El Congreso respira cotas máximas de tensión desde hace días a causa de la renovación institucional que se confirmará mañana, jueves, con la votación de los nombres que Gobierno y PP pactaron semanas atrás. La polémica que rodea a Enrique Arnaldo, candidato de los populares para ocupar una de las plazas del Tribunal Constitucional, ha calentado el ambiente en todos los grupos parlamentarios (incluidos el de PSOE y PP), además del de Unidas Podemos —con deserciones incluidas— y el resto de la oposición, que critica abiertamente “el pasteleo” de los dos grandes partidos. A pesar del temor a que haya un efecto dominó tras rebelarse dos diputadas moradas, el PSOE ha garantizado al PP que no habrá sorpresas.

Fuentes populares aseguran a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al mismo grupo de comunicación que este medio, que la votación “está atada” y que a pesar de la molestia evidente que sienten muchos parlamentarios, descartan que la votación sobre Arnaldo esté en juego. No son pocos los diputados populares y socialistas que critican cómo se gestionó la negociación y, especialmente, la elección de algunos candidatos como el magistrado. “Se podía haber evitado”, coinciden muchos de ellos. En las cúpulas cierran filas con el pacto, sellado entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario general de los populares, Teodoro García Egea

A pesar de que el propio presidente del Gobierno dijo este miércoles no sentirse muy cómodo con la propuesta de Arnaldo, también pidió respetar la disciplina de voto para que el acuerdo no corra ningún riesgo. “A mí no me gustan algunos de los candidatos para el Tribunal Constitucional, pero el deber del Gobierno de España, y aquí agradezco la posición del PSOE y Unidas Podemos, es salvar el acuerdo para renovar las instituciones constitucionales”, dijo desde la tribuna del Congreso. La controversia generada incomoda mucho a los dos partidos involucrados que, sin embargo, afirman tener sellado el acuerdo. En la dirección del grupo del PP insisten en que saldrá adelante según lo acordado. “Tenemos su palabra”.

En realidad haría falta una verdadera revuelta de diputados para que Arnaldo no saliera elegido. La votación requiere tres quintas partes de los escaños del Congreso: al menos 210 diputados. Será secreta y telemática, pero varios diputados de Unidas Podemos, PSOE o PP se tendrían que desmarcar. Cosa poco probable.

Arnaldo lleva acaparando titulares de los medios de comunicación dos semanas y se recrudecieron tras su paso por la comisión de nombramientos del Congreso. Incluso el diputado socialista Odón Elorza (que intervenía en nombre de sus filas en la comisión) se mostró muy crítico, dejando entrever lo que le costaba defender el acuerdo. No será él quien lidere la posición del PSOE en el hemiciclo este jueves. 

Este diario ha desvelado muchas informaciones que le atañen y que cuestionan la independencia en la renovación institucional que tanto defendieron los populares durante la negociación. Desde la actividad de su bufete, simultánea a la condición de letrado de Cortes, a sus colaboraciones en FAES y sus intensos vínculos con el expresidente de Baleares, Jaume Matas (incluida su imputación en 'Palma Arena', de la que después fue exonerado). 

Muchos diputados, también del PP, reconocían que no había hecho falta “andar tanto camino” para “llegar a este resultado”. Hay consenso en el desgaste que por culpa de esta negociación sufrirán, sobre todo después de meses en los que Pablo Casado defendió como su principal bandera la garantía de dar independencia a los órganos constitucionales. “El daño ya está hecho aunque salga adelante la votación”, zanjan algunos dirigentes, sin esconder que consideran probable que llegue pronto un nuevo acuerdo en el Consejo General del Poder Judicial. Los antecedentes de este primer paquete institucional, con marcados perfiles políticos, reman en favor de un futuro acuerdo.

El primer pacto alcanzado se centró en las cuatro vacantes del TC, así como el Tribunal de Cuentas al completo y los dos puestos para la Agencia Española de Protección de Datos. En el Constitucional, el PSOE propuso a Inmaculada Montalbán y Unidas Podemos a Juan Ramón Sáez. En cuanto al PP, sus dos nombres fueron Concepción Espejel (que en un primer momento parecía el nombre más polémico por su cercanía al PP y en concreto a María Dolores de Cospedal) y Enrique Arnaldo, que finalmente centra todas las miradas.

En cuanto a los diputados más cercanos a la cúpula popular, insisten en justificar la “trayectoria” de Arnaldo como su principal aval, y miran con cierta ironía “las críticas por ser cercano al PP”. “A ver si es que ahora un juez no puede tener sus propias opiniones e incluso sentirse cercano al PP. Mientras no afecte en su labor no entendemos los reproches”, aseguran a este diario, recordando una vez más “que la fiscal general del Estado llegó desde el Ministerio de Justicia”. “Así que lecciones ni una”, zanjan.