Cuando se hizo pública la existencia de una trama de espionaje a decenas de cargos independentistas, mediante el uso de un software, el 'Pegasus', que requiere una infiltración en los teléfonos móviles de los perseguidos, el independentismo trazó una respuesta bicéfala, en busca de la máxima repercusión, sobre todo, internacional. Así que en el mismo día, Carles Puigdemont, junto con Oriol Junqueras, capitaneó un acto de denuncia en Bruselas, justo en la jornada en la que en el Europarlamento se iniciaba una comisión de investigación por el uso de 'Pegasus' por parte de Polonia y Hungría. Y Pere Aragonèsal frente de su Govern, hizo lo propio en Barcelona. Transcurrido casi exactamente un mes, ambos líderes se reunieron este miércoles en Bruselas para abordar las últimas novedades del 'Catalangate'.

Evidentemente, ambos orillaron sus más que sabidas diferencias estratégicas, ya visibles ese mismo día del estallido del 'Catalangate' y que pueden sintetizarse en que el posconvergente querría cortar toda relación con el Gobierno y con el PSOE y, por su parte, ERC, no.

Asimismo, según una nota del Govern, Puigdemont ha compartido "el estado de su situación judicial, así como su estrategia en este ámbito y sus siguientes pasos". Precisamente este miércoles el Parlamento Europeo confirmó que no ha verificar las credenciales de Puigdemont (así como las de Clara Ponsatí y Toní Comín y del republicano Jordi Solé) porque no ha recibido la documentación necesaria de la Junta Electoral Central (JEC), que exige acatar o jurar la Constitución.

En cuanto al 'Catalangate', y habida cuenta la condición de eurodiputados de varios de los espiados, ambos, siempre según la Generalitat, han subrayado la importancia de las conclusiones a las que pueda llegar la comisión de investigación sobre Pegasus. También se han felicitado del "gran eco" internacional que está teniendo la cuestión y lo que ellos consideran "la inacción del Gobierno" de Pedro Sánchez a la hora de, primero, dar explicaciones de lo sucedido y, como consecuencia, la asunción de responsabilidades.

El propio desplazamiento de Aragonès a Bruselas tiene como objeto la búsqueda de complicidades internacionales, así, el jueves se reunirá con grupos parlamentarios de la Eurocámara. El independentismo, y singularmente ERC, cree a pies juntillas que la defensa de los valores democráticos, y la demostración de que se está siendo sometido a abusos en este sentido, puede abrirles puertas que, simplemente percutiendo con el derecho a la autodeterminaciòn no harían apenas mella en los goznes.

Es esta la segunda vez que ambos se reúnen en tierras belgas y la tercera, si suma el desplazamiento del 'president' republicano a Sassari (Cerdeña), el pasado mes de septiembre, cuando la policía italiana detuvo por unas horas a Puigdemont, a su llegada a la isla. Esa fue, cuando se constató que la orden de detención española no era efectiva, al contar el 'expresident' de aforamiento como diputado europeo, la última batalla, hasta el momento, de Puigdemont con la justicia española.