, y eso supondrá una bicefalía al estilo PNV, separando los cargos de partido de los cargos institucionales, que no ha sido siempre fácil de conjugar en las formaciones políticas y que en Podemos, además, tendrá la dificultad de tener que recuperar el tejido territorial perdido.