Tranquilidad, diálogo y huir de las posiciones extremas es la receta con la que el PSOE espera salir del meollo de la división interna en torno a la tramitación de la ley trans en el Congreso de los Diputados. Se trata de "hacerlo sin matarnos", resumen fuentes socialistas.

El plan socialista es "enriquecer" el texto con enmiendas y dialogar con los grupos para llegar a acuerdos, sin precisar si su propuesta de cambio afectará a la cuestión nuclear de esta ley, la autodeterminación del género, o a otras de menor calado.

No habrá libertad de voto, ha adelantado tajante el portavoz de los socialistas en el Congreso, Patxi López, quien se ha mostrado convencido de que se podrá articular una propuesta legal que contente a todos: "El PSOE es un partido feminista, que también defiende los derechos de las minorías y va a defender los derechos de las personas trans y LGTBI manteniéndose como partido feminista. (...) Ahora bien, ahora empieza el debate, la tramitación en el Parlamento", ha precisado. Hay que recorrer un trecho.

Un camino plagado de obstáculos

Que existen distintas sensibilidades en el seno del PSOE en relación al proyecto de ley para la igualdad de las personas trans y la garantía de los derechos LGTBI se sabía, la negociación del texto en el Gobierno de coalición lo dejó claro. Pero el PSOE quiso enterrar las disonancias en su congreso federal de Valencia, apostando por un enfoque inclusivo y desterrando posturas contrarias a la determinación del género de las personas trans.

La aprobación este verano del proyecto en el Consejo de Ministros para su tramitación parlamentaria parecía el punto final para las adversidades, pero nuevas piedras aparecen en el camino de la ley, muy contestada por algunas voces del feminismo.

Unas declaraciones en las que la exvicepresidenta Carmen Calvo aseguraba que la ley trans va a destrozar la legislación española en materia de igualdad han avivado rescoldos y temores. Dirigentes socialistas como la consejera de Justicia de la Generalitat Valenciana, Gabriela Bravo, y asociaciones de mujeres cercanas al PSOE -como Themis, Fundación Mujeres o la Federación de Mujeres Progresistas- han mostrado también sus dudas con la ley en un momento en que la Cámara Baja se dispone a darle su forma definitiva.

No se puede obviar en esta cuestión que Calvo, que presentó numerosas resistencias al proyecto cuando estaba en el Gobierno, es la presidenta de la Comisión de Igualdad, seno en el que se decidirá el contenido final de la ley.

Fuentes de Unidas Podemos consideran que la postura de Calvo no es más que un pulso a su partido, una forma de dar respuesta a las presiones procedentes de entidades feministas cercanas a los socialistas.

Ahora bien, advierten de que la "mayoría feminista" del Congreso ve con buenos ojos la ley, incluido Cs, por lo que la viabilidad de la norma cae sobre los hombros socialistas: "Va a depender de ellos". La misma tesitura se dio en el marco de la ley de garantía integral contra la libertad sexual, cuando el PSOE se quedó solo en la defensa de una redacción reforzada del castigo del proxenetismo. Al final, al PSOE no le quedó más remedio que dar marcha atrás para salvar la ley.

Fuentes socialistas se muestran convencidas de que se puede buscar la mejor forma para que los derechos feministas y los derechos LGTBI "no colisionen" en la ley trans. Y hacerlo de una manera que no sea traumática.

En el mismo sentido, Patxi López ha defendido que habrá conversaciones, diálogos e incluso discusiones, pero con el objetivo de "mejorar" la ley. Ha incidido el portavoz en que habrá que hablar "con tranquilidad, sin extremar posiciones" y ha lamentado que se hayan polarizado hasta el extremo algunas posturas que, a su juicio, en su mayoría no saben de lo que hablan porque no han leído el texto.

"Será ley"

Tras los acontecimientos de esta semana, la ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmaba contundente que "la ley trans será ley" y pedía un debate parlamentario previo a su aprobación libre de transfobia. Prometía, en ese sentido, que estarán a la altura de la sociedad y la comunidad LGTBI.

También la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez, hacía un llamamiento desde el Senado para que tanto el Gobierno como el Congreso y la Cámara Alta sean "capaces de actuar mejor que la transfobia, una tarea democrática".

"No va a parar la transfobia, o eso parece, a este Ministerio le preocupa", ha señalado la secretaria de Estado.

Críticas del PP

Igualdad espera que la ley trans y de derechos LGTBI se apruebe este año. Tendrá que superar su primer trámite parlamentario la próxima semana, cuando el Pleno del Congreso debata sendas enmiendas a la totalidad presentadas por PP y la ultraderecha.

Los populares han criticado las prisas del Ejecutivo con este texto legal y ha insistido en que no se tramite por el procedimiento de urgencia, pues aborda aspectos fundamentales. "No entendemos por qué no están dispuestos a prestigiar labor y responsabilidad del poder legislativo del que formamos parte", se ha quejado la portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra.

No ha dejado pasar Gamarra la oportunidad de destacar la división que existe en el seno del socialismo para exigir una tramitación más pausada. "Incluso hay voces dentro del PSOE haciendo un llamamiento a debates serenos, profundos, en los que haya participación pública y puedan comparecer las organizaciones para que al final desde la serenidad legislemos bien", ha aseverado.

La dirigente popular ha asegurado que hay "amplios colectivos sociales" que piden que se legisle bien esta materia.

Temor en los colectivos LGTBI

Con las aguas así de revueltas, este martes, la Federación Plataforma Trans volvía al Congreso a pedir a los grupos parlamentarios que no dilaten los tiempos y a trasladarles su preocupación por "el clima de histeria colectiva que está provocando la difusión de bulos en torno a la ley trans" y demonización de las personas de este colectivo.

También la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) está manteniendo reuniones con los distintos grupos parlamentarios para trasladarles propuestas de enmiendas al proyecto del Gobierno. Las enmiendas que el movimiento asociativo plantea se centran en la autodeterminación del género de los menores, la gestión documental de las personas trans extranjeras y el reconocimiento de las personas no binarias en una tercera casilla del sexo, más allá de las categorías de hombre y mujer.

Los colectivos no quieren que la ley trans se les vuelva a escapar, como pasó hace unos años, pues hacen hincapié en que el colectivo al que aspira a proteger es de los más vulnerables y discriminados en España.

Oposición a la ley trans

Frente a estas asociaciones, hay un movimiento dentro del feminismo que se opone frontalmente a la norma, pues consideran que su ejecución pondrá en peligro los derechos de las mujeres, colisionará con leyes como la de igualdad entre mujeres y hombres o la ley contra la violencia de género e interferirá en el desarrollo libre y adecuado de la infancia.

Un grupo de asociaciones de mujeres ha presentado un conjunto de 24 enmiendas con el objetivo, entre otras cosas, cambiar el término ideología de género por transexualidad y trans por transexual, limitar la consideración de la transexualidad a personas diagnosticadas con disforia de género y modificar los procedimientos para que los menores trans puedan cambiar su mención registral del sexo.

Asimismo, solicitan que la ley trans no se tramite por la vía de urgencia y que el Congreso celebre comparecencias de personas expertas antes de ultimar su contenido.

El proyecto del Gobierno establece que las personas trans puedan cambiar su sexo en el Registro Civil sin necesidad de pruebas ni testigos, mediante un trámite administrativo, a partir de los 14 años, con la precisión de que los menores de 14 y 15 años necesitarán ser asistidos por sus representantes legales. Para el cambio de niños y niñas trans con 12 y 13 años la norma exige una autorización judicial