Hay algo que va mal en la seguridad vial. Los indicadores de los últimos tiempos no son buenos. La delincuencia al volante se disparó en 2021, último periodo del que se disponen datos, y la siniestralidad también ha aumentado en el primer semestre de este año. La Fiscalía, de momento, llama a la “prudencia”, sobre todo en estas fechas de desplazamientos habituales, y evita especular sobre si este repunte es coyuntural o representa los primeros síntomas de un peligroso cambio de cultura en la carretera. Lo más probable, indican en el ministerio público, es que obedezca al llamado “efecto rebote” tras el final de las restricciones más duras frente al coronavirus. 

Hay que remontarse una década para encontrar tanta comisión de este tipo de delitos (conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, sin permiso o por encima de los límites de velocidad, entre otros) como los del año pasado. En 2021 se incoaron en España 125.939 procedimientos. Se trata de un aumento del 23% frente a 2020, pero eso es algo hasta cierto punto lógico, debido a las limitaciones a la movilidad que marcaron el estallido de la pandemia. Lo que no es tan normal es que el incremento sea del 9,8% respecto a 2019, antes de la llegada del covid-19. Lo mismo ocurre con las acusaciones y las condenas, que aumentaron un 10% y un 17%. En este último apartado, Cataluña lidera la clasificación, con 19.407 sentencias condenatorias el año pasado, frente a las 17.313 dictadas en Andalucía y las 11.059 de la Comunidad Valenciana. 

La Fiscalía insiste en interpretar estas cifras con “cautela”, ya que algunas de las acusaciones y condenas pueden referirse a procedimientos en años anteriores, pero aun así señala que este posible “remanente” de 2020 supondría en todo caso una “insuficiente justificación del espectacular incremento producido en todos los indicadores”. 

La "efervescencia" de volver a la normalidad

“Podría deberse al llamado efecto rebote tras el periodo estricto de pandemia, derivado de la efervescencia producida en nuestros hábitos circulatorios, en un mal entendido sentimiento de recuperación de libertad tras la restricciones y confinamientos perimetrales sufridos, en detrimento y pérdida de parte de la conciencia vial adquirida por la ciudadanía antes de la pandemia”, señaló este martes, durante la presentación de los datos, el nuevo fiscal de Seguridad Vial, Luis del Río.

Pero 2021 tampoco fue un año normal para la movilidad: el estado de alarma se mantuvo en vigor hasta el 9 de mayo, y durante el primer trimestre los movimientos de largo recorrido descendieron un 28% en relación con el mismo periodo de 2019. Estos factores no provocaron un descenso de la delincuencia vial

Al contrario. A pesar de que 2021 fue el mejor año de la serie histórica en términos de siniestralidad, con un descenso del 9% en fallecidos y del 16% en lesiones graves respecto a 2019, con la criminalidad ocurrió al revés. Los procedimientos por delito de negativa a realizarse las pruebas de alcohol y drogas aumentaron un 28%, los de conducción sin permiso un 26% y los de alcohol o drogas al volante un 23%. Hay, según las Fiscalía, “unas cifras latentes de delincuencia vial que subyacen o están desconectadas de los datos de movilidad y siniestralidad vial”. 

Pero hay más datos preocupantes. Según el balance provisional, durante el primer semestre de 2022 fallecieron en las carreteras españolas 533 personas, 40 más que en el mismo tramo de 2019, un aumento del 8%. El repunte afectó especialmente a las autovías y autopistas, con un 33% más de víctimas mortales que en 2019 y un 29% más que en 2021. “Esperemos que sea algo coyuntural”, concluyó Del Río.