El encargado de varios locales de Magaluf que hacían la competencia a Cursach insistió este jueves en el juicio en el trato de favor al magnate por parte del Ayuntamiento de Calvià. Javier Pedreira, personado en la causa como acusación particular, aseguró que se toleró la instalación en Magaluf de unas vallas que beneficiaban a la discoteca BCM e impedían el paso a los turistas hacia sus negocios. "La soberbia de Cursach y Sbert les llevó a arruinarme la vida", sentenció Pedreira. "No les guardo rencor, lo juro. Si reconocen que estos hechos pasaron y admiten su culpa, daré instrucciones a mis abogados de no pedir ninguna reclamación económica ni ninguna pena de prisión" aseguró el testigo, que solicita 500.000 euros de indemnización y más de 30 años de prisión para estos dos acusados.

Pedreira explicó que entre 2014 y 2016 el Grupo Cursach colocó diferentes tipos de vallas en la plaza Pitiüses, donde estaban situados tanto la discoteca BCM como los negocios para los que él trabajaba. El objetivo era obstaculizar el paso y desviar así a los turistas hacia el local de Cursach. "De día quitaban las vallas porque había inspecciones y por la noche las volvían a poner", aseguró». Esta situación generó importantes conflictos en la zona, que él mismo intentó zanjar sin éxito. "Intenté hablar con Sbert. Me trataban como si fuera un payaso, se reían de mí en mi cara. Me escupían, me pegaban...", contó.

El testigo afirmó que pese a las sucesivas quejas y denuncias que presentaron en el Ayuntamiento de Calvià, no se tomó ninguna medida pese a que «había incumplimientos de la normativa». También explicó que denunció irregularidades en la licencia de la discoteca BCM durante años y que el consistorio no actuó hasta 2017.

También contó que en una ocasión la Policía Local le obligó a apagar una pantalla gigante que había instalado en la plaza "en mitad de un partido del mundial en el que jugaba Inglaterra y que estaban viendo 4.000 personas". En cambio, las de Cursach, que «no tenían licencia», no se retiraron.

Pedreira reconoció que hubo varios procedimientos judiciales por las vallas y los abogados de Cursach y Sbert insistieron en que "hasta siete sentencias" habían dado la razón al Grupo Cursach en este conflicto.

Durante la sesión del jueves declaró también declaró un agente del antiguo grupo de Blanqueo de la Policía Nacional. A preguntas de las defensas, admitió que las conclusiones de un informe en el que se apuntaba a un trato de favor a Cursach se plasmaron antes de recibir los expedientes del Ayuntamiento y en base a las denuncias del empresario José Manuel Bover.

Renuncias de las defensas

Entre las defensas empieza a cundir el optimismo ante el desarrollo del juicio, en el que a su entender no están apareciendo pruebas de cargo contra los acusados. Los abogados Jaime Campaner, que representa al ex jefe de la Policía Local de Palma Joan Miquel Mut, y Antonio Martínez, en nombre de Bartolomé Sbert, han anunciado ya que renuncian a la decena de testigos que habían propuesto para defender la inocencia de sus clientes porque consideran que sus declaraciones, previstas para la próxima semana, ya no son necesarias.