Al PP le preocupa la división del centro derecha en Navarra y muy especialmente la ruptura dentro de Unión del Pueblo Navarro, la primera fuerza política en la comunidad con la que mantiene una alianza, y los efectos que podría tener en futuras citas electorales. El impulso de un nuevo espacio político de la mano de Sergio Sayas y Carlos García Adanero, los dos diputados expulsados de UPN tras rebelarse contra la dirección y votar en contra de la reforma laboral de Pedro Sánchez, abre un escenario nuevo y desconocido. Como adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, medio de Prensa Ibérica al que también pertenece este diario, junio es el mes elegido para hacer público el nuevo proyecto que tiene vocación de convertirse en una herramienta electoral.

El próximo martes los dos parlamentarios harán una presentación oficial en Pamplona. En la actualidad superan los 1.300 inscritos a su plataforma cívica, llevan dos meses recorriendo localidades navarras y buscan nuevas adhesiones hasta llegar a la cita electoral del mes de mayo. Según ha podido saber este diario, la nueva dirección del PP tiene varias ideas en la cabeza. Todavía no ha comenzado una operación y ni siquiera Miguel Tellado, mano derecha de Alberto Núñez Feijóo que ya está recorriendo España para preparar a los territorios, ha ido aún a Navarra.

Pero los contactos con UPN y especialmente con los dos diputados que trabajan cada semana en Madrid son fluidos y constantes. Aunque en Génova advierten que es “pronto” para hacer un análisis, reconocen que el escenario idóneo sería una suerte de “reconciliación” de las partes implicadas para ofrecer una sola opción que aglutine todo el centro derecha en Navarra.

Al menos, pensando en las elecciones generales, que en realidad es lo que más inquieta al PP. Feijóo necesita garantizarse los dos diputados actuales por Navarra en el Congreso. Cada escaño sumará en la próxima contienda nacional y los populares saben que sería muy perjudicial perder esta oportunidad. La tesis que manejan en el equipo del presidente nacional es que la figura de Feijóo “une”, y que con las encuestas a favor y la posibilidad real de que el PP llegue a la Moncloa, “la reagrupación” en torno a él puede ser viable.

“La clave será aunar las tres sensibilidades y que todos tengamos claro que lo único importante es que haya un centro derecha constitucionalista en Navarra, que además es la primera fuerza política y eso no lo podemos olvidar”, reflexionan en el núcleo de confianza de Feijóo sin anticipar más movimientos. Lo que está claro es que el PP, que es uno de los tres actores en esa ecuación, se verá en la tesitura de mediar. “La última vez el Gobierno navarro lo decidió Bildu. Hay que trabajar para que eso no vuelva a ser así”, zanjan.

La idea que en Génova tienen en la cabeza es la de que las cosas van bien y pueden mejorar todavía más. Y en esa tesitura, en la que el PP podría alcanzar el poder, es más fácil que haya acercamientos y ganas de reconstruir. Pero en UPN las cosas llevan rotas mucho tiempo.

Como publicó este diario, las desavenencias entre los dos sectores se han ido acumulando hasta el punto de que los dos diputados díscolos y sus apoyos no ven opción de volver al partido mientras Javier Esparza siga al frente. El objetivo de la plataforma lanzada por Sayas y Adanero es valorar la posibilidad de concurrir a las próximas forales. Son conscientes de que su irrupción en el mapa político navarro supondría la fragmentación del voto en un mismo espacio y complicaría las opciones de su antigua formación. Pero, al mismo tiempo, los dos diputados entienden que “muchísimos ciudadanos están decepcionados” por la postura de Esparza para acercarse al PSOE.

De hecho, el voto favorable a la reforma laboral (a la que al final Sayas y Adanero se negaron) tenía que ver con una negociación del líder de UPN y el Gobierno central que los dos diputados rechazan y ni siquiera conocían al detalle. Ambos fueron expulsados de militancia durante dos años y medio para su propia sorpresa. Esperaban algún tipo de represalia por haberse saltado las instrucciones de la dirección, pero no un castigo de tanta severidad teniendo en cuenta todo lo que ocurrió antes de aquella votación que, al final, salió adelante por el error de un diputado del PP, Alberto Casero.

La desconfianza de los dos diputados díscolos también tiene que ver con el futuro. Desde su posición entienden que Esparza podría aproximarse aún más al PSN de María Chivite y ni siquiera descartan un posible pacto. Por eso mismo, según ha podido saber este diario, Sayas y Adanero tienen en su cabeza presentar formalmente el proyecto que lanzarán la próxima semana al PP después de las elecciones andaluzas. Bajo su punto de vista, el PP deberá elegir a qué ala de UPN se une. 

Pero los conservadores son partidarios de esperar e intentar otro camino, uno alternativo que consiga la reconciliación, aunque sea para sumar fuerzas. La cuestión es si podrá plantearlo si finalmente UPN se presenta a las elecciones municipales de mayo por separado y se tejen alianzas de todo tipo.