2024 a través de los ojos del Grinch: Noticias, nostalgia y redención

El Grinch hace su peculiar resumen de este año: ¿Qué es lo que más le habrá molestado a esta criatura que odia la Navidad?

El Grinch envía una carta a INFORMACIÓN

El Grinch envía una carta a INFORMACIÓN / INFORMACIÓN

EL GRINCH

Lo confieso, en mi corazón caben más verdades que en mi mente. No soy el mismo Grinch que os robó la Navidad años atrás, aunque, si os soy honesto, esos tiempos me dan nostalgia, en una forma extraña y retorcida. Desde entonces, he estado tratando de comprender el mundo, pero nada tiene sentido. ¿Sabes qué pasa cuando un Grinch trata de entender lo que pasa en el mundo? Es como intentar hornear un pastel de Navidad sin receta. ¡Un desastre absoluto!

Este 2024 ha sido... peculiar. Empecé el año con una idea clara de cómo marcharían las cosas. Las mismas tonterías de siempre, la gente corriendo, peleándose, desfogándose en redes sociales y yo observando desde mi montaña, tratando de encontrar un poco de paz. Pero las noticias, esas terribles, ruidosas noticias, me han arrastrado a una vorágine de pensamientos y preguntas. Mi cabeza no tiene un sitio para escapar. Recopilemos algunas de ellas.

En primer lugar, el conflicto en Gaza. Cada vez que encendía la televisión, veía cómo el odio y la violencia se desbordaban entre Israel y Hamas. Ni siquiera el frío de la montaña me daba tregua, porque el sufrimiento de esas almas era lo único que lograba atravesar las gruesas paredes de mi corazón. Y luego las elecciones en Estados Unidos, ¡Donald Trump! ¿De verdad? Me da mucho cringe. Después de todo lo que pasó, volvió a la Casa Blanca. ¿Qué pasará con las causas judiciales que tiene Trump pendientes? La gente le volvió a votar. ¿Por qué? ¡Una pregunta sin respuesta! Todo el país parecía atrapado en su propio caos, una guerra interna que me hizo pensar que tal vez el mundo no tenía arreglo.

El presidente electo de EEUU, Donald Trump.

El presidente electo de EEUU, Donald Trump. / Europa Press/Contacto/Jim Watson

Pero las noticias no paran ahí, no, no, no. Después, la economía mundial empezó a tambalear aún más. La deuda, la inflación, los tipos de interés altos... Mi mente, que siempre fue más de la calle que de las cifras, no dejaba de preguntarse: ¿cuándo empezó todo esto a desmoronarse? La gente vivía aterrada por el dinero, lo que se perdería, lo que no alcanzaría. El problema de la vivienda en España, y yo, el Grinch, observando como siempre desde las sombras, me preguntaba si acaso era yo quien tenía todo mal, o si el resto del mundo había perdido el rumbo.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 llegaron como una bocanada de aire fresco. Parecía que por un momento el mundo respiraba con esperanza, el deporte era la única distracción para todos esos problemas. Lo reconozco, hay una persona que me fascina, y esa es Simone Biles, la mejor gimnasta del mundo no sólo brilló en París sino que visibilizó el problema de la salud mental mundialmente en una de sus victorias más difíciles y representa todo un ejemplo de superación: "No soy el próximo Usain Bolt o Michael Phelps, soy la primera Simone Biles".

Simone Biles, durante su ejercicio de suelo en París.

Simone Biles, durante su ejercicio de suelo en París. / Ap

Finalmente, llegamos al tema del calentamiento global. Ah, eso no lo olvido. Mientras veía cómo el mundo se desmoronaba por dentro, la naturaleza no perdonaba. Tormentas más fuertes, incendios más destructivos. La Tierra, cansada de que la maltrataran, daba señales de rebelión. 78 municipios damnificados a causa de la DANA en España: dos en Castilla-La Macha, uno en Andalucía y 75 en Valencia, que dejan un total de 217 fallecidos y 14 desaparecidos. Mención especial a mi querida vecina Valencia. ¿Se podía haber evitado? Podríamos estar horas, días y años debatiendo, pero no podemos volver atrás. Lo resumiría en una frase de la que desconozco su autoría “No imaginas lo fuerte que puedes llegar a ser hasta que ser fuerte es la única alternativa que tienes”.

Y una cosa me queda claro, es que la política española sigue siendo experta en el noble arte del "y tú más". Mientras Mazón culpa a Sánchez y Sánchez al cambio climático, los ciudadanos se quedan en medio, literalmente hundidos. Porque al final, ya sea Mazón, Sánchez o la DANA, los verdaderos damnificados siempre son los mismos: los ciudadanos. Mientras los políticos se lanzan culpas, nosotros seguimos intentando no ahogarnos, literalmente, en sus negligencias.

Miles de voluntarios han ayudado en las labores de limpieza.

Miles de voluntarios han ayudado en las labores de limpieza tras la DANA en Valencia. / Germán Caballero

Lo que más me sorprendió, sin embargo, es lo que ocurrió al final. La gente, de alguna manera, comenzó a unirse. Sí, lo sé, es difícil de creer para alguien como yo, el Grinch, quien siempre ha visto la vida desde una perspectiva de desconfianza. Pero las noticias de esperanza también llegaron. La humanidad comenzó a ver que el mundo no podía seguir girando como antes. Aunque las dificultades eran grandes, había algo que no se podía quitar: la solidaridad. Las personas se ayudaban entre sí, intentando salvar lo poco que les queda y volver a la normalidad lo antes posible, o como dice la canción de Dani Martín creo que ‘ya nada volverá a ser como antes’.

Así que, al final de todo esto, me he dado cuenta de algo, y créeme, nunca imaginé que diría esto. Tal vez no soy tan diferente del resto del mundo. Como ellos, a veces soy desconfiado, un poco frío, incluso me cuesta ver el futuro con claridad. Pero si hay algo que tengo claro ahora, es que el 2024 no es el fin de todo. Es solo otro capítulo en esta historia de caos, esperanza y, tal vez, algún día, redención.

Aunque, claro, esto lo diría con el mismo tono amargo y gruñón con el que siempre he hablado. Pero al menos ahora sé que, tal vez, no todo está perdido.

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