Al excomisario José Manuel Villarejo no le ha gustado la declaración que prestó este lunes el marido de Ana Rosa Quintana, el empresario Juan Muñoz Tamara, que ha llegado a un acuerdo con la fiscalía por el que reconoce las acusaciones, y ha aprovechado las preguntas de Anticorrupción para asegurar que nunca firmó un contrato con él, sino que le hizo un "favor personal", porque la presentadora le pidió que ayudara a "su maridito".

Si en la primera sesión dijo que fue el único acusado que había mentido al tribunal de la Audiencia Nacional que le juzga por tres de sus contratos para espiar a rivales y competencia había sido él, este martes señaló que Ana Rosa que ya le "había pedido muchos favores", como por el "plagio de su libro" y el relativo a su marido, porque había pagado con "facturas falsas" y, como era "más jovencito" que ellos, no había tenido en cuenta que ella era famosa.

Por si no era suficiente para escenificar su enfado por haber implicado a su hijo, que también se sienta en el banquillo, lo que el excomisario calificó de "obsceno", no dudó en añadir que Muñoz "necesitaba dinero negro para pagar corruptelas" y, en otro momento, que fue él mismo quien le entregó 20.000 euros en su despacho.

En su declaración, el empresario, para el que el fiscal pide 11 meses de cárcel, en vez de los ocho años que pedía inicialmente, dijo que Villarejo le proporcionó un vídeo del abogado de la persona que le debía dinero consumiendo droga, aunque no lo usó, porque ya había circulado por Marbella cuando era juez.

Pruebas "fabricadas"

El fiscal Miguel Serrano le hizo ver la dificultad de dar crédito a su versión de que su vida "la monitorizaba" el CNI que era quien grababa sus encuentros, cuando se trataba, según estaba diciendo, de hacer un favor personal. Entonces Villarejo dijo que los 20.000 euros fueron para agentes de los servicios secretos y él solo fue un intermediario.

También trató de dar la vuelta al vídeo del abogado Javier de Urquía presentándolo como una denuncia en defensa de la justicia al hacer público malos hábitos de jueces y fiscales. Puso cuidado en asegurar que el vídeo lo consiguió tras una búsqueda en internet y en que su hijo solo le ayudó a conectar un cable al ordenador, porque es "un patoso". Cada vez que pudo sostuvo que la acusación contra su hijo y su esposa se produjeron para hacerle callar, pero nunca lo hará.

Tráfico de llamadas

Previamente Villarejo había calificado de "insulto a la inteligencia" los informes que le exhibía la fiscalía en los que constaba peticiones de tráfico de llamados al comisario Enrique García Castaño, también acusado, entonces jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), en relación con otra de las piezas que se juzga, la relativa a las herederas de la urbanización de lujo La Finca, próxima a Madrid.

Según Villarejo, en su contra se estaban fabricando pruebas desde 2013 por lo que no les daba credibilidad. Añadió que el CNI se interesó por este contrato, porque fue el expresidente del Gobierno Felipe González quien a través de un intermediario le pidió que ayudara a la hija mayor del propietario de La Finca, ya fallecido.

El excomisario logró solo declarar por las mañanas, porque durante la primera sesión dijo haber tenido problemas de tensión y "un extremo cansancio" por la tarde en su domicilio.