LOS "PAPELES DE CASCOS"

La coincidencia de los "papeles de Cascos" y los de Bárcenas: las constructoras que compraron arte

La compañía a la que estuvo vinculado el exministro de Fomento tenía como clientes, entre otros, a empresas que aparecen involucradas en la contabilidad en dinero negro del PP y que recibieron cuantiosas licitaciones de obra pública

María Porto, a la derecha, y Álvarez-Cascos, en el centro, junto a otras personas en la inauguración de la exposición de Robert Indiana en Madrid en 2006. A la derecha, la factura que pasó Cascos por el proyecto de las bases de la escultura y el primer pago de Kiss FM por patrocinar la exposición.

María Porto, a la derecha, y Álvarez-Cascos, en el centro, junto a otras personas en la inauguración de la exposición de Robert Indiana en Madrid en 2006. A la derecha, la factura que pasó Cascos por el proyecto de las bases de la escultura y el primer pago de Kiss FM por patrocinar la exposición. / José Huesca

Eduardo Lagar / Javier Cuartas

La empresa de arte en la que trabajaba Francisco Álvarez-Cascoscuando dejó de ser ministro de Fomento en 2004 –y donde figuró como copropietario entre 2007 y 2011– no se limitó a organizar grandes exposiciones de esculturas urbanas para ayuntamientos y autonomías vinculadas a PP, así como para las cajas de ahorros en una época en la que todavía no habían tenido que ser privatizadas y todavía estaban controladas en buena medida por dirigentes políticos. Aqualium, según la documentación a la que ha accedido LA NUEVA ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, y que obra en poder de la fiscalía de Asturias por si pudiera relacionarse con la causa abierta contra el expresidente asturiano por apropiación indebida de los fondos de Foro Asturias, también vendía piezas de arte a empresas privadas, la mayor parte de ellas constructoras. En total, desde la creación de Aqualium en 2004 hasta que Cascos se desvincula por completo de la firma, con su divorcio de la galerista María Porto en 2019, esta firma movió 10,5 millones de euros en obras de arte y asesoramientos, según los datos del Registro Mercantil.

Buena parte de las constructoras a las que Aqualium vendió obras de arte (principalmente series de grabados, aunque también piezas únicas) habían sido adjudicatarias del Ministerio de Fomento cuando Álvarez-Cascos estaba al mando de este departamento. En algunos casos, esas constructoras aparecen citadas en los "papeles de Bárcenas" (la contabilidad en dinero negro del PP) como donantes del Partido Popular o mencionadas en la instrucción del "Caso Gürtel".

Negación y falta de credibilidad

Luis Bárcenas

Este constructor, imputado en la investigación del caso Bárcenas, negó haber hecho esas aportaciones. Lo mismo hizo Álvarez-Cascos cuando fue llamado a declarar como testigo en el mismo caso, ya que el exministro de Fomento y ex secretario general del PP aparecía mencionado con distintos apelativos en la contabilidad de Bárcenas y en dos sentidos. Por un lado, era citado como el dirigente del partido que habría cobrado 410.300 euros desde 1993 en sobresueldos y, por otro, como la persona que supuestamente habría aportado 282. 475 euros en dinero negro y de procedencia desconocida. La investigación no demostró estos extremos. Cascos no fue imputado.

En la sentencia, los jueces certificaron la existencia de una contabilidad "en B" dentro del PP y, además, cuestionaron la "credibilidad" de los testimonios aportados durante la instrucción por dirigentes populares de la época como Rajoy, Arenas o Cascos.

Adjudicatarios de Fomento

PP

Otro de los clientes de Aqualium es Azvi. Esta constructora se gastó 127.000 euros en la compra de arte a Aqualium entre 2004 y 2006. Buena parte de esta cantidad corresponde a un cuadro del prestigioso pintor abstracto contemporáneo Luis Gordillo. El representante de esta compañía que recibió 343 millones de euros en contratos de gobierno del PP aparece citado en los "papeles de Bárcenas" como el donante de 858.000 euros entre 2002 y 2008.

Recientemente, en diciembre de 2022, se archivó la pieza judicial que aún estaba abierta contra estos constructores, imputados en la gran investigación abierta para esclarecer la corrupción en el seno del PP. Era el último fleco judicial pendiente. El juez cerró la causa al reconocer que no había pruebas materiales que permitieran afirmar, sin ningún género de dudas, que los pagos al PP estuvieran directamente relacionados con las adjudicaciones de obras públicas. En sus declaraciones en la Audiencia Nacional, todos los empresarios, una veintena, negaron haber efectuado pago alguno. Sólo uno, Alfonso García Pozuelo, de Constructora Hispánica –que hizo parte de la obra de la Variante de Pajares– lo reconocería ante el juez.

Purines de cerdos

Constructores aparte, entre los clientes de Aqualium figura otra compañía que aparece en la investigación del caso Gürtel. Se trata de Ros Roca, una firma catalana fabricante de maquinaria para la gestión de residuos que invirtió 51.769 euros en arte facturado por Aqualium entre 2004 y 2006. En la instrucción del caso Gürtel, y según la policía, un grupo de dirigentes del PP, a través de la empresa Spinaker, se había embarcado en un negocio de tratamiento de purines de cerdo en alianza con esta compañía. Los investigadores encontraron que entre los socios de Spinaker había un tal "P. A. C.", las iniciales que la policía atribuyó a Álvarez-Cascos y que éste siempre negó reiteradamente que fueran las suyas.

Finalmente, entre las facturas de Aqualium correspondientes a los años 2004 a 2006, el periodo inmediatamente posterior al abandono de Cascos de la política nacional, también aparecen ventas de arte a empresas constructoras asturianas como Coprosa (43.384 euros) o Tapusa (55.575 euros).

Blas Herrero, un coleccionista destacado

Pero, de todos los clientes privados, el empresario asturiano Blas Herrero fue, entre 2004 y 2006, el principal de Aqualium. Los "Papeles de Cascos" indican que Aqualium facturó a Radio Blanca-Kiss FM, la cadena de emisoras de Blas Herrero, una cantidad superior a 1,4 millones de euros por la venta de obras de arte o por servicios de comisariado y organización de exposiciones entre los años mencionados.

Blas Herrero, que mantiene una notoria relación de amistad con Álvarez-Cascos, señaló a preguntas de este periódico: "Yo tengo una colección de arte conocida y pública. Primero, de arte asturiano y, ahora, de arte internacional. Mi colección de arte está a la vista. Le he comprado obras a María Porto desde hace muchos años porque era directora Marlborough, que es en una galería de la que soy cliente desde hace muchos años y lo sigo siendo. A María Porto la conozco mucho antes que a Álvarez-Cascos y sigo manteniendo la relación profesional con ella. Coincidí con ella en la feria de arte Arco (celebrada del 22 al 26 de febrero pasado). Para mí es una marchante que me ofrece cosas interesantes. Yo todo lo compro en galerías, sobre todo en Marlborough".

Al poco de iniciar su relación con Cascos, María Porto dejó su puesto como directora general de la prestigiosa galería Marlborough de Madrid para iniciar en 2004 una aventura empresarial en solitario y con el apoyo de quien se convertiría en su segundo marido en 2006. Según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico, la primera factura que Aqualium manda a la empresa de Blas Herrero es una "entrega a cuenta del encargo de una obra gráfica original", sin más precisiones. Por este concepto, Aqualium factura 139.200 euros a Kiss FM, IVA incluido. En ese momento (el documento lleva la fecha del 22 de abril de 2004), Cascos aún es ministro de Fomento. Pero por poco. Su cese sería sólo seis días después.

Entre las ventas de Aqualium a la cadena de emisoras de radio de Blas Herrero hay numerosas series de obra gráfica, pero también piezas muy destacadas. Como una primera edición de los "Caprichos de Goya" (348.000 euros) o una las icónicas esculturas "Love" de Robert Indiana, que hoy está ante en las instalaciones de Kiss FM en Pozuelo de Alarcón (Madrid). En octubre de 2005, Aqualium facturó 460.000 euros (al cambio en la moneda europea pues la compra se hizo en dólares) a la cadena radiofónica de Blas Herrero. La obra artística de Robert Indiana siguió uniendo a Aqualium y a Blas Herrero, pues el empresario asturiano patrocinó la exposición de escultura urbana que la Comunidad de Madrid dedicó a este artista estadounidense en 2006, cuando estaba gobernada por Esperanza Aguirre. Por la "gestión, organización y comisariado" de esta muestra callejera Aqualium facturó a Blas Herrero 278.000 euros.

La defensa de un amigo

Porto es una de las galeristas de confianza de Blas Herrero. Pero la relación de amistad entre Álvarez-Cascos y Blas Herrero es larga, aunque al principio no arrancó con buen pie por la supuesta cercanía del segundo al PSOE. Luego, el político gijonés se batió el cobre por el empresario. Según han publicado distintos medios, esta amistad fue el trasfondo de un sonado y trascendental episodio ocurrido el 10 de marzo del año 2000. Esta discusión fue, según fuentes periodísticas, "el punto de no retorno" de la relación entre el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y quien era su vicepresidente, Francisco Álvarez-Cascos. El Gobierno popular de entonces negó que se hubieran producido estos hechos, pero varios medios publicaron que el vicepresidente había montado en cólera en ese Consejo de Ministros del 10 de marzo de 2000 y que se había dirigido a Aznar en un tono insólito, "inusitadamente agresivo", al enterarse de que en la adjudicación de un paquete de licencias de radio ninguna le había correspondido a Blas Herrero. Faltaban dos días para las elecciones del 12 de marzo de ese año, en las que el PP ganó por mayoría absoluta, y algunos medios dieron a Cascos por dimitido. Tras la victoria electoral, el gijonés dejó de ser la mano derecha de Aznar, que lo colocó en el Ministerio de Fomento.

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Francisco Álvarez-Cascos volvió brevemente a su profesión de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos después de dejar el Ministerio de Fomento y cuando entró en el negocio del arte. Según consta en la documentación a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, el político gijonés pasó una factura de 6.380 euros, incluido el IVA, a Aqualium, la empresa donde nominalmente aparece su actual exesposa como administradora única. Cascos se embolsó esa cantidad por el "Proyecto y dirección de obra de colocación de las bases para esculturas en el Paseo de Recoletos y Paseo del Prado de Madrid, incluido el visado oficial en el colegio de Ingenieros de Caminos". Las bases eran las de las esculturas de Robert Indiana para la exposición patrocinada en 2006 por Blas Herrero en Madrid. No fue la única vez que la empresa Aqualium pagó por distintos servicios prestados por integrantes de la familia Álvarez-Cascos. Entre la documentación de los "papeles de Cascos" consta una factura de 4.365 euros emitida el 26 de diciembre en favor de uno de los hijos del ex presidente asturiano. El concepto del pago era "Intermediación en la edición y venta de obra gráfica".

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