La sesión de control al 'president' ha tenido este martes un cariz eminentemente educativo. La mayoría de las preguntas que los grupos han dirigido a Pere Aragonès han orbitado en torno a alguna cuestión escolar. Solo una de ellas ha hecho elevar la voz al jefe de la Generalitat: la de la CUP, que le ha acusado de "vender la lengua" con el acuerdo entre PSC, ERC, JxCat y los 'comuns' por el catalán en los colegios.

La alusión de la diputada Dolors Sabater ha enfadado a Aragonès. "Nosotros no vendemos la lengua. Puedo aceptar discrepancias, pero no nos pueden decir eso. Yo nunca lo diría de ustedes, y si partimos de aquí el acuerdo será imposible", ha asegurado el presidente de la Generalitat.

La parlamentaria de la CUP ha asegurado sin embargo que el acuerdo tendrá "consecuencias nefastas", y que constituirá "un paso atrás irreversible" para la hegemonía del catalán en las escuelas. "Esta propuesta adopta el marco legal del 25% de castellano y ustedes dan rango de ley a la catalanofobia del españolismo", ha asegurado Sabater.

La CUP se ha alineado así con los sectores más contestatarios, que han rechazado un acuerdo que -con las dudas que mantiene JxCat- suscita el apoyo de más de un centenar de diputados del Parlament. El pasado fin de semana, una manifestación para protestar contra ese pacto solo logró reunir a 1.800 personas en Barcelona.

"O nosotros o los tribunales"

Aragonès ha repetido sus argumentos de los últimos días, en cuanto a que "la lengua no es solo de los independentistas, es del conjunto de los catalanes", o a que más vale que la Generalitat regule la inmersión "o lo harán los tribunales". "Hagámoslo nosotros, que siempre lo haremos a favor del modelo que hemos defendido conjuntamente", ha dicho.

La líder de los 'comuns' en el Parlament, Jéssica Albiach, también se ha preocupado por la cuestión educativa, en concreto por las razones que han llevado a los profesores a la huelga durante varias jornadas del mes de marzo. Albiach ha vuelto a pedir el cese del 'conseller' Josep González Cambray; Aragonès ha vuelto a defenderlo, y también ha defendido el nuevo calendario escolar, porque el inicio del curso una semana antes es "una buena medida".

La gratuidad de la enseñanza de los niños de dos años ha sido el tercer elemento con relación con las escuelas de una sesión de control en la que también el PP ha lamentado que la fábrica de baterías eléctricas vaya a instalarse en Sagunto y no en Cataluña; Ciudadanos ha puesto sobre la mesa que el Govern no impulsa con la fuerza suficiente los Juegos Olímpicos del Pirineo; y el PSC ha pedido más ayudas a los perjudicados por la guerra en Ucrania.

El idilio PSC-Govern

El intercambio entre Aragonès y Salvador Illa ha permitido comprobar de nuevo el buen momento en las relaciones entre los socialistas y el Govern. Más que lucha dialéctica, fue un educado intercambio de pareceres. "Su Govern tomó medidas correctas, pero creo que son insuficientes. Tome en consideración también las de otros grupos", dijo Illa sobre las medidas para paliar la crisis provocada por la guerra. "Coincido en que la situación es grave. Hace un mes trasladé al presidente Pedro Sánchez que deberíamos poder pasar del 0.6% al 1% de déficit, también para afrontar esas ayudas. Si usted nos ayuda tendremos más margen para llevar a cabo sus propuestas", respondió el 'president'. "Mi grupo está dispuesto a ayudar", insistió el líder del PSC. "Celebro la predisposición al acuerdo", cerró Aragonès.