NEGOCIACIÓN PARLAMENTARIA
Yolanda Díaz asume que habrá cesiones a Junts para atraerle a la reducción de jornada y mira de reojo a Podemos
La líder de Sumar mantiene la vía abierta con Carles Puigdemont y asume que la negociación se abre cuando la norma llegue al Congreso

Jaume Asens, Yolanda Díaz, Carles Puigdemont y Toni Comín, ayer en el Parlamento Europeo, en una visita en septiembre de 2023. / F.MASREAL/S.MARTÍNEZ
Yolanda Díaz se prepara para una dura negociación parlamentaria sacar adelante la reforma laboral a 37,5 horas. Después del pulso con el ala socialista del Gobierno para mantener los términos del acuerdo social firmado con los sindicatos, la líder de Sumar asume que el desembarco del texto en el Congreso de los Diputados le obligará a introducir cambios para hacer "cesiones" a Junts que permitan atraer su apoyo y garantizar así su viabilidad en el Congreso.
La vicepresidenta segunda ha apostado la legislatura a la reducción de la jornada, que fue la condición que puso Sumar para firmar el acuerdo de Gobierno con el PSOE. La puesta en marcha de la norma estaba prevista para 2024, pero los retrasos en la negociación colectiva y las presiones del PSOE para intentar atraer a la patronal de empresarios al acuerdo han retrasado los planes.
Los últimos choques en el seno del Gobierno han sido precisamente a cuenta de esta reforma. La vicepresidenta segunda se levantó en armas contra el PSOE y más concretamente contra ministro de Economía, Carlos Cuerpo, al que acusaban de intentar retrasar los plazos y de querer modificar el texto pactado con CCOO y UGT a finales de diciembre.
La líder de Sumar en el Gobierno logró finalmente blindar el acuerdo social en el Consejo de Ministros, que aprobará la reducción de jornada en febrero. Y si bien el texto saldrá adelante en sus actuales términos, en Sumar son conscientes de que el comienzo del trámite parlamentario en el Congreso marcará una nueva etapa donde habrá que introducir alguna modificación para lograr el respaldo necesario de Junts, después de que el PP vinculara su posible apoyo al aval de la CEOE, que no respaldó la medida.
Canal abierto con Puigdemont
Las negociaciones comenzarán tan pronto como el Gobierno apruebe la medida, y en Sumar esperan que la norma eche a andar a mediados de año. En total, tres meses de negociación donde los distintos grupos pueden presentar enmiendas que se debatirán y votarán después en la Comisión de Empleo para arrojar el texto definitivo de la norma, que tendrá que votarse después en el Pleno del Congreso.
En ese proceso, Díaz confía en que Puigdemont acceda a apoyarla, aunque sea poniendo sobre la mesa alguna petición. Hasta ahora, en este asunto Junts ha ido de la mano de las dos principales patronales catalanas, Foment del Traball y PIMEC, que representa a la inmensa mayoría de la pequeña y mediana empresa, y lo previsible es que sean las exigencias de estos colectivos las que el partido de Puigdemont pueda poner sobre la mesa.
Ante esta previsión, y con el ánimo de elevar la presión a Junts en su propio territorio, Díaz acudirá a Cataluña en los próximos meses para protagonizar un acto sobre la reducción de jornada, donde también se reunirá con PIMEC en el marco de la gira diseñada por Sumar por todo el país para promocionar su medda estrella y ponerla en el centro del debate público durante su tramitación parlamentaria.
A día de hoy los votos de los posconvergentes no están garantizados, pero Díaz tiene algo a su favor: un cauce de comunicación abierto con Carles Puigdemont, al que ha ido informando en los últimos meses de los avances de la mesa de diálogo social. La vicepresidenta segunda del Gobierno fue el primer miembro del Gobierno que visitó al expresident fugado en septiembre de 2023, dos meses después de las generales, cuando ya era claro que cualquier mayoría de Gobierno pasaba por los posconvergentes. Entonces Sumar abogó por concederle la 'amnistía política' dándole legitimidad con una visita institucional, un gesto que el dirigente catalán aún guarda en consideración.
Tres meses de negociación
Y pese a mantener la línea abierta, en Junts rechazan dan por comenzada la negociación de la reducción de jornada hasta que la reforma no aterrice en el Congreso, algo que ocurrirá previsiblemente en febrero. Será entonces donde todas las cartas se pongan sobre la mesa, y donde se planteen -en forma de enmiendas- las reclamaciones de los poconvergentes, que irán alineadas con las reivindicaciones del tejido empresarial catalán.
Si en el debate del Consejo de Ministros, Díaz insistió en blindar por tierra, mar y aire el texto firmado con los sindicatos, en esta segunda fase no descarta incluir aspectos que atraigan a Junts y que reclame el empresariado de Cataluña. Cabe recordar que durante la mesa de diálogo social, Trabajo ofreció a la CEOE un paquete de ayudas para facilitar la adaptación a pequeñas y medianas empresas; una oferta que más tarde retiró, como castigo a la decisión de la patronal de abandonar las negociaciones. Medidas que a partir de febrero podrían volver a estar de nuevo sobre la mesa.
A esto se añade Podemos como una complicación adicional. El partido morado se ha mostrado partidario de aprobar una medida de este tipo, que también llevaba en su programa electoral. Sin embargo, en Sumar recelan de las posiciones que pueda adoptar finlamente. Temen que las posibles cesiones a Junts, partido del ala más conservadora del bloque de investidura, puedan provocar que Podemos se descuelgue y ponga en jaque la medida más importante de Sumar, su principal rival por la izquierda. Una circunstancia que hace ya, incluso antes de aprobarse la medida, que algunos contengan la respiración por lo que se espera como una tortuosa negociación.
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