El Ministerio de Sanidad ha distribuido ya más de seis millones test de uso profesional de la reserva nacional, adquiridos por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), entre las comunidades y ciudades autónomas, según datos aportados por el departamento que dirige Carolina Darias. Sólo en el mes de enero, el Ministerio ha repartido un millón de estos test profesionales y en los próximos días está previsto que se produzca un envío de similar cuantía. Este tipo de pruebas son las que se utilizan en centros de salud, hospitales, clínicas privadas o laboratorios y deben ser realizadas por personal cualificado. El reparto se produce tras la regulación del Gobierno del precio de los test de autodiagnóstico de venta en farmacias. Boticas donde, por cierto, en estos días, ya empiezan otra vez a escasear este tipo de pruebas.

El reparto de dicha cantidad, según informa el Ministerio, se ha realizado teniendo en cuenta criterios objetivos entre las comunidades y ciudades autónomas que han solicitado este apoyo. 'El Plan de Respuesta Temprana, en un escenario de control de la pandemia por covid-19', establece que éstas deben garantizar la capacidad suficiente de recursos humanos y materiales, tanto en Atención Primaria como en hospitalaria, que permita dar respuesta a la actividad extra asociada a un incremento de transmisión del SARS-CoV-2, así como garantizar la disponibilidad de equipos de protección individual adecuados al tipo de atención y la formación del personal en su utilización.

COMPRAS RECIENTES DEL MINISTERIO

La reserva estratégica, indican desde Sanidad, tiene el cometido de apoyar a las comunidades cuando se vean en dificultades de suministro. El millón de test distribuidos este mes forma parte de una remesa de cinco millones adquiridos recientemente por el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA). Según desvelaba EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, la reserva nacional de material sanitario del Gobierno disponía -a fecha de 28 de diciembre- de 799.569 unidades de este tipo de pruebas diagnósticas, muy inferior a la cantidad de la que hoy dispone este organismo.

La última compra de estos productos se produjo en el mes de diciembre y el procedimiento de contratación ha sido tramitado por emergencia.

De hecho, con datos de Sanidad, la última compra de estos productos se produjo precisamente en el mes de diciembre y el procedimiento de contratación ha sido tramitado por emergencia "ante la necesidad ineludible de disponer de stock en la reserva estratégica del Sistema Nacional de Salud" ante el incremento de solicitudes que las comunidades autónomas estaban efectuando al Ministerio por el desabastecimiento de los test de autodiagnóstico que en aquellos días sufrían las farmacias. En este caso, el INGESA solicitó ofertas a siete empresas del sector.

Hay que recordar que el desabastecimiento de test de autodiagnóstico en las farmacias españolas provocó que, antes de Navidad, el Ejecutivo anunciara, como una de las medidas para frenar el rápido avance de la sexta ola, que autorizaría que se vendan en las farmacias los test de uso profesional (como los que mandan a centros de salud, hospitales o se utilizan para los cribados masivos) que son los que forman parte de esa reserva estratégica y que se envían a las comunidades si así lo solicitan.

En el caso de los test profesionales que se pueden vender en farmacias, Sanidad especificaba a este diario que no procedían de la reserva estratégica, sino que eran de "mercado libre"; es decir, los que están en los canales de distribución y que adquieren los importadores del mercado internacional. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, pese a esta autorización, los test de uso profesional apenas si han llegado a las boticas.

Diferentes a los test de autodiagnóstico

Los test de uso profesional no son los mismos que los test de autodiagnóstico que se adquieren en farmacias y cuyo precio está regulado (a 2,94 euros) desde el pasado sábado. Este tipo de pruebas, recuerdan desde el Ministerio, son productos técnicamente distintos por su nivel de sensibilidad y espectro de diagnosis.

Tras una Navidad marcada por la carestía y los altos precios de estos productos (que llegaron a venderse por hasta 10 euros) ante el avance de la variante ómicron, importadores, distribuidores y farmacéuticos señalaban hace unos días que ese suministro se había restablecido. Sin embargo, este diario ha podido comprobar en diferentes farmacias madrileñas que son varios los establecimientos donde ya no hay pruebas rápidas. La explicación de algunos boticarios que llegan muy pocos test -una media de 30 a primera hora de la mañana- que se venden inmediatamente debido al bajo precio que ahora tienen y a que ómicron sigue sin dar tregua en el número de contagios.

Sólo ayer lunes y en toda España, la distribuidora Cofares vendió 800.000 test de autodiagnóstico de antígenos a las boticas.

Desde el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos indican no tener constancia de ese nuevo desabastecimiento. No obstante, algunos importadores informan a este diario que la razón por la que puedan volver a faltar en las boticas es porque "han vendido mucho desde que se ha fijado el precio máximo" y añaden que, esta vez, los distribuidores sí están programando los pedidos con antelación y no se prevé un nuevo desabastecimiento.

Por su parte Cofares, una de las grandes compañías de distribución de medicamentos en España, tampoco tienen conocimiento de que las farmacias estén viviendo una falta de suministro de pruebas. "Seguimos suministrando test", señalan. Como ejemplo, indican que, sólo ayer lunes y en toda España, se vendieron 800.000 test de autodiagnóstico a las boticas.