La de este jueves fue el segundo Ávila para el presidente del Gobierno. La segunda visita a una provincia española —en este caso, Cáceres, y en concreto la localidad de Navalmoral de la Mata— después del parón veraniego para vender decisiones y gestión. El domingo pasado mostró el "compromiso" del Gobierno con los vecinos de Ávila tras la devastación de los incendios estivales y anunció la declaración de zona catastrófica que el martes aprobó el Consejo de Ministros. El mismo día en que el Ejecutivo respaldó el proyecto de ley de primera reforma de las pensiones, enviado ya a las Cortes para su tramitación. La aprobación de este texto fue lo que llevó a Pedro Sánchez a viajar hasta Extremadura, hasta un hogar de mayores de la localidad cacereña.

Tras esa visita, el jefe del Ejecutivo hizo una breve declaración sin preguntas, acompañado por el presidente de la Junta, el socialista Guillermo Fernández Vara. El mensaje que Sánchez se reservó fue claro: un llamamiento a la oposición para que abandone la "crispación" y la "confrontación" y apoye este primer bloque de reformas del sistema de pensiones, que garantiza la revalorización de las prestaciones según el IPC. Y es que no está nada claro que pueda salir adelante, ni siquiera con los socios de investidura.

La comparecencia, al aire libre en el parque municipal Casto Lozano, se desenvolvió en un ambiente de cierta tensión, ya que se escuchaban abucheos de un grupo de personas de la plataforma 'No al muro' —que pide el soterramiento de la línea de AVE a su paso por Navalmoral— y de otro puñado de personas que gritaban e insultaban a Sánchez, estas más próximas a Vox, según la lectura del círculo del presidente y de Vara. "¡Fuera, fuera!", se podía oír durante la declaración. Chillidos que eran contrarrestados por los aplausos de los que estaban presentes en la plaza.

Sánchez inscribió la "importante" reforma de las pensiones en el marco de la "recuperación" económica que sigue a la pandemia, recuperación que "no puede ser total si no es justa". Y la misma vacunación, que ya se acerca al 70% de la población española, "significa recuperación económica". En la construcción de "jubilaciones dignas" camina el proyecto de ley aprobado el martes por el Consejo de Ministros, subrayó, texto que contiene tres elementos, a su juicio, claves. Uno, la reconstrucción del consenso entre el Gobierno, los partidos y los agentes sociales, porque el último acuerdo transversal en esta materia data de 2011, ya que la aprobación del factor de sostenibilidad en 2013 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy rompió el Pacto de Toledo. Dos, la garantía de la revalorización de las pensiones conforme al IPC, que ya no dependerá, recordó, del "Gobierno de turno", ya que será una obligación legal. Y tres, se "clarifican las fuentes de financiación de la Seguridad Social", para dar "tranquilidad" sobre todo a los "pensionistas del mañana".

En ese punto, Sánchez extendió su petición a "todos" los grupos parlamentarios. "Dejemos la confrontación y la crispación y aprobemos entre todos en el Parlamento este importante acuerdo de pensiones". El presidente esgrimió que si todos los partidos están de acuerdo en "reforzar el diálogo social", en revalorizar las prestaciones según el IPC y en garantizar el sostenimiento "presente y futuro" del sistema, y "desde luego" el Gobierno y sindicatos y empresarios lo están, "tienen que estar todos los grupos políticos de acuerdo". "Unámonos todos votando a favor de este importante acuerdo para las pensiones de hoy y del mañana", insistió el líder socialista.