Igualdad

Los retos de Irene Montero tras culminar su agenda legislativa

En 2023, su departamento abordará las violencias estética y digital contra las mujeres

La ministra de Igualdad, Irene Montero, aplaude a la tribuna de invitados tras la aprobación de la ley trans en el Congreso de los Diputados.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, aplaude a la tribuna de invitados tras la aprobación de la ley trans en el Congreso de los Diputados. / EFE

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

Irene Montero tenía tres grandes objetivos legislativos: impulsar una ley contra las violencias sexuales, garantizar la autodeterminación de género y la despatologización de la transexualidad y actualizar el derecho al aborto. Aprobada la ley del sólo sí es sí y con las leyes trans y LGTBI y de reforma de la interrupción voluntaria del embarazo ya encarriladas en el Senado, la titular de Igualdad afronta un 2023 electoral en el que su ministerio quiere avanzar en dos formas de violencias machistas poco abordadas: la digital y la estética.

Culminar su agenda legislativa no ha sido sencillo para la dirigente de Unidas Podemos: sus proyectos de ley han contado con oposición en el seno del Gobierno, en el PSOE, en la derecha e incluso en parte del movimiento feminista. Los posicionamientos feministas de la formación morada difieren de los planteamientos socialistas y eso se ha notado durante toda la legislatura en asuntos como la prostitución o la ley trans. Han sido habituales los choques con el socio para sacar adelante sus leyes. Y es probable que las diferencias se vayan haciendo aún más notorias conforme se acerquen las citas electorales, como hacen presagiar las últimas intervenciones de las socialistas.

El efecto indeseado de las numerosas rebajas de condenas a agresores sexuales que se ha producido con la entrada en vigor de la ley de garantía integral de la libertad sexual ha ensombrecido las muchas medidas que la norma introduce en el ordenamiento legal para proteger a las víctimas de violencias sexuales. Sin embargo, el Ministerio defienden encarecidamente la solvencia de la ley y sacan pecho, pues consideran que el trabajo del departamento ofrece un "balance muy positivo".

"Después de tres años de trabajo, el Ministerio ha cerrado el ciclo legislativo y ahora toca ponerlo en marcha. Tras la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, que supuso un avance feminista indiscutible, llega otro avance en derechos. Hemos tenido que esperar diez años. En 2020, cuando llegamos, sólo se abarcaba la violencia en la pareja o la expareja y ahora, las víctimas de todas las formas de violencias sexuales están protegidas, incluidas las víctimas de trata. Se ha abierto un abanico que antes no existía", precisan fuentes de Igualdad a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica.

"Aunque el balance es positivo porque se han ampliado derechos con las nuevas leyes, no hay que ser condescendientes y sabemos que aún queda muchísimo para erradicar todas las violencias machistas, para que no haya más mujeres asesinadas. Hasta que no haya ni una mujer asesinada por el hecho de serlo, nunca será suficiente, es el principal debe del Estado con las mujeres", apostillan las mismas fuentes.

Cuestiones pendientes

Las tres principales apuestas legislativas de Montero estarán en el BOE, pero hay otras cuestiones pendientes que difícilmente se aprobarán esta legislatura. El anteproyecto de ley integral contra la trata, cuyas negociaciones con Justicia e Interior se han dilatado demasiado en el tiempo, sólo ha pasado una vez por el Consejo de Ministros y tiene que volver en segunda ronda y superar el trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados y el Senado.

Incluso en sus leyes se han quedado cosas por el camino, como la inclusión de la violencia obstétrica en la ley del aborto (donde sí se califican de violencias contra la mujer otras como los matrimonios forzados y los abortos y esterilizaciones forzosas), el reconocimiento de las personas no binarias en la ley trans o la reforma del delito de proxenetismo en el Código Penal. Había que hacer cesiones para sacar las normas adelante.

Igualdad intentó además reformar la ley contra la violencia de género del 2004 para ampliarla a todos los tipos de violencias machistas, pero el PSOE se cerró en banda desde el primer momento. Finalmente, se optó por dar respuesta a esas violencias a través de la ley del sólo sí es sí.

Lo que sí consideran las fuentes ministeriales que queda “en el debe” es la actuación contra la “violencia institucional” que sufren las “madres protectoras” y avanzar en la lucha contra la violencia política que ataca a las mujeres: “Se necesitan dar más pasos”.

Los planes para 2023

Con todo, existe satisfacción en el departamento por los trabajos hechos. El 8M y el Orgullo de 2023 serán citas festivas para reivindicarse de cara al movimiento feminista y los colectivos LGTBI. 

En el ámbito de la acción ministerial, en 2023 se va a priorizar el despliegue de las leyes aprobadas: tienen que abrir los centros de crisis contra las violencias sexuales en todas las provincias, se deben impulsar los protocolos sanitarios de recogidas de muestras en casos de agresiones sexuales, se debe articular el derecho al aborto en la sanidad pública…

Se pondrán en marcha políticas para combatir la violencia digital contra las mujeres y también la violencia estética, esos imperativos y estereotipos sobre la imagen femenina que afecta a la salud mental de las mujeres y provoca tantos trastornos alimenticios.

El próximo año también se elevará al Consejo de Ministros el anteproyecto de ley antirracista, aunque desde el Ministerio reconocen que no dará tiempo a aprobarla antes del fin de la legislatura, pues las elecciones generales tendrán lugar previsiblemente en diciembre: “Sabiendo que es año electoral, la acción legislativa es evidente que se acorta”.

En el primer semestre, Igualdad irá de la mano con Derechos Sociales para elaborar la Estrategia Estatal de Cuidados.

En febrero, el departamento de Irene Montero organizará el encuentro “We call it feminism. Feminismo para un mundo mejor”, un foro de debate en el que participarán pensadoras, activistas y políticas feministas de distintos países como la vicepresidenta de Colombia, Francina Márquez; la filósofa india Vandana Shiva; la poeta nicaragüense Gioconda Belli; la escritora argentina Tamara Tenembaum o la antropóloga Rita Segato.

En lo político, el primer semestre va a ser crucial para definir las estrategias de las izquierdas que se sitúan a la izquierda del PSOE: tanto si Unidas Podemos se presenta a las generales de forma autónoma como si confluye con el proyecto de Yolanda Díaz, la figura de Irene Montero será fundamental.

La ministra viajará bastante por España, ahora que se acercan las elecciones autonómicas y municipales: “Se va a implicar absolutamente en las elecciones”, confirman las fuentes consultadas.