Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El independentismo, bajo vigilancia

ERC avisa: o Pedro Sánchez mueve ficha ante el CatalanGate o un 'vietnam' en cada votación del Congreso

Los republicanos pulen su futura estrategia por si el Gobierno evita asumir responsabilidades | Esquerra se inclina por permitir la aprobación del decreto de medidas económicas por la guerra de Ucrania

El president de la Generalitat, Pere Aragonès i Garcia y Ester Capella caminan hacia el Congreso.

“Hace un año que me avisaron” reconoce una de las personas espiadas mediante el software Pegasus a El Periódico de Catalunya. “De hecho, ni me acordaba ya”, sentencia. El independentismo ha tenido tiempo de digerir los hechos y preparar una respuesta, al frente de la cual se ha colocado el mismísimo president Pere Aragonès. El espionaje de 67 independentistas por mor de su actividad política y sin indicios de delito, en una democracia, es lo suficientemente grave como para que no pase desapercibido. La respuesta ha sido preparada y gradual. Cada día una vuelta de tuerca.

Todo a expensas de la reacción de Pedro Sánchez que en los cinco primeros días de crisis no ha abierto la boca y ha dejado a la ministra de Defensa, Margarita Robles, de quien depende el CNI, que se expusiera. De hecho, sobre las espaldas de Robles descansa buena parte de la tranquilidad o tempestividad con que el PSOE afronte los próximos meses. La ministra de Hacienda, María Jesús Monteropreocupada por el plan económico del Gobierno como respuesta a las secuelas de la guerra en Ucrania, anticipó que sería la propia Robles la que daría cumplida respuesta a todo en el Congreso.

La gradualidad en la respuesta catalana ha hecho que del enfriamiento de relaciones, del primer día, se haya pasado ya a la “inviabilidad” de dar apoyo parlamentario al Gobierno. “En función de las decisiones que tome, o no tome, Sánchez, el Govern y ERC tomarán las suyas” explicó Aragonès bajo la mirada de los leones del Congreso el jueves.

Escenario abierto

Todo está abierto, pues. Nada decidido y todo es posible. Pero si el Gobierno sigue respondiendo con un silencio atronador al escándalo que ha propiciado que la presidenta del Europarlamento ofrezca análisis gratis de los móviles a los eurodiputados, ERC se dispone a cambiar el escenario en Madrid.

Los republicanos prevén, quizá ya desde hace semanas o incluso meses, dejar de ofrecer la paz que sigue a la condición de socio preferente para trasladarse a un estado de belicosidad que suponga negociar todas y cada una de las medidas que lleguen a la Cámara baja. Un pequeño ‘vietnam’ en cada votación. Varios ‘vietnams’ a la semana. Todo ello a un año y medio de las elecciones generales y con un bloque de derechas más que afianzado y del que tan solo cabe conocer el repartimiento de fuerzas entre el PP y Vox.

¿Por qué un ‘vietnam’ en cada negociación y no, simplemente, un ‘no’ a todo? Básicamente porque, como ya explicó el propio Aragonès, la parte catalana no puede ser la primera perjudicada de la acción de castigo. El ejemplo palmario son los Juegos Olímpicos. Si se desean por lo dinamizador que puede ser para la economía del Pirineo y por las inversiones que pueden ahí recaer, cortar ese cabo con el Gobierno iría en detrimento de esa parte de Cataluña.

Con la mirada en lo inmediato, lo que aparece en el horizonte es la votación para convalidar el decreto de medidas económicas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania. Cabe recordar que la condición sine qua non de Aragonès, hace unas semanas, para acudir a la Conferencia de Presidentes de La Palma (Islas Canarias) fue, precisamente, que se debatiera y aprobará un paquete de medidas paliativas para los efectos de la guerra en la economía local y de unas ayudas a la acogida de refugiados ucranianos, salvaguardando las competencias estatutarias catalanas.

En busca de un cara a cara

Y es en este contexto donde, altas fuentes del Govern, apuntan que, con más o menos gesticulación o suspense “se va a dejar pasar el decreto”. No es la mejor semana del mundo para la ‘realpolitik’, pero el que tuvo retuvo.

¿Qué pide ERC para cesar no remover el avispero parlamentario? Ante todo una reunión cara a cara, entre Aragonès y Sánchez, señalan estas fuentes que, sin solución de continuidad insisten, en que con la cita no basta, sino que se precisa que en ella el presidente del Gobierno aporte explicaciones y medidas. Y depure responsabilidades.

Porque, arguyen desde el Govern, y aquí repiten las palabras del propio Aragonès en un medio estatal, “casos de este tipo se resuelven en Europa con la caída de algún miembro del Gobierno o, incluso, del Gobierno entero”. Como diciendo.

Los republicanos consideran que la situación, en lo internacional, no es cómoda para el Ejecutivo de Sánchez toda vez que se le está encuadrando en “el bando de Polonia y Hungría”. Por ellos “se montó la comisión de investigación por ‘Pegasus’, pero es por España que se revisarán los móviles” y añaden, a modo de cierre de círculo, que el ‘The Washington Post’, el medio que destapó el escándalo Watergate, de donde se ha tomado el sufijo para componer lo de Catalangate publicó el viernes una durísima editorial en la que se señala que”cuando las democracias incurren en violaciones de las libertades civiles tan flagrantes como parece que ha sucedido en Cataluña merecen una condena”. 

“Hasta el momento, la respuesta que ha dado el Gobierno del PSOE es la misma que la que hubiera dado el PP, de hallarse en ese brete. Tiene que moverse”, exhorta un republicano, a medio camino del imperativo y del deseo.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats