Víctimas del régimen afgano

Las fiscales afganas objetivo de los talibanes y auxiliadas por Exteriores llegan a España

Las fiscales afganas objetivo de los talibanes y auxiliadas por Exteriores llegan a España

Mujeres afganas, separadas de los hombres por cortinas tras la llegada al poder de los talibanes.

Mujeres afganas, separadas de los hombres por cortinas tras la llegada al poder de los talibanes. / EFE

Cristina Gallardo / Mario Saavedra

Gracias a la acción del Ministerio de Exteriores y al empeño de un grupo de fiscales y abogados españoles, 27 fiscalas afganas que sobrevivían de forma precaria en la capital de Pakistán desde la caída de Kabul a manos de los talibanes lograrán este martes llegar a España y eludir así una muerte casi segura en el caso de ser deportadas a su país de origen. Un riesgo que cada día que pasaba era más cercano.

Las mujeres han logrado llegar a España en vuelos procedentes de Islamabad pagados con sus propios recursos, según cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario del grupo Prensa Ibérica, Ignacio Rodríguez Tucho, abogado de la organización internacional 14Lawyer que, junto a las fiscales Iria GonzálezInés Herreros y la juez polaca Monika Frackowiak, ha hecho posible esta operación. Todo comenzó tras el impulso de los permisos de entrada que le dio el Ministerio de Exteriores las mujeres hace unos meses. A principios de este mes de diciembre comenzaron a llegar las primeras. Este martes se espera que hayan llegado el total de 27, con sus familias, y en enero se unirán dos juezas que también se encontraban en la misma situación.

Todas ellas cumplen con los requisitos para obtener la protección internacional, pues investigaron redes de tráfico de drogas a manos de los talibanes, defendieron a mujeres en divorcios, metieron en la cárcel a líderes que hoy regentan el país y por todo ello se enfrentaban a una posible ejecución si eran devueltas -sus permisos de permanencia en Pakistán se encontraban caducados-. Solicitaron la protección internacional en la embajada española hace más de un año en Islamabad (Pakistán), y allí les realizaron una serie de entrevistas personales para activar el proceso del visado.

Esa primera parte del proceso de asilo está bajo la tutela del Ministerio de Exteriores, pero una vez que entran en España con el visado, es Interior el que tiene que conceder o rechazar el estatuto de refugiado, en función de si se cumplen los requisitos internacionales para ello (normalmente aplicado para países en guerra o personas que huyen de persecución política), señalan a este diario fuentes diplomáticas.

En los casos en los que el visado es concedido en las embajadas en el exterior, como el de las juezas y fiscales afganas -y al contrario de los inmigrantes que piden asilo ya en España- se les suele dar automáticamente la llamada “tarjeta roja”, que incluye el permiso de residencia y trabajo. Con eso ya pueden tratar de emprender una nueva vida en España mientras se tramita el expediente de refugiada, que tarda entre seis meses y un año, informa Interior.

Si las afganas piden además ser ayudadas económicamente por el sistema nacional de acogida, deben solicitarlo por separado en el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. De este modo pueden tener acceso a un alojamiento temporal, ayudas para la manutención, acceso a formación del idioma español, asesoramiento laboral y apoyo jurídico y psicológico, según fuentes de Migraciones. Todo, en alguna de las provincias de España en la que haya sitio de acogida. 

La cuestión es que el sistema nacional está ahora mismo cargado por la guerra en Ucrania. Alrededor de 150.000 ucranianos se han acogido este año por el trámite “exprés” para conseguir asilo, el llamado sistema de protección temporal, y unos 20.000 de ellos han entrado en el sistema nacional de acogida, informa a este diario el ministerio de José Luis Escrivá. Si tuvieran hijos en edad escolar, añaden las mismas fuentes, se trataría de llevarlos a un colegio lo antes posible y buscar una casa disponible de acogida cerca. 

Nueva vida en España

En cuanto a su nueva vida en España, Rodríguez Tucho detalla algunas situaciones particulares, como sus dificultades para encontrar trabajo, pese a ser personas con una alta formación. Detalla la situación de soledad que desde que llegó a nuestro país, en uno de los primeros vuelos, sufre una de las fiscalas destinadas a Cuenca, donde su familia es la única de origen afgano en dicha ciudad, frente a lo que ocurre en Bilbao, donde reside una comunidad asentada desde hace varios años.

También señala el letrado algunas dificultades que han surgido respecto de hermanos menores de algunas de las mujeres rescatadas, y que se han quedado en Pakistán sin apenas recursos. Ahora, los esfuerzos de su organización, que actúa en colaboración con Medel (Magistrados Europeos por la Democracia) pasa por lograr auxilio para 120 jueces varones que se encuentran actualmente en Irán y los 130 fiscales aún en Pakistán que se enfrentan a un futuro incierto a partir de enero, cuando entrarán en vigor medidas legislativas que pueden propiciar su deportación al territorio ahora en manos de los talibanes.

Misiones Antígona

Tras la caída repentina de Kabul en manos de los talibanes, España emprendió, junto al resto de países aliados, operaciones de salida masiva de afganos, en general colaboradores de los países occidentales (por ejemplo, los traductores), personal diplomático y sus familias. En total se han realizado tres operaciones, las llamadas Antígona I, II y III, la primera de ellas el 15 de agosto de 2021. En la última, llevada a cabo este julio y agosto, han llegado 363 colaboradores afganos más. 

En total, se ha traído a España a 2.900 afganos refugiados, transportados en aviones fletados por el Gobierno desde Islamabad. A esta cifra hay que sumar más de mil que han venido por sus propios medios a territorio español (caso en el que se encontrarían las fiscales y juezas afganas que han llegado a España) y que han obtenido protección internacional con base en la ley que regula del derecho de asilo. 

En lo que va de año, un total de 1.351 afganos han recibido el estatuto de refugiado tras presentar una solicitud de protección internacional, según los últimos datos del Ministerio de Interior. Afganistán es, tras Malí, el país con más aprobaciones de solicitudes de protección internacional. La mayoría (unas 100.000 solo este año, cifra récord) son rechazadas por no cumplir con los requisitos del sistema de protección internacional. 

De ellas, 5.826 han terminado en la concesión de estatuto de refugiado y 5.860 de protección subsidiaria (aquellas personas que no pueden regresar a su país por estar amenazadas). Se ha concedido asilo por razones humanitarias, además, a 15.044 personas, en su mayoría de Venezuela. Todo, según los datos disponibles desde principios de año y hasta el 30 de noviembre del Ministerio de Interior.