Quizás piensas que eres una buena persona ¡Y probablemente lo eres!. Pero, seguramente, en alguna ocasión has visto a alguien tropezar por la calle y se te ha escapado una risilla. Eso, amigo mío, es de ser mala persona. Cuando mueras, te procesarán en un juicio en el que se decidirá si entras en el cielo o bajas al infierno. No tendrás abogado, así que tendrás que defenderte tú mismo. Para Juan Amodeo ese día ha llegado ¡Ven y sé testigo de su sentencia!.
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