Los conservadores

El PP sale a ampliar los seis diputados y que Vox pierda su único escaño en el País Vasco

Los populares tratarán de convencer al votante del PNV que no entiende la alianza en Madrid con el PSOE, ERC y EH Bildu

Feijóo presenta al presidente del PP del País Vasco, Javier de Andrés Guerra.

Feijóo presenta al presidente del PP del País Vasco, Javier de Andrés Guerra. / EP

Pilar Santos / Paloma Esteban

El PP puede estas elecciones vascas mejorar claramente su marca (ahora cuenta con seis diputados), comiéndose a Vox (tiene un escaño) y mermando al PNV (31) y al PSOE (10) por el centro. Las encuestas le dan la razón: alguna muy optimista les lleva hasta los 10 parlamentarios, aunque en Génova se contentan con subir a 8-9. 

Los populares se enfrentan a estos comicios seis meses después de que Javier de Andrés iniciara un cambio de discurso y estrategia al frente del partido. De Andrés, que ha sucedido en la presidencia al ‘duro’ Carlos Iturgaiz, es un veterano en la formación, en la que empezó como responsable de comunicación aunque pronto se pasó al lado de la política. Fue diputado foral y también delegado del Gobierno de Mariano Rajoy (2016-2018). Tras cinco años de vuelta al periodismo, Alberto Núñez Feijóo le propuso el retorno a la primera línea y le aupó como presidente del PP para reanimar y reactivar territorialmente a un partido que en su momento ocupó la centralidad política en Euskadi.

Coser las tres derechas

Los conservadores se presentan solos a las urnas, porque la coalición con Cs de 2020 no se ha reeditado. En estos años ya han absorbido en sus propias filas a los pocos políticos naranjas que quedaban y ese partido ha desaparecido de la comunidad foral. De Andrés aspira a seguir esa operación de ‘absorción’ por la vía de los hechos con Vox, para que se quede fuera del Parlamento. Coser las tres derechas y que los votantes de Cs y Vox vuelvan a la ‘casa madre’ del PP es una de las obsesiones de Génova, por ser una parte del trayecto necesario para poder llegar a la Moncloa. 

La ultraderecha tiene complicado mantener su único diputado porque, para lograr entrar en la Cámara vasca, se necesita obtener el 3% de las papeletas en cada provincia y Vox solo consiguió superar ese umbral en Álava en 2020, algo que ahora la candidata, Amaia Martínez, no parece que vaya a repetir, según los sondeos. A eso se suma el momento de extrema debilidad que pasa el partido de Santiago Abascal, a la baja en todas las encuestas de los distintos territorios, habiendo perdido protagonismo en las Cortes Generales y no consiguiendo sacar un solo escaño en Galicia.

La alianza de Madrid

Por el centro, el PP quiere morder al PNV y al PSOE y para conseguirlo recordará la alianza que ambos tienen en el Congreso de los Diputados con ERC y EH Bildu. Algunos dirigentes de Génova dicen que lo tienen fácil para convencer al votante peneuvista que no entiende esa coincidencia en la Cámara baja con partidos claramente de izquierdas y al que ven completamente alineado con Pedro Sánchez. Tanto es así que Feijóo ha sido muy duro en muchas de sus intervenciones, igual que otros dirigentes del PP, acusando al PNV “de haberse entregado” a las políticas económicas de los socialistas y de Sumar. Es uno de los argumentos que más repetirán en una comunidad donde la industria y el peso económico importa mucho.

La operación de la vuelta a la centralidad no parece fácil, aunque hay algunos vicesecretarios en Génova que fantasean con que puedan llegar a los 10 diputados y, así, ser decisivos si la suma con el PSOE les da para que el PNV siga en el Gobierno. Sería la manera de tumbar las opciones de EH Bildu en caso de que esta federación de partidos resulte vencedora de las elecciones. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) da un resultado muy ajustado: 30-31, a los nacionalistas; y 28-29, a los independentistas.  

Pero mientras llega el día de las elecciones, los argumentos de los populares para atraer voto del PNV se centrarán en que “lleva seis años perdido” y “sin rumbo” y que Euskadi necesita un PP “fuerte” para “anclarle” a su ideario más conservador. Miguel Tellado, portavoz en el Congreso, considera que, en la competición del PNV con EH Bildu, los nacionalistas han acabado “irreconocibles” y demuestran que están “en descomposición”.