Congreso de los Diputados

Santiago Abascal, el precedente fallido de la moción de censura de Ramón Tamames

La iniciativa del líder de la extrema derecha en 2020 fue la que contó con menos apoyos y más votos en contra de la democracia

Santiago Abascal y Ramón Tamames durante la rueda de prensa para presentar la moción de censura contra el Gobierno los próximos días 21 y 22 de Marzo.

Santiago Abascal y Ramón Tamames durante la rueda de prensa para presentar la moción de censura contra el Gobierno los próximos días 21 y 22 de Marzo. / David Castro

Miriam Ruiz Castro

Un golpe de efecto funciona por inesperado. Y una moción de censura, tal y como dice la historia reciente, es un instrumento eficaz para darle vidilla al tedio parlamentario. Pero hasta los debates más excepcionales pueden acabar por convertirse en rutinarios. Después de meses amagando, el Congreso debatirá martes y miércoles la segunda moción de Vox en cuatro años. La primera la presentó Santiago Abascal en plena pandemia y pretendía que fuera un altavoz mediático que lo erigiera, de facto, en el líder de la oposición a Pedro Sánchez. El resultado fue la moción con menos apoyos y más votos en contra de la democracia, un precedente que tiene visos de repetirse en este nuevo intento.

A menos de un año para que acabe la legislatura, la ultraderecha sigue instalada en el discurso de que Sánchez es un presidente "ilegítimo" y de que la moción de censura es un acto de “emergencia nacional” ante un Gobierno “unido por el desprecio a la Constitución y protegido por una alianza con golpistas y filoterroristas, enemigos de España y que desprecian al conjunto de los españoles”, como señala el texto de la iniciativa. Según los de Abascal, el objetivo es “desalojar a Sánchez y sus 22 ministros” y convocar elecciones.

Es habitual que a un partido no le guste el gobierno del otro signo político. Lo es incluso que vote en contra de cualquier iniciativa que lleve su firma. Pero ningún partido hasta ahora había presentado dos mociones de censura en una misma legislatura. Ni siquiera a presidentes diferentes. Vox es el primero que repite en los más de 40 años de historia de este instrumento parlamentario. 

Tamames, la novedad

La principal novedad con respecto a 2020 es el candidato de Vox para la moción. Hasta el último momento estuvo buscando Santiago Abascal a un independiente que estuviera dispuesto a ponerle rostro a su iniciativa. Al final fue Ramón Tamames, un economista de 89 años dirigente del PCE durante su juventud, que ha aceptado el reto de Vox pero también ha dejado ver que tiene voz propia. Las discrepancias ideológicas se constataron en la gira mediática del candidato. Y a pocos días del debate, eldiario.es adelantó un borrador de su discurso.

Vox es el primer partido que ha presentado dos mociones de censura, las dos al mismo presidente y en una misma legislatura

La otra novedad puede venir de la mano del PP, potencial aliado de Vox en el Congreso. En la moción de 2020, los populares optaron por el ‘no’. El debate sirvió además para que el entonces líder del PP, Pablo Casado, marcara distancias con la ultraderecha. Eso puede cambiar ahora: aunque Alberto Núñez Feijóo insiste en que la moción es un “show” y servirá de “balón de oxígeno a Sánchez”, ya ha adelantado que optarán por la abstención.

El 'show' del 'show'

La idea de que el debate de la próxima semana será más un “show” que un envite parlamentario no solo la introdujo el PP con sus críticas. Los socios del Gobierno se plantearon cómo responder a la iniciativa evidenciando aún más que se trataba de un espectáculo. Se han barajado opciones variopintas: ERC propuso al resto de partidos progresistas que respondieran a Tamames con un mismo discurso, breve y pactado. Unidas Podemos ha planteado que solo den la réplica mujeres. 

Pero la cercanía de la cita electoral convierte el debate del martes y miércoles en un escenario jugoso para hacer campaña, y no solo para Vox. Todos los grupos utilizarán sus turnos de réplica y, aunque pueda estar bastante claro que no prosperará, los discursos sí pueden ser menos predecibles. El fracaso de la reforma de la ley mordaza, las tensiones dentro de la coalición de Gobierno y las encuestas electorales marcarán una cita cuyo resultado es lo único asegurado.

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