Ruptura con Vox
Ayuso ciñe ahora la crisis con Vox solo a Madrid: "Abascal no es mi enemigo"
La presidenta regional quiere evitar una nueva experiencia de un gobierno de coalición en la Comunidad
Elena Marín
Cinco días después, y amago de represalias mediante, Isabel Díaz Ayuso ha apuntado que la crisis con Vox se ciñe específicamente a Madrid. La "deriva" que ve en el partido de la ultraderecha, a pesar de cómo ha criticado la moción de censura de hace una semana en el Congreso, se circunscribe a Rocío Monasterio, portavoz de la formación en Madrid.
"Tengo buena opinión de (Santiago) Abascal", ha señalado la presidenta madrileña en una entrevista en Telecinco, preguntada por cómo puede afectar la ruptura escenificada con Vox la semana pasada: "(Abascal) no es mi enemigo". De esta manera, la dirigente popular ha encapsulado su crisis con la ultraderecha solo a Madrid, procurando no condicionar la relación de su partido ni en otras comunidades autónomas ni a nivel nacional, donde las encuestas, de momento, solo dibujan un futuro alternativo a Pedro Sánchez si el PP de Alberto Núñez Feijóo pacta con Vox.
Esta aclaración, "el problema está en Madrid, no a nivel nacional", llega después de que el pasado jueves la presidenta regional escenificara en el último pleno de la Asamblea de Madrid el fin de la relación con Vox, "que cada uno siga su camino" le espetó a Monasterio, y después de que Feijóo avalara su estrategia y confirmara que es comprensible que Ayuso no quiera aliarse con un partido que situó en la "antipolítica".
Amago de represalias
Tras las declaraciones de ambos, el líder nacional de Vox amagó con una nueva relación entre ambos partidos, pero se fue a Valladolid a dejar claro que si el PP quiere caminar solo él podría hacer caer el Gobierno de Castilla y León, donde Alfonso Fernández Mañueco gobierna en coalición, y a manifestar que el futuro de la derecha pasa precisamente por repetir esa fórmula. Mañueco es "el ejemplo para el PP de toda España", llegó a decir, después de confirmar que "la represalia" de su partido por las palabras de los dirigentes populares es "es seguir apoyando al mejor gobierno que hay en España".
Ayuso ha reducido así la crisis popular con Vox a la región que ella gobierna explicando que es aquí donde Vox ha dejado de apoyar al PP y ella considera que le han declarado como "enemigo" por, entre otras cosas, dejarle sin presupuestos, paralizar las deducciones fiscales para inversiones extranjeras, no dejarle crear una agencia de ciberseguridad y también por "paralizar desarrollos urbanísticos".
Evitar una nueva coalición
"No quiero coaliciones que siempre terminan enredando todo", es el argumento para explicar por qué quiere volar en solitario. Lo ha dicho refiriéndose a las peleas internas que vive el Gobierno de Sánchez con su socio Podemos, pero de fondo, lo que trasluce es la fatal experiencia de su primer gobierno, donde la convivencia y confianza con Ciudadanos se hizo tan irrespirable que terminó convocando unas elecciones ante la hipótesis de que su vicepresidente Ignacio Aguado estuviera orquestando una moción de censura contra ella con el PSOE.
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