La recepción de cinco corbetas españolas por la Marina Real Saudí está cada vez más cerca. Fuentes de Navantia, la empresa pública que ha construido las naves, confirman a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica, que ya han pedido al Gobierno la licencia de exportación de tres unidades, las que tienen la entrega prevista para 2022. Según estas fuentes, el plan es que la primera embarcación se transfiera en primavera, y las dos siguientes se faciliten consecutivamente, con un periodo de cuatro meses entre entrega y entrega.

Este calendario provoca que la operación coincida con un recrudecimiento del conflicto en Yemen, la peor crisis humanitaria abierta en estos momentos, según la ONU, con decenas de miles de muertos y más de 20 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria. Arabia Saudí lidera una de las facciones en guerra, la coalición internacional que se enfrenta a los rebeldes hutíes, y este mismo fin de semana ha lanzado una nueva ofensiva con bombardeos sobre las zonas controladas por sus enemigos.

La luz verde definitiva para la venta está en manos del Gobierno, en concreto de la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso (JIMDDU), que es el organismo que da las autorizaciones administrativas preceptivas en el caso de las exportaciones de armamento. Desde el departamento de Comercio, que es el que preside la JIMDDU (aunque forman parte de ella representantes de Defensa, Exteriores, Hacienda, Interior, Industria y el director del CNI) no aclaran si se ha examinado ya esta operación en su última reunión, celebrada en diciembre, o si se analizará en las próximas semanas. En todo caso, lo que parece poco probable es una denegación o una suspensión, habida cuenta que hace menos de un mes los representantes del Gobierno celebraban ante las autoridades saudíes la botadura de la última corbeta como "motivo de orgullo" y "marca España".

Garantías humanitarias

Con la vista puesta en esa autorización, la ONG Amnistía Internacional (AI) ha remitido una carta a mediados de mes a la JIMMDU y a las Comisiones de Asuntos Exteriores y Defensa del Congreso para pedir al Gobierno que ponga condiciones a la licencia de exportación de las corbetas y de otro material militar a Riad. En la misiva, AI exige que se apliquen "garantías firmes y verificables que aseguren que las corbetas no se usen para cometer crímenes de derecho internacional", y para presionar para que "la coalición saudí-emiratí reduzca de forma sustancial el número de víctimas civiles causadas por sus ataques aéreos en Yemen, ponga fin al bloqueo naval y aéreo" del país y "adopte medidas enérgicas para poner fin a la impunidad" de los acusados de violaciones de derechos humanos.

Unas peticiones que AI también recoge en su informe de valoración inicial sobre las ventas de armas españolas en el primer semestre de 2021, datos adelantados por este periódico que muestran que entre enero y junio de este año España vendió más de 55 millones de euros de armamento a Arabia Saudí, la mayoría, munición de artillería y sus componentes. En su documento, la ONG recuerda que desde que ese país empezó a participar en la guerra de Yemen, en 2015, España ha vendido armas a Riad y al resto de países que forman parte de su coalición (Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Jordania y Kuwait) por valor de 1.618 millones de euros, y ha autorizado operaciones por 2.693 millones.

La venta de las cinco corbetas disparará esa suma, puesto que el contrato es el mayor de la historia del astillero público con un cliente extranjero: 1.800 millones de euros. Como la licencia se ha pedido para las tres primeras unidades, su autorización supondrá más de mil millones de euros, la operación más importante de la historia reciente para la industria del armamento español con un cliente que no es de la Unión Europea ni de la OTAN. El envío de las otras dos embarcaciones está prevista para 2023, pero el contrato (que se firmó en 2018) prevé la prestación de servicios durante al menos cinco años desde la entrega del primer buque en concepto de Apoyo al Ciclo de Vida, el mantenimiento de las capacidades del barco durante su etapa de servicio.

Corbetas por bombas

La importancia multimillonaria de la venta de armas a Arabia Saudí ha agudizado todas y cada una de las polémicas que, en años recientes, han puesto en cuestión las relaciones comerciales Madrid-Riad. Una de las controversias más sonadas, en 2018, tuvo como punto de partida la intención de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de revisar un contrato de 10 millones de euros por el que Riad adquiría 400 bombas, por la posibilidad de que fuesen utilizadas en la guerra de Yemen. Finalmente el Gobierno siguió adelante con la venta, entre otras cosas por las movilizaciones de los trabajadores de los astilleros de Cádiz ante la posibilidad de que Riad cancelase en represalia el contrato de las cinco corbetas, que genera miles de puestos de trabajo en una de las zonas con más paro del país. Entre los argumentos que empleó el Gobierno para justificar su posición se cuenta el que empleó tras un Consejo de Ministros la entonces portavoz, Isabel Celaá, que aseveró que los explosivos "son láser de alta precisión y si son de alta precisión no se van a equivocar matando a yemenís".

La venta de armas a Riad también ha sido motivo de fricciones en el seno del Gobierno de coalición. El pasado mes de febrero, Unidas Podemos amagó con formular una Proposición No de Ley en el Congreso para reclamar la suspensión de la venta de armamento a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, aunque finalmente no la presentaron. En aquellos días, en un contexto de turbulencias en el seno del Ejecutivo a propósito de unas palabras de Pablo Iglesias cuestionando que España fuese una "democracia plena", la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, criticó en redes sociales a la titular de Defensa con el argumento de que una democracia plena "habría dejado de vender armas a Arabia Saudí para ser usadas en la guerra de Yemen".

Más recientemente, la Comisión de Defensa del Congreso aprobó una resolución, con los votos en contra del PSOE, en el que se solicitaba la paralización de toda venta de armas susceptible de ser utilizada para cometer crímenes de guerra en el conflicto de Yemen. Fue en noviembre y votaron a favor Unidas Podemos, Ciudadanos, ERC, EH Bildu y PP. En ese mismo dictamen se aprobó estudiar y desarrollar opciones de mejora del control parlamentario sobre "las exportaciones más sensibles", una propuesta que va a dar lugar a la creación de un grupo de trabajo en la Comisión a comienzos de 2022.

El calendario de entrega de las corbetas anticipa también nuevas disputas entre PSOE y Unidas Podemos por su coincidencia con las elecciones andaluzas, previstas en los próximos meses. La construcción de barcos de guerra para regímenes con un pésimo historial en materia de derechos humanos, pero que dan trabajo en el astillero gaditano de San Fernando ha sido ya ocasión de fuertes disputas en el seno de la izquierda. Son célebres los reproches cruzados entre el alcalde de Cádiz, José María González Kichi (Adelante Andalucía), que ha asumido por escrito las contradicciones entre su cargo institucional y su posicionamiento ideológico al defender los puestos de trabajo de los que construyen barcos de guerra, y miembros destacados de su antiguo partido, Unidas Podemos. Uno de los fundadores de esta formación, Juan Carlos Monedero, acusó a Kichi de vender armas a Arabia Saudí, y el propio Pablo Iglesias señaló las "contradicciones" del regidor en esta materia en respuesta a las críticas de Kichi por la compra de un chalet en una exclusiva urbanización madrileña.

Con la botadura el pasado día 4 de diciembre de la quinta corbeta encargada por Arabia Saudí a Navantia, uno de los proyectos más importantes de la historia del astillero público entra en su fase final. La ceremonia, celebrada en San Fernando (Cádiz) con la presencia de autoridades civiles y militares españolas y saudíes, comenzó con la lectura del Corán y concluyó con el corte de la cinta, el tradicional impacto contra el casco del buque de una botella (llena en este caso con agua de La Meca), y el deslizamiento del barco desde la grada hasta el mar. Los trabajos, no obstante, continuarán en el agua hasta la entrega de la corbeta a Arabia Saudí, prevista para la segunda mitad de 2023, y todavía seguirán en el país asiático hasta su remate definitivo, programado para febrero de 2024.

Los cinco barcos construidos en el marco de este programa, Avante 2200, son corbetas de última generación, de 104 metros de eslora y 14 de manga y que pueden llevar a 102 personas, entre tripulación y pasaje. Todas tienen como nombre el de una ciudad saudí (la quinta, por ejemplo, se llama Unayzah). Su construcción ha supuesto el empleo anual de 6.000 personas, entre trabajadores directos, auxiliares e indirectos, y la participación de 100 empresas, según las cifras de Navantia.