“La langosta no se ha posado” es un espectáculo de ciencia ficción desconcertante y al mismo tiempo casi magnético.

De una calidad literaria más que notable y con una base filosófica que ahonda en la raíz del alma humana.

Lo que pasa en ese avión habla de lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Habla de un futuro con nuevos personajes, con nuevas fichas en el tablero pero con los mismos enigmas que hoy. La muerte, la fe, la culpa... La complejidad del ser humano. La mentira como arma de supervivencia

Todo ello en un contexto asfixiante, con una atmósfera cercana al thriller psicológico y con unos personajes extremos. Cada uno de los 4 protagonistas tiene un universo dentro.

Un piloto que parece humano, pero que en realidad es un robot, La Presidenta y un hombre y una mujer que son el personal de abordo. La comedia palpita de manera constante. Se percibe entre líneas, en los pensamientos de los personajes, en las pausas largas. Un humor negro, reflexivo y a la vez disparatado, que en algunos momentos roza el absurdo. En definitiva un thriller cómico delirante con un fondo existencialista brutal.

Un avión que no sabemos de dónde ha salido y que no sabemos hacia dónde va.

Ni siquiera sabemos si sus pasajeros huyen de la muerte o se dirigen directamente a ella, pero seguro que en el trayecto pasan cosas que nos será difícil olvidar.