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Cataluña

El juez investiga la conexión de dirigentes del procés con un supuesto espía ruso

La Guardia Civil localiza conversaciones del jefe de la oficina de Puigdemont con un empresario a quien el Gobierno le atribuye trabajar para los servicios de inteligencia rusos

Josep Lluis Alay llega a la Audiencia.

Desde antes de la declaración unilateral de independencia (DUI), en octubre del 2017, el entorno de expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha mantenido contactos con personalidades rusas, algunas cercanas al Kremlin, para intentar estrechar lazos con este país y lograr el apoyo a la independencia de Cataluña. La Guardia Civil desvela ahora, en un reciente informe entregado al juez de Barcelona Joaquín Aguirre que investiga el 'caso Voloh' de supuesta financiación del 'procés', que el jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, estableció una estrecha relación el año pasado, 2020, con el empresario Alexander Dmitrenko, a quien el Ministerio de Justicia denegó la nacionalidad española por su presunta vinculación con los servicios de inteligencia rusos, acusación que él rechaza. "Yo no soy ningún espía", asegura Dmitrenko a este diario. Un abogado que le ha asesorado subraya: "No tiene ni antecedentes penales".

En el teléfono móvil de Alay, que fue detenido en noviembre de 2020 en la 'operación Voloh', se han hallado conversaciones entre Alay y Dmitrenko, que el juez investiga, sobre un negocio de venta de gas o petróleo de una empresa rusa a otra china (con sede en Hong Kong) y las maniobras para que este empresario ruso fuera nombrado embajador de la Cambra de Comerç de Barcelona, en la etapa de Joan Canadell, actual diputado de Junts per Cataluña. En los mensajes se desvela que mantuvo una reunión con el mismo Puigdemont en Ginebra, según el informe al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO y la investigación internacional realizada conjuntamente con el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). Los investigadores destacan que Dmitrenko se "ha integrado en el círculo de Puigdemont". Alay llegó a comentar a Canadell que su "trabajo con el tema energético ruso es estratégico".

La petición de nacionalidad española por parte de Dmitrenko se formuló hace tres años y el Ministerio de Justicia se la denegó porque, según un informe preceptivo, "se tiene conocimiento probado" de su "trabajo consciente" para "los servicios de inteligencia rusos, de los que recibe misiones". La resolución agrega que "se han detectado contactos de este individuo con algunos de los principales líderes del crimen organizado transnacional de origen ruso, para los que también realizan diferentes labores”. El empresario ruso niega estas acusaciones y ha presentado un recurso contra esa decisión. Dmitrenko cree que puede haber un malentendido con una colaboración que realizó con la fiscalía de su país por un tema de Hacienda. En esos trámites participó una persona que se identificó, según su versión, como miembro del Servicio Federal de Seguridad Ruso.

El lobby ruso-catalán y el 'cardenal gris'

Dmitrenko hace años que reside en Cataluña. Nació en Moscú el 5 de enero de 1988. A finales del 2016 fundó en Londres Catrus Capital junto con otras personas, entre ellas una vinculada a CDC (ahora PDECat). Esta entidad nació para fomentar las relaciones políticas, económicas y empresariales entre Catalunya y Rusia, una especie de 'lobby' ruso catalán. Catrus, según el empresario ruso, se disolvió por diferencias con su socio. "Me gustaría crear una asociación, pero ahora me dedico a mis negocios", argumenta Dmitrenko.

La Guardia Civil recoge en su informe una noticia aparecida en medios rusos sobre los negocios de Dmitrenko, al que relacionan con Artem Lukoyaniuv (que fundó la empresa AA Pluus Wealt Management, radicada en Londres), "hijo adoptivo", inciden los agentes, de Vladislav Surkov, apodado 'el cardenal gris', un influyente y misterioso exasesor personal del presidente ruso, Vladimir Putin, que fue cesado en febrero el año pasado. Según Dmitreko, Lukoyaniuv, con quien mantiene todavía contacto, ya no es su socio. Admite, eso sí, que un día en Barcelona se lo presentó a Alay.

"Nuestro contacto allá"

Alay le llegó a explicar al mismo Puigdemont en julio de 2020, según los mensajes incorporados en el proceso judicial, que Dmitrenko había sido escogido como embajador de la Cambra de Comerç de Barcelona, a la vez que lo califica como "nuestro contacto con allá y que conoces en Ginebra [sic]". También le comunica que esta elección "nos abre muchas cosas en Moscú".

En el teléfono móvil de Alay se ha hallado, además, una conversación con Dmitrenko sobre un negocio de venta de petróleo o gas entre una empresa rusa y otra china. El jefe de la oficina de Puigdemont le preguntó el 26 de junio de 2020 sobre esta operación: "¿No tienes noticias de los chinos?". El empresario ruso le responde: "Todavía no".

295.000 euros

Al cabo de unos días, Dmitrenko le anuncia que "habían llegado los 295.000 euros" a Rusia como "pago de garantía", a lo que añade: "Felicidades a todos nosotros, primer gran paso hecho”. "Muy importante", le contesta Alay. Según el contrato que Dmitrenko comparte con Alay, en esa operación participa la empresa rusa Intek Broker LLC y la sociedad hongkonesa Gulf Energy Limited. La Guardia Civil sostiene que "se desconocen más datos al respecto", pero que, "por el contexto de los mensajes, en ese negocio pudiera existir una participación del entorno de Puigdemont". El juez ha ordenado que se investigue esta trama, aunque la fiscalía se ha opuesto. "Yo no recibí ni un duro", replica Dmitrenko.

El juez Aguirre considera que esta venta de petróleo guarda semejanza con otra parecida efectuada por Rusia en favor de una empresa vinculada al político italiano Matteo Salvini de la Lega Nord y que sirvió de financiación ilegal de su partido político. A su entender, hay indicios de que este negocio pudiera ser una pantalla para ocultar algún tipo de operación irregular, como podría ser de un partido.

Dmitrenko relata a este diario que se trataba de un "negocio particular" y que si se lo comentó a Alay, al que conoció, según él, "en el ámbito académico", porque en varias ocasiones le pedía consejos, "porque él conoce el país" (Cataluña). "Alay no obtuvo ningún beneficio, ni intervino", sostiene el empresario ruso. "Siempre que le he propuesto algún negocio, lo ha rechazado", insiste. "Estos dispuesto a declara ante la Guardia Civil porque no tengo nada que esconder. No he hecho nada delictivo", sentenció. EL PERIÓDICO no ha logrado contactar con Alay para recoger su versión.

Los dos protagonistas

Josep Lluis Alay

El jefe de la oficina del expresidente Carles Puigdemont, Josep Maria Alay, fue detenido por la Guardia Civil el 28 de octubre del 2020 en la 'operación Voloh' sobre presuntos casos de corrupción particular y financiación de 'procés'. Los mismos agentes que le arrestaron lo dejaron en libertad. Doctorado en Historia por la Universidad de Barcelona (UB), en Ciencias por la Universidad Católica de Lovaina y en Física por la UB, y Licenciado en Filología Semítica por la UB. Estudió tibetología en el Departamento de Filosofía India de la Universidad de Hiroshima (Japón) y ha publicado publica diversos libros sobre historia y literatura del Tíbet. En junio de 2018 fue nombrado coordinador de Políticas Internacionales de Presidencia del Gobierno de Quim Torra, cargo que desempeñó hasta el 15 de julio de 2018. Ese día fue nombrado responsable de la Oficina de Carles Puigdemont. Alay se encontraba en compañía del exmandatario catalán cuando este fue detenido en Alemania en 2018, tras la declaración unilateral de independencia (DUI).


Alexander Dmitrenko

Empresario de origen ruso y fundador de Catrus Capital, una entidad creada en Londres para fomentar las relaciones políticas y económicas y empresariales entre Catalunya y Rúsia. Era socio de en una sociedad de Artem Lukoyaniuv, “hijo adoptivo”, inciden la Guardia Civil, de Vladislav Surkov, apodado ‘el cardenal gris’ un influyente y misterioso exasesor personal del presidente ruso, Vladimir Putin. En una reciente entrevista en el diario El Mon, Dmitrenko, de 33 años, aseguró que cuando tenía 17 años conoció a una chica catalana que le propuso venirse a Barcelona. En su twitter se presenta como presidente de Russcat (una asociación de profesionales que promueven los intereses sociales y empresariales entre las comunidades catalana y rusa) y embajador de la Cámara de Comercio de Barcelona en Rusia. En declaraciones a EL PERIODICO afirmó que estaba a favor de la celebración de un referéndum en Catalunya y precisó que "siempre he defendido el derecho al voto".

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