Pedro Sánchez cierra julio, ya (re)ordenada su casa, retomando su agenda internacional. Como ocurrió hace un año, por cierto. En 2021, tras revolucionar su Gobierno, puso rumbo a Estados Unidos para intentar atraer inversiones hacia España con las que multiplicar el impacto de los fondos europeos. En 2022, tras la exitosa cumbre de la OTAN, el debate del estado de la nación y la precipitada renovación de la cúpula del PSOE, el presidente del Gobierno viaja, y lo hace desde este viernes 29 de julio hasta el próximo lunes, 1 de agosto, a otra zona del mundo, los Balcanes Occidentales, para mostrarles su apoyo a la integración en la Unión Europea, confiando en que el espaldarazo definitivo se consiga en el segundo semestre de 2023, cuando España ocupe la presidencia de turno del club comunitario.

El líder socialista ya voló este miércoles pasado a Varsovia, pero fue un desplazamiento fugaz, a la cumbre hispano-polaca. Desde este viernes emprende, tras presidir primero la reunión de su nueva ejecutiva en el PSOE y tras hacer balance del curso político, una minigira por seis ciudades y cinco países: Belgrado (Serbia), Sarajevo y Mostar (Bosnia y Herzegovina), Podgorica (Montenegro), Skopje (Macedonia del Norte) y Tirana (Albania).

Será la primera vez que un presidente del Gobierno español visite cuatro de esos cinco Estados —todos menos Bosnia y Herzegovina—, una prueba palpable, aseguran en la Moncloa, de la importancia que concede a la región. Sánchez quiere evidenciar la relevancia que concede a la relación bilateral política, económica, comercial, histórica y hasta sentimental con todos ellos. Porque el hoy jefe del Ejecutivo fue miembro del Gabinete del Alto Representante de la ONU en Bosnia y Herzegovina, el español Carlos Westendorp, entre 1997 y 1999.

Y España es además un socio querido, ya que desde 1992 hasta 2010 desplegó hasta 46.000 militares (23 fallecieron) en las misiones sucesivas de la ONU, de la OTAN y de la UE en Bosnia, primero con la encomienda de vigilar el cumplimiento de los acuerdos de paz y de proteger los convoyes de ayuda humanitaria, y después para entrenar y asesorar a las Fuerzas Armadas bosnias. Hoy en día, España contribuye en la Operación EUFOR Althea con tres militares, uno en Mons (Bélgica) y dos en Sarajevo (BiH).

Sánchez ya pidió agilizar el proceso en el último Consejo Europeo, pero confía en que la presidencia española de la UE, en el segundo semestre de la UE, dé el espaldarazo final

Sánchez ya trasladó, en la cumbre entre la UE y los Balcanes Occidentales del pasado junio en Bruselas, previa a la reunión del Consejo Europeo, su pleno apoyo a la región para que se agilizara el proceso de adhesión en la UE. Porque los jefes de Estado y de Gobierno del bloque comunitario concedieron el estatus de país candidato a Ucrania y Moldavia, alimentando la frustración de los líderes de los Balcanes, que advirtieron a la UE, como informaba EFE, de que estaba perdiendo credibilidad en la región, ya que varios países llevaban años esperando la integración. Serbia y Montenegro —los más avanzados en el proceso de adhesión—, Macedonia del Norte y Albania tienen el estatus de candidato, condición de la que todavía no dispone Bosnia y Herzegovina. Skopje, por ejemplo, es considerado candidato desde 2005 y Tirana, el último de ellos, desde 2014.

El presidente, en la gira que arranca este viernes, subrayará el mensaje de que España "apoya la ampliación de la UE", porque los Balcanes es una región mediterránea que "debe estar dentro de la UE". El Gobierno, en ese sentido, y según fuentes de la Moncloa, intentará que el proceso cobre el impulso definitivo en la presidencia española de la UE, en el segundo semestre de 2023. El líder socialista instará a sus homólogos a "seguir avanzando en las reformas" que exige Bruselas para poder ingresar en el club comunitario. "Todo nuestro apoyo, a veces hay que tomar decisiones duras, pero son las que les llevarán a la integración", sancionan en el equipo del presidente.

La ayuda española

La gira de Sánchez comienza el viernes en Serbia, continúa el sábado en Bosnia, sigue el domingo en Montenegro y Macedonia del Norte y finaliza el lunes en Albania. Por razones obvias, queda fuera del viaje Kosovo, cuya independencia España no reconoce (tampoco lo hacen, dentro de la UE, Grecia, Rumanía, Eslovaquia y Chipre), aunque Madrid sí respalda una posición "constructiva", en apoyo al diálogo entre Belgrado y Prístina y a los trabajos del representante especial de la UE en la zona, el eslovaco Miroslav Lajčák.

El líder socialista trasladará su apoyo a la ampliación e instará a sus homólogos a "seguir avanzando en las reformas" que exige Bruselas para poder ingresar en el club comunitario

En Belgrado, Sánchez se reúne en la tarde del viernes con el presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, que ya estuvo en Madrid el 23 de febrero y que ganó las presidenciales de nuevo el pasado abril. El sábado por la mañana mantiene un encuentro con el presidente de la Asamblea serbia, el ex primer ministro Ivica Dačić. Serbia tiene una especial amistad con España, señalan en el Ejecutivo, a lo que ayuda que no reconozca la secesión unilateral de Kosovo de 2008.

Después, vuela hasta Sarajevo para reunirse, primero, con el presidente rotatorio de Bosnia y Herzegovina —la Jefatura del Estado es una institución colegiada formada por tres miembros: un representante serbo-bosnio de la República Srpska y dos de la Federación de Bosnia y Herzegovina (uno, bosnio-croata y otro bosniaco)—. También Sánchez despachará con la alcaldesa de la capital del país, Benjamina Karic, en la antigua Biblioteca de Sarajevo, edificio devastado en la guerra, que España ayudó a reconstruir y que se reinauguró en 2014, en el centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial.

El día acabará en Mostar: el presidente participará en un acto de homenaje a los efectivos españoles caídos en los Balcanes en la plaza de España y dará un paseo por el casco antiguo con el regidor de la ciudad, que le llevará hasta el Puente Viejo, símbolo de reconciliación de la ciudad que fue destruido en 1993 por la artillería croata. El presidente, resaltan en la Moncloa, fue muy vehemente en el último Consejo Europeo, al apremiar a los socios a que se otorgue cuanto antes el estatus de candidato a Bosnia y Herzegovina, que solicitó su adhesión en 2016. Es más, los líderes urgieron a la Comisión a que les "informe sin demora" sobre el grado de ejecución de las 14 prioridades claves impuestas por Bruselas.

España ha estado muy presente en Bosnia por la guerra de los Balcanes: desplegó 46.000 militares y fallecieron 23. Su presencia hoy se limita a tres efectivos

El domingo, en Podgorica, Sánchez se reunirá tanto con el presidente montenegrino, Milo Đukanović, como con Dritan Abazović, primer ministro del país desde el pasado abril. Se espera que ahora se agilice el proceso de adhesión, tras acabarse las diferencias entre Đukanović y el anterior jefe del Gobierno del país. Montenegro, como Albania y Macedonia del Norte, son países miembros de la OTAN (ingresaron en 2017, 2009 y 2020, respectivamente), por lo que los tres comparten una "comprobada visión euroatlántica".

Tras el desbloqueo de Sofía

La visita a Skopje, el domingo por la tarde, llega en un momento relevante para el país, puesto que el pasado 24 de junio el Parlamento de Bulgaria levantó el veto para la integración de Macedonia del Norte en la UE, veto que también afectaba a Albania, porque su proceso de ingreso en el club está ligado. Sofía bloqueaba desde finales de 2020 el inicio de las negociaciones para la entrada de su país vecino en la Unión, acusándole de no proteger a los ciudadanos de la etnia búlgara.

España es uno de los cinco países de la UE que no reconoce Kosovo. Sánchez no viajará allí. El lunes, desde Albania, retorna a Madrid para presidir el último Consejo de Ministros antes de vacaciones

Los Veintisiete empujaban a Bulgaria a levantar el pie y facilitar la incorporación de los Balcanes, sobre todo después de haber agilizado al máximo la suma de Ucrania y Moldavia, y finalmente la presión de la presidencia francesa de la UE consiguió que Sofía aceptase el texto que se sometió a aprobación en su Parlamento. Sánchez es el primer presidente de un país europeo, subrayan en la Moncloa, que visita Macedonia tras haberse desbloqueado las negociaciones de adhesión. Se encontrará con el presidente y el jefe del Gobierno, Stevo Pendarovski Dimitar Kovačevski.

El lunes, el líder socialista se verá con el primer ministro de Albania, Edi Rama, quien ya estuvo en Madrid el pasado 4 de octubre y con el que comparecerá en la única rueda de prensa programada en todo el viaje. Pero Sánchez también despachará con el recién elegido presidente, el militar Bajram Begaj, que tomó posesión de su cargo el pasado 24 de julio, apenas unos días después de que comenzaran las negociaciones de adhesión. Sus relaciones con el 'premier' se espera que sean menos accidentadas y faciliten la integración en la UE. Finalizada la agenda, Sánchez partirá hacia Madrid, adonde llegará sobre las 14 horas, a tiempo para el último Consejo de Ministros previo al parón veraniego.