Carl Orff escribió su cantata escénica “Carmina Burana” entre 1935 y 1936, en una época en la que decidió dejar atrás el cromatismo a lo Strauss y Schoenberg para dar rienda suelta a su obsesión por las melodías sencilla y los ritmos primitivos. Encontró el material idóneo para ello en una colección de poemas goliardos de los siglos XI, XII y XIII, que elevan cantos al amor carnal, a la naturaleza y a los gozos terrenales. Las tres partes en que se divide “Carmina Burana” están precedidas por el célebre “O Fortuna”, que regresa de nuevo al final para recordarnos que nuestras vidas están sometidas a los caprichos de la diosa Fortuna.

“Carmina Burana” es una cantata profana que se ha convertido en referente en el repertorio sinfónico-coral. Fue estrenada en el Alte Oper de Frankfurt dirigida por Oskar Wälterlin.

Complementarán el programa “Marte” de “Los Planetas” de Gustav Holst y “Gloria a Egipto” de “Aida” de Giuseppe Verdi.