«Gente que habla sola» muestra la soledad que se esconde detrás del aparente exceso de comunicación de nuestra sociedad actual. El paisaje urbano se ha llenado, poco a poco, de gente que habla sola. Realmente no habla sola. Presumiblemente habla a alguien, pero el teléfono por el que habla se ha ido volviendo cada vez más invisible. Así que da la impresión de que nuestras calles se han convertido en un enorme pasillo de psiquiátrico.