Oceanía es el testamento artístico y vital de Gerardo Vera.

Es el último proyecto que parió antes de que el coronavirus se lo llevara prematuramente, y sin duda el más ilusionante de los miles de trabajos realizados a lo largo de su medio

siglo de carrera en pantallas y escenarios.

Oceanía es el recuerdo de una vida apasionante. Es el retrato de un país y de una época. Es la mirada otoñal de un hombre excepcional que un buen día sintió la necesidad de poner negro sobre blanco la historia de su vida. Cientos de páginas en las que plasmó sin pudor una realidad tamizada por el velo del recuerdo.

Oceanía es el resultado de la destilación de esas páginas en forma de monólogo. Es un texto en el que Gerardo y yo trabajamos mano a mano durante meses, y cuyo resultado

final le llenaba de orgullo.

Oceanía es el cumplimiento de una promesa, la que le hice a Gerardo poco antes de morir y que desde ese momento se convirtió en una obsesión para mí.

Oceanía es ya una realidad, Gerardo, y te la debemos a ti.