El Gobierno aprobará "rebajas impositivas a los sectores afectados" por la guerra de Ucrania y procederá a una "reducción y agilización de los plazos y procedimientos para la ejecución de los proyectos de eficiencia energética y desarrollo de energías renovables". Además, se habilitarán 5.400 plazas de acogida del sistema estatal gestionado por el Ejecutivo central para atender a refugiados más otras 12.800 plazas proporcionadas por las comunidades y los ayuntamientos.

El jefe del Ejecutivo pronostica que el conflicto será "largo" con riesgo de "cronificarse", por lo que demanda a los presidentes "máxima unidad"

Ese fue uno de los principales mensajes de Sánchez en el arranque de la XXVI Conferencia de Presidentes, que este domingo se celebra en el Museo Arqueológico Benahorita de Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma. Ante los líderes autonómicos, a puerta cerrada, pronosticó que el conflicto será "largo" y con riesgo de "cronificarse", por lo que se requiere la "máxima unidad". También les pidió "máxima colaboración" en el intercambio de información para poder aplicar las sanciones a los oligarcas rusos con "máxima eficacia". Les adelantó asimismo que España ya ha comenzado la labor de documentación para "impulsar los trámites ante la Corte Penal Internacional" para iniciar los procedimientos por crímenes de guerra y lesa humanidad" contra Vladímir Putin. Y añadió que el papel de intermediación y de diálogo de China, que hasta ahora ha sostenido a Moscú, puede ser clave para encontrar una solución diplomática.

El Rey posa en La Palma con todos los presidentes autonómicos menos Aragonés

El Rey posa en La Palma con todos los presidentes autonómicos menos Aragonés. Agencia ATLAS | EFE

El presidente hizo una breve comparecencia ante los medios acompañado del anfitrión de esta XXVI Conferencia de Presidentes en La Palma, el socialista Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias. Pero fue después, ante los dirigentes regionales, ante los que expuso los anuncios que llevaba bajo el brazo. Sánchez fue muy insistente en la idea de que quería salir de esta cumbre con los que bautizó como Acuerdos de La Palma, que imitasen la corriente de trabajo conjunto y unitario entre administraciones que siguió a la erupción del volcán de Cumbre Vieja. Esto es, un pacto institucional con las comunidades autónomas articulado en torno a cuatro ejes. 

El Gobierno pide apoyo para la propuesta que defiende en Europa de desacoplar el gas de la electricidad. Promete hacer "todo lo que esté en su mano" para proteger a los sectores más afectados

El primero, quizá el de mayor impacto para los ciudadanos, es el plan nacional de respuesta. Por anticipado, y como venía haciendo en los últimos días, el presidente aseguró que hará "todo lo que esté en su mano” para que la industria, los colectivos más vulnerables y los consumidores electrointensivos no sean “rehenes del chantaje energético” de Putin. Ahí encaja esa rebaja impositiva para los sectores más afectados. Por añadidura, se convocará la conferencia sectorial con las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, y los ministros económicos, y solicitó a las comunidades que aporten sus propuestas para el plan de respuesta, un programa de choque que será, repitió, "abierto" a las aportaciones de los territorios y de los grupos políticos, y "dinámico", adaptable a la evolución de la guerra.

Revisión de las reglas fiscales en Europa

Segundo elemento, el respaldo unánime al Ejecutivo de cara al “decisivo” Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo, en el que España defenderá “cortar el contagio” de los precios del gas al de la electricidad. El Gabinete quiere mejorar así su posición negociadora, que las comunidades le apoyen en su planteamiento de desacoplar el gas al precio de la luz. España se ofrece como "solución a la dependencia energética de Rusia": el Ejecutivo apuesta por la construcción de interconexiones de gas, hidrógeno verde y energías renovables. Sánchez defendió igualmente que Europa tiene que buscar mercados alternativos, reforzar la Política Agraria Común (PAC), asegurar precios asequibles para los fertilizantes nitrogenados y revisar las reglas fiscales, para que combinen la sostenibilidad de las cuentas públicas con el impulso al crecimiento, y se adecuen tanto a la nueva realidad económica de la guerra como a la salida de la pandemia. Los Veintisiete, además, han de impulsar un pacto de migración y asilo que garantice la "solidaridad" en el reparto.

Habrá tres centros de acogida y quizá un cuarto en Málaga. Están preparadas 5.400 plazas en el sistema estatal y otras 12.800 en comunidades y ayuntamientos. Se enviarán 23 millones de ayuda humanitaria

Tercer eje, la cooperación reforzada para la acogida de refugiados ucranianos (ya hay tres millones de desplazados, el mayor éxodo desde la II Guerra Mundial). Serán tres los centros de recepción de huidos (Madrid, Barcelona y Alicante) y se estudia un cuarto en Málaga. El Gobierno "garantizará a las comunidades" los recursos económicos para la acogida de ucranianos y enviará, a través de la AECID, un primer paquete de ayuda humanitaria de 23 millones de euros (el mayor nunca realizado a un solo país). También demanda "corresponsabilidad" a las autonomías en el reparto de los menores no acompañados.

Y cuarto punto, “dejar de lado la lucha partidista” de los fondos europeos, ya que son “un elemento fundamental para consolidar la recuperación económica y la creación de empleo”. Era, claramente, un mensaje dirigido al PP, ahora que está en marcha el relevo en el liderazgo de Pablo Casado por Alberto Núñez Feijóo. Sánchez demandó a los presidentes "acelerar la ejecución de los fondos" relativos al despliegue de las renovables, la eficiencia energética y la rehabilitación de viviendas, especialmente "antes del próximo invierno", para aumentar la autonomía energética. El Gobierno, por su parte, procederá a una reducción y agilización de los plazos y procedimientos para la ejecución de los proyectos de eficiencia energética y desarrollo de las renovables.

Como estaba ya previsto, el Gobierno "reforzará la cooperación y colaboración" con las comunidades para luchar contra los ciberataques. Y, en ese sentido, se aprobará una nueva ley de ciberseguridad. Sánchez no hizo referencia alguna a una medida que, en principio, quiere adoptar este mes: la retirada de la mascarilla en interiores. No estaba prevista para esta cumbre, como ya señalaba este diario, y fuera se quedó finalmente de ella.

Los presidentes de Castilla-La Mancha y Galicia, Emiliano García-Page y Alberto Núñez Feijóo. EP

Aplausos y vivas

Los mandatarios autonómicos fueron llegando al Museo Arqueológico Benahoarita de Los Llanos de Aridane a partir de las 9 de la mañana. El presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juanma Moreno, ya marcó por adelantado la línea que seguirían sus compañeros de partido, ya avanzada este sábado por Feijóo. 

El dirigente andaluz insistió ante los periodistas en que esta cumbre autonómica no podía concluir sin la decisión de bajar el IVA de la electricidad y de los combustibles al tipo superreducido, al 4%, para mitigar la escalada de los precios de la energía. Mientras, el lendakari, Iñigo Urkullu, abordó otro de los asuntos prioritarios de esta conferencia, la acogida de refugiados ucranianos: defendió que se aclare la situación legal y que se coordine la recepción de los que están huyendo por la guerra. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no hizo declaraciones previas, y en algunos instantes se la vio charlando con algunos barones del PP y en otros, silente, aislada. 

A la foto de familia no se sumó el 'president' Aragonès: él llegó justo después de que el Rey, que habían mantenido un desayuno informal con los asistentes a la cumbre, se marchara

Poco antes de las 9.30, llegó Sánchez, tímidamente aplaudido por los pocos palmeros que se hallaban en las inmediaciones del Museo Arqueológico. Más vivas recibió el Rey en cuanto hizo su entrada. Ambos, el monarca y el presidente, saludaron a todos los mandatarios autonómicos y miembros del Ejecutivo, y después todos juntos se hicieron la protocolaria foto de familia. “¡Ayuso, te queremos!”, se oyó gritar desde uno de los balcones que miraban a la fachada del centro. En la foto conjunta estaban todos los presidentes, menos el catalán, Pere Aragonès, que optó por saltarse el saludo a Felipe VI y el posterior desayuno informal con él. El monarca se marchó cerca de las 10.40, despedido a la salida por el líder socialista (también se escuchó un "¡presidente, guapo!") y justo unos minutos después llegó el ‘president’. 

Aragonès, a su llegada al Museo Arqueológico, y también a puerta cerrada, explicó el carácter "excepcional" de su presencia por el conflicto de Ucrania, porque quería dejar clara su postura a favor de la UE y de la independencia de la exrepública soviética. Según fuentes de su entorno, reivindicó las competencias de la Generalitat para afrontar la situación derivada de la guerra. Enfatizó la necesidad de recursos para acoger a refugiados y para encarar las consecuencias económicas del conflicto, y trasladó la necesidad de recuperar el proyecto MidCat de interconexión con Francia siempre y cuando sirva para canalizar hidrógeno verde.

Sánchez dirige esta conferencia acompañado por nueve ministros: las vicepresidentas Nadia Calviño y Teresa Ribera, y los titulares de Exteriores, Interior, Hacienda, Presidencia, Política Territorial, Sanidad e Inclusión. Todos del PSOE. En la anterior convocatoria, la que estaba prevista para el pasado 25 de febrero en La Palma pero que tuvo que suspenderse por el estallido de la guerra en Ucrania, sí se contaba con la presencia de la vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, Yolanda Díaz. Este domingo, ella no está en la isla: la responsable de Trabajo continúa su visita en Chile después de acudir, con el Rey y la ministra de Igualdad, Irene Montero, a la toma de posesión del nuevo presidente, Gabriel Boric.