Lourdes y Albert, con camisa blanca con el pin de unas alas blancas (las de Xavi, el niño que se convirtió en una de las víctimas) y un un ramo de flores blancas en una bolsa de papel, bajan de nuevo La Rambla a pie. Cinco años atrás, salvaron la vida de milagro. La furgoneta pasó a un metro de ella, que no la vio venir. Él pudo correr y refugiarse. Después, ayudaron en lo que pudieron hasta que fueron desalojados y atendidos en un hotel. Han pasado cinco años, no sin ayuda psicológica en el caso de Lourdes. Y a base de volver a la Rambla -trabajan cerca de plaça Catalunya- pueden hoy hacer el recorrido mortal del atentado. Un recorrido de unos 600 metros que a pie requiere seis minutos pero que ese día la furgoneta trazó en pocos segundos, a toda velocidad, zigzagueando. Lourdes y Albert han venido al homenaje de instituciones y entidades en el Pla de l'Os de la Rambla, donde junto al mural de Miró está el memorial a las víctimas, que lleva por lema: "Que la pau et cobreixi, oh ciutat de pau" ("Que la paz te cubra, oh ciudad de paz").

Las víctimas y sus familiares, que han vuelto, como Lourdes y Albert. Han vuelto desde Bélgica, desde Alemania, desde Australia: los padres de Julián, un niño de siete años que estaba con su madre ese día en la Rambla. Lo dieron por desaparecido hasta que se incluyó en la lista de víctimas y heridos. Este es uno de los innumerables casos de desgarro emocional. Algunos, como Javier Martínez, padre de un niño de tres años que también murió en el atentado, no se ha visto con fuerzas para acudir a la cita de hoy. Sí estaba, como siempre, Robert Manrique, de la AUAVAT (la organización que coordina la atención a las víctimas), siempre con papeles en la mano y dispuesto a abrazar y a denunciar, a partes iguales. Ada Colau, la alcaldesa, ha saludado emocionada a las víctimas.

Borràs apoya el boicot

Minutos antes del acto, varias decenas de personas han levantado carteles blancos con las frases "exigimos la verdad" y "reclamos explicaciones", y gritando "queremos saber la verdad". Todo ello rompiendo el momento de recogimiento del acto y mientras la madre de uno de los menores asesinados, sentada en el centro del paseo, sostenía una foto enmarcada con su hijo y un clavel blanco, rompiendo a llorar. El boicot no ha respetado ni el minuto de silencio ni la ofrenda floral de las víctimas y los representantes institucionales, de las fuerzas de seguridad, entre otras. "Vosotros, fascistas, sois los terroristas", han gritado tras el acto. En ese momento, la destituida presidenta del Parlament, Laura Borràs se ha acercado a saludar a los boicoteadores, que la han recibido con gritos de "presidenta".

Tensión en el homenaje a las víctimas del 17-A

Tensión en el homenaje a las víctimas del 17-A ZML

La tensión ha ido más allá e incluso algunos de los boicoteadores se han atrevido a encararse con los familiares de las víctimas y los heridos, con reproches de todo tipo. Uno de los increpados ha sido Albert. Indignado, ha pedido explicaciones a los manifestantes y les ha recordado que él sí estuvo en la Rambla ese día y salvó la vida por poco.

Los familiares, perplejos

Tras estos incidentes, Robert Manrique ha criticado el boicot y ha explicado el dolor que han sentido los familares y su perplejidad al oir los gritos de boicot. "La próxima vez, que piensen en las víctimas, hay momentos y momentos", ha lamentado Manrique sobre el boicot, mientras todavía Borràs seguía allí, a pocos metros.

Espriu y Txarango

La ciudad les ha rendido homenaje a todos con poesía, música y un minuto de silencio, en un día ligeramente tapado en el que la ciudad parece contener el aliento. Poesía a cargo de Fàtima Saheb y música del coro Vozes, dirigida por Arnau Collado y con el guitarrista Riccardo Ooms. Ahmed ha leído el poema Memòria de Espriu ("escolto sempre el teu etern silenci a la muntanya. Altres temps, altres hores fan el record difícil"). El coro ha interpretado Agafant l'horitzó, de Txarango ("Res per nosaltres; per a totes, tot. A la por i al racisme, calar-hi foc. Qui treballa la terra se la mereix. Lo poble mana, el govern obeeix" ) y una canción tradicional irlandesa."El tiempo no podrá borrar nunca la memoria de los que ya no están", ha proclamado Fàtima.

Tras el minuto de silencio, dos niños, de la edad de los dos que fueron asesinados ese día, han sido los primeros en realizar la ofrenda floral. Tras ellos, todos los representantes de instituciones, entidades y víctimas.

"Tuve la oportunidad de hacer todo lo que pude"

En segunda fila tras las víctimas se han situado como en años anteriores los representantes institucionales. Entre ellos, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau junto al consistorio municipal en pleno, el president Pere Aragonès, los ministros Miquel Iceta y Raquel Sánchez, y miembros del Parlament, encabezados por la vicepresidenta segunda, Assumpta Escarp. Laura Borràs, presidenta de la Càmara destituida, ha ocupado la tercera fila. También han acudido la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, entre otros.

En torno al acto de esta mañana, que ha durado unos quince minutos, la presencia de furgonetas de los Mossos y de agentes de la Guardia Urbana. También ellos conteniendo la emoción. "Tuve la oportunidad y satisfacción de hacer todo lo que pude", explica circunspecto un agente de la urbana que estuvo en la Rambla ese día. Y calla.